En la edición de este año del festival, que nació en 1994, destaca la participación del productor Koreless y del artista audiovisual Emmanuel Biard, o el francés Joanie Lemecier. En la faceta más musical, el creador chileno Dj Raff, el colectivo de hip hop Southern Hospitality y Nick Hook. La descomunal instalación cinética RGB/CMY Kinetic, del estudio alemán ART+COM, explora las posibilidades estéticas de las tecnologías digitales. Del 18 al 20 de junio en la Barcelona
Esculturas de luz, música visual y arte digital necesitan de la tecnología y el aliento empresarial a partes iguales para producir resultados cada vez más espectaculares. Todos estos elementos están presentes en el festival Sónar, una cita artística que nació en 1994 y cada vez abarca más actividades y campos de actuación. Lo que podría definirse como un festival audiovisual maridado con la alta tecnología se está convirtiendo en un motor de experimentación y de creación donde artistas plásticos, músicos, programadores y grandes empresas del mundo digital se citan para compartir contenidos y buscar nuevos talentos en paralelo con un festival que dura tres días, del 18 al 20 de junio, en Barcelona
En la edición de este año destaca la participación del productor galés Koreless y el artista audiovisual Emmanuel Biard que presentan el espectáculo The Well (El pozo), con un fascinante diseño lumínico. Otro artista audiovisual francés, Joanie Lemercier, estrenará una pieza audiovisual llamada Blueprint (“Manifiesto”) creada junto al músico inglés James Ginzburg. Blueprint es una sinfonía lumínica desarrollada mediante tres planos donde la luz viaja, se descompone, estalla y envuelve al espectador en juegos fascinantes. Uno de los aspectos más increíbles de este “Manifiesto” es que toda la riqueza semántica se logra simplemente con luz blanca, sin recurso sencillo al color.
La maestría de Lemercier permite que los haces de luz se comporten como lápices que dibujan figuras en crecimiento o como lluvia de copos que a veces inunda el entorno en torrentes perfectamente adaptados al ritmo de la música de Ginzburg. Piezas como esta son las que hacen de Sónar un festival o si se quiere llámesele un encuentro único en su género, que desborda y desafía cualquier de las etiquetas que intenten reducirlo a música o tecnología para demostrar que se trata pura y simplemente de arte con mayúscula.
Otra pieza que subraya esta afirmación es Nyloïd, una insólita escultura con forma de trípode-araña creada por los suizos André y Michel Décosterd. Concebido de forma que permite una lectura cinematográfica, Nyloïd parece un ser vivo de los que siembran el terror en mundos futuros o en naves especiales, con aura de amenaza altamente perturbadora. Las tres patas de esta araña miden seis metros y se ensamblan a un cilindro metálico que actúa como el cerebro del monstruo.
Lo más fantástico de la “actuación” de la bestia mecánica es como un conjunto de cables y tubos desplazándose aparentemente al azar transmiten sentimientos, sensaciones y, sobre todo, emociones. Nyloïd sufre, se alivia, busca, tropieza, duda, se recupera y en su ballet trágico al son de una música electrónica inquietante, cuando no aterradora, nos hace sentir ante una presencia viva que pide nuestra comprensión. Es demasiado humana, y en esa cualidad reside el valor artístico de esta proeza tecnológica.
En la faceta más musical, Sónar 2015 contará asimismo con el creador chileno de ritmos Dj Raff, el colectivo de hip hop Southern Hospitality y Nick Hook, que ofrecerá una sesión de electrónica analógica y ecléctica. Y esto es solo una tapa del gran festín en el que no hay que perderse el estreno de la descomunal instalación cinética RGB/CMY Kinetic, del estudio alemán ART+COM. La pieza ocupa una superficie de 500 m2 por 12 de alto y consiste en una coreografía de luces de colores primarios y aditivos, impulsada por cinco discos reflectantes suspendidos en el aire. La banda sonora del proyecto es del compositor irlandés Ólafur Arnalds. Una sorprendente muestra de las posibilidades estéticas de las tecnologías digitales. Aunque no la única.
Pero Sonar ha dejado de ser una cita exclusivamente de placer y desde hace unos años se está convirtiendo en otra de negocios, en una peculiar mezcla de leisure and business, por utilizar los anglicismos que tanto parecen gustar a sus promotores. La nueva cara de Sónar es Sónar+D. Se trata de un laboratorio, que se afinca en el pabellón 4 de la Fira de Montjuïc y cuyas actividades giran en torno a la innovación tecnológica, el auge de las plataformas digitales y la generación de contenidos. Cabe aquí cualquiera de las muchas piezas de un puzle en el que los resultados visuales, musicales y comunicativos responden a la labor conjunta de muchos profesionales. 4.000 de ellos, de 2.000 empresas de 60 países, han anunciado su asistencia a Sónar+D, que celebra su tercera edición como gran reclamo para los agentes de todo el espectro de la cultura digital.
Protagonistas de este Sónar+D serán KICKSTARTER, la mayor plataforma de financiación de proyectos creativos del mundo; ARDUINO, una plataforma de hardware libre; VIMEO, una de las mayores fuentes globales de creatividad visual; PINTEREST, una comunidad de comisariado de contenidos online con cien millones de usuarios activos; littleBITS, una de las plataformas de código abierto más activas; y FILMIN, la principal plataforma española de cine y series online. Entre otros, muchos otros.
Jorge ROIG TOLEDANO