Arte y tecnología hablan de lo humano

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Susana Ballesteros y Jano Montañés constituyen el colectivo OPN Studio, con el que presentaron, y posteriormente ganaron, la residencia artística el pasado 2014 en Bilbao Arte. Fruto de este trabajo es el proyecto Límbica, que ha sido seleccionado por el jurado, entre otros sietes becados, para exponerse en la sala de Bilbao Arte hasta el próximo 24 de abril

La tecnología y la robótica son dos término que en el siglo XXI forman parte del día a día de cualquiera. Y como todos los artistas, que recogen y asimilan la realidad que les rodea, Joan Montañés y Susana Ballesteros no han sido menos y han creado varias esculturas electrónicas para hablar del ser humano y suscitar emociones. En palabras de Susana Ballesteros esta muestra la concibió junto a su compañero como » un circuito emocional compuesto por esculturas mecánicas y robóticas que aluden a diversas experiencias subjetivas  que se suceden a lo largo del tiempo, tratando temas como el individualismo, el aislamiento y la concepción del individuo como ser social, a través del lenguaje tecnológico, tan presente en la época actual».

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OPN Studio , Sincronica I – 2 .

Quizás por ello, uno de los objetivos principales es que las piezas interactúen con el público (o viceversa), para  completar el sentido del proyecto. Tanto es así, que literalmente las esculturas proceden a activarse cuando los sensores advierten la presencia humana.» Nuestra obra es siempre un reflejo de la sociedad  actual; utilizamos las nuevas tecnologías como un medio de expresión de nuestra narrativa», explican ambos creadores.

Y como broche final de la exposición, el montaje y la puesta en escena también se pensó como el recurso perfecto para acompañar a las piezas,  y jugar con la primera impresión del visitante. La baja iluminación de las salas crea juegos de luces y sombras sobre cada obra, mientras de fondo una melodía ambiental se apodera de la sensibilidad de aquél que contemple las esculturas.

Y para más comodidad se sirven de asientos los tres espacios en los que se albergan las esculturas, todas ellas de la serie Diacrónica. En el primer espacio se ubica la pieza robótica Sincrónica II, mientras que en el segundo  se exhibe Sincrónica  I, una escultura mecánica suspendida en el aire, y, finalmente en la tercera sala, Sincrónica III, la obra más grande y ambiciosa de las tres,  construida con dos piezas independientes y un sistema de electromecánica.

Sin duda, para este dúo de artistas, que han realizado numerosas exposiciones por todo el mundo, está residencia les ha servido para seguir in crescendo  su potencial creativo. La prueba, esta exposición en la Sala Arte Bilbao.

 

 

 

 

 

 

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