Fausto Melotti: evocaciones y sugerencias

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Contrappunto secco, 1973, 59 x 90 x 18 cm, latón.

Prorrogada la excepcional exposición del artista italiano en la galería Elvira González. La muestra, que se inauguró el 6 de noviembre, reúne catorce esculturas, ocho bajorrelieves en yeso y arcilla, cinco cerámicas y siete dibujos sobre cartulina y papel

Da Shakespeare, 1977, 88,3 x 69,5 x 36 cm, latón y tela pintada. Arriba, Contrappunto secco, 1973, 59 x 90 x 18 cm, latón.

Da Shakespeare, 1977, 88,3 x 69,5 x 36 cm, latón y tela pintada. Arriba, Contrappunto secco, 1973, 59 x 90 x 18 cm, latón.

Desde 2005, cuando tuvo lugar la primera exposición en España de la obra de Fausto Melotti (1901-1986), también en la galería Elvira González, no habíamos vuelto a tener, en nuestro país, la oportunidad de contemplar el trabajo de este escultor italiano.

En esta ocasión son más de treinta piezas las que integran la muestra, con escultura, cerámica, bajorrelieves y dibujos, que configuran tanto una panorámica general de su trayectoria artística como una síntesis de su ligero y sugerente lenguaje plástico.

Sin título, 1947, 28 x 46 x 3 cm, arcilla pintada.

Sin título, 1947, 28 x 46 x 3 cm, arcilla pintada.

La selección de piezas que se exponen dan testimonio de la variedad experimental de Fauto Melotti, como las esculturas La danza della spoza (1979) con figuras hechas en latón o Ars del contrappunto plástico n.1 (1969) en hierro, o una serie de bajorrelieves realizados en arcilla o en técnica mixta sobre yeso.

El artista sintió un interés especial por las artes escénicas, como recuerda Valeriano Bozal en el catálogo que se ha publicado para esta exposición, «son numerosas las obras que en la trayectoria del artista tienen al teatro como protagonista”, sobre esta temática se exponen Il balletto (1964) y Da Shakespeare (1977). Junto al teatro, la música, la arqueología y la mitología griega fueron también motivo de inspiración para este genial artista.

Melotti, que tuvo como maestro al gran escultor Adolfo Wildt, experimentó en sus trabajos con una gran diversidad de materiales –hierro, arcilla, acero, yeso, latón–, a partir de los que creó una poética muy personal. Su obra fue ampliamente reconocida y recibió numerosos premios, entre ellos el León de Oro de la Bienal de Venecia, en 1986, el mismo año de su fallecimiento.

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