Arquitectura en la pintura renacentista

Building-the-Picture-X8326.jpg

El juicio de Salomon, Sebastiano del Piombo,1508-1510.© National Trust Images / Derrick E. Witty.

En nuestro número de este mes publicamos un artículo sobre la muestra Construyendo la imagen: Arquitectura en la Pintura Renacentista Italiana de la National Gallery de Londres, que contempla el tratamiento de la arquitectura pintada en las obras renacentistas. La exposición cuenta con pinturas de maestros como Duccio o Boticelli, y se podrá visitar hasta el 2 de septiembre

Los artistas del Renacimiento combinaban la práctica de la pintura con la de esculpir o con la del diseño de construcciones. Desde Giotto y Boticelli hasta Rafael y Miguel Ángel, los conceptos de las disciplinas plásticas se plasmaban indistintamente en los diferentes soportes. Ejemplo de ello es Giotto cuando ensaya la perspectiva y la estructura arquitectónica en la caja espacial de sus pinturas, o Miguel Ángel, quién traspone en sus diseños de construcciones los volúmenes escultóricos y la grandeza de sus cuadros. Quizás uno de los motivos por lo que se entremezclaban las visiones de los artífices, era la inexistencia de una educación y aprendizaje específicos, absorbiendo en un primer momento tan sólo las técnicas que dominaban sus maestros.

Otro de los planteamientos en la representación pictórica renacentista es la creación de espacios arquitectónicos imaginarios y fantásticos como recurso tanto para dignificar episodios religiosos como las propias ciudades que encargaban dichas obras. Tampoco es de extrañar que desde las pinturas del Trecento la secularización estuviese presente a la hora de retratar indumentarias y edificios de la época, para hacer, en algunos casos, un guiño a algún suceso social o político del momento. No siempre se intenta respetar la proporción entre la figura y el fondo que la enmarca, pero lo que no cabe duda es que en ninguno de los casos los pintores prescindieron de dotar a sus obras de la belleza clasicista que tanto caracteriza a la pintura renacentista.

La antesala de lo que nos vamos a encontrar en el Quattrocento, está en los artista del mil trescientos, los cuales arrastran la influencia bizantina y gótica como bien plasman en el color y las arquitecturas de sus pinturas. El discurso de la muestra recorre precisamente desde el Trecento, con obras como la Anunciación de Duccio (1260-1340), primer panel de los 26 del retablo de Maésta, que se exhibe hoy en día en la catedral de Siena. Esta imagen es el ejemplo de cómo a través de la construcción, en la que combina arcos de medio punto y ojivales, da la visión de un momento de cambio, que igualmente sirve para la historia bíblica como para la época. Metiéndonos en el mil cuatrocientos, Sandro Boticelli (1445-1510) con La Adoración de los Reyes, representa el triunfo de la fe cristiana ante el paganismo mediante construcciones grecorromanas.

Otros artistas como Carlo Crivelli (1435-1495) y su Anunciación con san Emidio, escenifican con el contexto arquitectónico la relación del ciudadano con su entorno, y más específicamente en este caso con un acontecimiento del momento: la concesión del autogobierno a la urbe de Ascoli (1482). Este sentimiento de orgullo por la ciudad se percibe en la figura del patrón, san Emidio, que lleva en sus manos un modelo de la ciudad. Por último, Domenico Veneziano (1400-1461) recurre a la secularización de las arquitecturas para enmarcar el episodio religioso que pinta. Como bien nos dice el largo título de la obra, San Zenobio, obispo de Florencia resucita al hijo de la viuda, el cuál murió atropellado por un carro tirado por bueyes en la calle Borgo degli Albizzi, el artista utiliza un acontecimiento contemporáneo situándolo  en el lugar en el que ocurrió para representar un milagro. De esta forma conciencia al espectador de que este tipo de fenómenos ocurren en la realidad y, por ello, no hace falta situarlos en espacios fantasiosos e inverosímiles.

Sara VALVERDE

San Zenobio, obispo de Florencia, resucita al hijo de la viuda, el cual murió por un carro tirado por bueyes en la calle Borgo deglo Albizzi, Florencia , alrededor de 1440.© Fitzwilliam Museum, Cambridge.

San Zenobio, obispo de Florencia, resucita al hijo de la viuda, el cual murió por un carro tirado por bueyes en la calle Borgo deglo Albizzi,Domenico Veneziano, Florencia , alrededor de 1440.© Fitzwilliam Museum, Cambridge.

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

scroll to top