La plaza del Duomo de Pisa, anfitriona del escultor Arnaldo Pomodoro

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Si el año pasado, por las mismas fechas y en el mismo espacio, el tristemente desaparecido Igor Mitoraj expuso sus monumentales ángeles al lado de la Torre Inclinada. Ahora son las obras del escultor italiano las que dialogan con el conjunto arquitectónico pissano. Además, se completa con exposiciones en otras sedes, como la Casa de la Opera, el Museo de Sinopia o el Cementerio Monumental, donde se exhiben un total de más de un centenar de obras entre esculturas, dibujos o planos en una de sus mayores retrospectivas. Hasta el 31 de enero de 2016

Después del gran éxito de crítica y público de la exposición de Igor Mitoraj que tuvo lugar del 26 de junio de 2014 al 31 de enero de 2015 (los interesados en saber más sobre este artista y esta exposición, pueden hacerlo en el número 187 de DESCUBRIR EL ARTE que podrán adquirir pinchando aquí), la plaza del Duomo de Pisa vuelve a acoger otra muestra de esculturas al aire libre, en este caso las piezas (entre ellas sus famosas esferas) del escultor y escenógrafo italiano Arnaldo Pomodoro (Montefeltro, 1926).

esfera pisa 2Esta gran retrospectiva se completa con las muestras que tienen lugar en otras sedes de la ciudad como la Casa de la Ópera, el Museo de Sinopia o el Cementerio Monumental. Este gran proyecto ha sido organizado por la Opera della Pisana Primado, bajo la batuta del arquitecto Alberto Bartalini y que ha contado con la ayuda de un comité científico integrado por Antonio Paolucci, Dorfles y Hilary Luper.

Arnaldo Pomodoro.

Arnaldo Pomodoro.

Más de un centenar de obras, entre esculturas, planos, bocetos, dibujos o documentos muestran toda la carrera artística de Arnaldo Pomodoro. De la importancia que para él tiene esta retrospectiva por lo que tiene de diálogo con la arquitectura de la propia ciudad queda claro en las palabras que pronunció el día de la inauguración: «El objetivo final de un escultor es conseguir que sus obras se enfrenten con el tejido urbano y con el paisaje. La escultura es de hecho –como dijo Hegel– una toma de contacto de su propio espacio y que tiene sentido si puede transformar el lugar en el que se coloca. Por tanto, estoy muy feliz de que algunos de mis trabajos más importantes establezcan un diálogo con estos lugares extraordinarios y llenos de historia».

La luna, el sol y la torre, de Arnaldo Pomodoro. Foto. Dario Tettamanzi.

La luna, el sol y la torre, de Arnaldo Pomodoro. Foto: Dario Tettamanzi.

Y es que esta exposición establece un diálogo no solo entre obras del pasado y del presente, sino con la historia y la memoria de la propia ciudad de Pisa. El visitante tendrá la oportunidad de ver las obras de Arnaldo Pomodoro enfrentadas a las grandes esculturas de, entre otros, Nicola Pisano (1215/1220-1278/1284), un artista a caballo entre la escultura medieval y la renacentista y autor del púlpito del baptisterio de Pisa (1260),  y su hijo Giovanni Pisano (h. 1250-1314), que esculpió las estatuas de las dos filas de gabletes con tracerías en el exterior del Baptisterio.

La retrospectiva se ha divido en distintas secciones. En la sede de la Casa de la Opera se puede ver una selección de las esculturas más significativas de Arnaldo Pomodoro, en un recorrido que parte de los años cincuenta y finaliza con sus últimas obras. De las series realizadas en los cincuenta, Horizontes, Columnas del viajero (donde el artista desarrolla un lenguaje de signo poético propiciado por la propia expresividad de los materiales), pasando por Crónicas (de los setenta), Papyri (de los ochenta), hasta llegar a la actualidad, con Continuum, que representa una especie de inventario de toda su “escritura”. Además, se exhiben también por primera vez modelos en yeso de sus esculturas. Junto a todo esto se muestran algunos de los estudios más importantes de sus obras arquitectónicas, como el famoso Proyecto para el Nuevo Cementerio de Urbino (1973).

Sala del Museo de Sinopia.

Sala del Museo de Sinopia.

En el Museo Sinopia se exhiben sus Esferas, Columnas y Cubos, obras que testimonian la investigación que Arnaldo Pomodoro ha llevado a cabo de la geometría euclidiana, y donde surge el contraste lacerante entre el ser y la apariencia de la forma. Junto a todo esto se muestra una serie de grandes dibujos de 1971, que estudian el “Movimiento de colapso”, una expresión del desequilibrio y el movimiento en contraste con la estática.

Y, por último, en el Salón del Triunfo de la Muerte en el Cementerio Monumental, se puede rastrear todas las etapas del proyecto arquitectónico de la puerta de la Catedral de Cefalú (1997-98).

Esfera n.º 3, de Arnoldo Pomodo. Foto: Aurelio Barbareschi.

Esfera n.º 3, de Arnoldo Pomodo. Foto: Aurelio Barbareschi.

Fuera de los edificios, en la plaza del Duomo, se pueden ver algunas esculturas monumentales del artista italiano, que expuestas en este entorno es como si hubiesen encontrado su lugar natural.

Interior de la bodega Castelbuono en Montefeltro, de Arnaldo Pomodoro.

Interior de la bodega Castelbuono en Montefeltro, de Arnaldo Pomodoro.

Y es que el artista, desde principios de los setenta, empezó a investigar y trabajar los grandes tamaños escultóricos, la energía que generan y la escultura ambiental, con un nueva conciencia y una nueva sensación del espacio. Para Pomodoro lo esencial es el proceso dialéctico que se establece entre la espacialidad infinita y la estructura orgánica. Entre ellas, se exhiben una escultura giroscopio de bronce y hierro con un diámetro de 3,80 metros, el Obelisco de Cleopatra en bronce y corten de 14 metros de altura, cuatro estelas de bronce de 7 metros de altura y una de las primeras Columnas del viajero de 5,60 metros de altura.

Ángela SANZ COCA

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