Legiones del Paraíso

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Para proteger a la cristiandad del gran enemigo turco las cruzadas se valieron también del poder del arte como arma política y evangelizadora. En respuesta a la amenaza del islam surgieron en los siglos XV y XVI iconografías bellísimas y templos cargados de significados

En la vertiente oriental de los Cárpatos, a resguardo de las miradas profanas, se agazapa un conjunto de iglesias y monasterios cuyos frescos hermosean de colores el anillo boscoso que los rodea. Es un panteón a la cristiandad oriental erigido en la región rumana de Bukovina, cuya paz de los claustros aún respiran ancianas monjas, que posee algunas de lás imágenes más ilustrativas de la espiritualidad ortodoxa.

Estas «legiones del Paraíso» fueron pintadas a comienzos del XVI como reacción al peligro turco que se cernía sobre las tierras de Moldavia, así abadesas, patriarcas y popes recurrieron a la pedagogía de la imagen religiosa para ilustrar a los campesinos.

Los frescos salieron de la oscuridad de los templos y se adueñaron de las muros eclesiásticos para que los campesinos pudiesen ver siempre que pasaban por allí a esos ejércitos de ángeles que portaban cruces y aureolas en vez de espadas, capitaneados por la tríada de san Jorge, san Demetrio y san Teodoro.

Esta campaña de la Iglesia cristiana contra la Media Luna incluyó sermones, escritos y pinturas. Y es en esta última donde se logró verdaderas joyas, como la serie de frescos que Piero della Francesca pintó, entre 1452 y 1466, en la capilla Bacci de la Basílica de San Francisco de Arezzo. Representó las batallas del emperador romano Constantino contra Majencio en Puente Milvio y la del emperador bizantino Heraclio contra el rey persa Cosroes II.

En la región de Bukovina, en el monasterio Boldovita se representa El sitio de Costantinopla en las paredes de la iglesia de la Anunciación, o en el monasterio de Voronet (iglesia dedicada a san Jorge construida entre 1534-1535), todos los muros tienen delicadas pinturas que representan la salvación de los cristianos mediante la ayuda de la Virgen como manera de expresar el deseo liberador que sentían los molados frente a la opresión otomana, destaca también la escena del Juicio Final en la fachada oeste…

Los interesados en leer el artículo entero, escrito por Pedro García Martín, pueden hacerlo en la revista en papel del mes de octubre.

 

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