Una nueva lectura de los cartones de Goya y de la pintura del siglo XVIII

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Manuela Mena, Jefe de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya del Museo del Prado, habla sobre la reordenación y reapertura de las salas dedicadas a los Cartones de Goya y a la pintura española del siglo XVIII ubicadas en las salas de la segunda planta sur. Este proyecto forma parte del Programa «La Colección. La otra ampliación» dentro del Plan de Actuación 2013-2016 de la pinacoteca

Tras la reciente clausura de la  exposición Goya en Madrid, los cartones de Goya y la pintura del siglo XVIII de artistas como Maella, Bayeu, Luis Paret y Alcázar, Antonio Carnicero o Anton Mengs han vuelto a las salas de la segunda planta sur, las que dan al Jardín Botánico. El visitante podrá apreciar la nueva iluminación de las obras con el moderno sistema de luminarias led, una actuación que se incluye dentro del proyecto «Iluminando el Prado», financiado por la Fundación Iberdrola, que además de mejorar la conservación de las obras, aumenta la apreciación de los distintos matices del color. Esta fundación, como miembro benefactor del Programa de Restauración del Museo del Prado también ha contribuido en la restauración de uno de los más importantes cartones para tapices de Goya, La era (hemos publicado una entrevista a la restauradora de este cartón, Almudena Sánchez, que se puede leer pinchando aquí).

Manuela Mena. Arriba, Riña de gatos, de Goya, óleo sobre lienzo, 56,5 x 196,5 cm,  1786. Ahora se encuentra situado en el pasillo que comunica las salas laterales.

Manuela Mena. Arriba, Riña de gatos, de Goya, óleo sobre lienzo, 56,5 x 196,5 cm, 1786, Madrid, Museo del Prado. Ahora se encuentra situado en el pasillo que comunica las salas laterales.

Aunque estas salas ya acogieron anteriormente esta colección, es ahora a raíz de la revisión «que hemos hecho para la exposición de Goya en Madrid, cuando decidimos dar una vuelta a todas estas salas y hacer una nueva distribución para singularizar aún más los cartones de Goya y ponerlos en valor como verdaderas obras de arte en sí mismas, una por una, no solo como parte de un conjunto, o una serie», comenta Manuela Mena.

De izquierda a derecha: Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; Manuela Mena, jefe de Conservación del siglo XVIII y Goya del Museo del Prado; Carmen Recio, responsable del proyecto Lighting the Prado de la Fundación Iberdrola España; Almudena Sánchez, restauradora del Museo del Prado; Miguel Falomir, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, y Enrique Quintana, coordinador jefe de Restauración y Documentación Técnica del Museo del Prado, delante de La era de Goya (Sala 85). Foto © Museo Nacional del Prado.

De izquierda a derecha: Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; Manuela Mena, jefe de Conservación del siglo XVIII y Goya del Museo del Prado; Carmen Recio, responsable del proyecto Lighting the Prado de la Fundación Iberdrola España; Almudena Sánchez, restauradora del Museo del Prado; Miguel Falomir, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, y Enrique Quintana, coordinador jefe de Restauración y Documentación Técnica del Museo del Prado, delante de La era de Goya (Sala 85). Foto © Museo Nacional del Prado.

Al estar colocados de una forma diferente y en salas distintas, estos conjuntos de cartones «han perdido su rigidez y ahora es más fácil advertir la belleza y la particularidad de cada cuadro –además, prosigue Mena– al ocupar las dos crujías y el pasillo que las une, el espectador podrá ver al mismo tiempo varias de estas obras sin necesidad, incluso, de acercarse, lo que le permitírá advertir el sentido de la perspectiva de Goya y el colorido cambiante que tienen todos ellos». Uno de los aspectos más interesantes de esta nueva distribución para Manuela Mena es que «los cuadros atraen al espectador y le invitan a ir de un lado a otro sin la rigidez de la cronología».

Perros en traílla, de Goya, óleo sobre lienzo, 112 x 174 cm, 1775, Madrid, Museo del Prado.

Perros en traílla, de Goya, óleo sobre lienzo, 112 x 174 cm, 1775, Madrid, Museo del Prado.

Por primera vez, algunos de los cartones más famosos como Riña de gatos, Perros en traílla y Caza con reclamo ocupan el pasillo que comunica las dos salas laterales, lo que facilita la continuidad del discurso expositivo. También las esculturas adquieren mayor protagonismo como una manera de destacar que al formar parte de las colecciones reales, muchas de ellas sirvieron de inspiración para estas composiciones del siglo XVIII.

La adoración de los pastores, por Anton Mengs, óleo sobre tabla, 256 x 190 cm, Madrid, Museo del Prado.

La adoración de los pastores, por Anton Mengs, óleo sobre tabla, 256 x 190 cm, Madrid, Museo del Prado.

Al mismo tiempo, en estas salas se ha incluido una selección de pintura de la colección española del siglo XVIII,  presidida por algunas obras de Anton Mengs, que «fue la gran figura que incorporó a España Carlos III y que se convirtió en primer pintor de cámara del rey y también fue el promotor de todas estas nuevas ideas decorativas, como los cartones para tapices, donde el protagonista fuera el pueblo de Madrid, y, en cambio, para los frescos del palacio real fueran los dioses los que dieran a entender la grandeza de los reyes», comenta Mena sobre la incorporación de otros artistas en estas salas. Mengs está presente con varios retratos absolutamente magistrales y su gran cuadro religioso que afortunadamente posee el Museo del Prado, La adoración de los pastores.

El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado, por Luis Paret y Alcázar, óleo sobre tabla, 58 x 88 cm, 1790, Madrid, Museo del Prado.

El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado, por Luis Paret y Alcázar, óleo sobre tabla, 58 x 88 cm, 1790, Madrid, Museo del Prado.

Hay también una sala dedicada casi exclusivamente a Luis Paret y Alcázar que «cambia por completo el recorrido de la exposición porque de los grandes cuadros de Goya se pasa a obras muy íntimas, de carácter de cuadro de gabinete, con un detallismo muy especial, con un colorido magnífico».  También se han incorporado algunos bodegones de Meléndez junto a bocetos de pintura religiosa, «lo que da una gran variedad al conjunto, que el eje, por supuesto, está centrado en los cartones de Goya».

Bodegón con manzanas, peras, cajas de dulce y recipientes, de Luis Meléndez, óleo sobre lienzo, 37,5 x 50,3 cm, 1759, Madrid, Museo del Prado.

Bodegón con manzanas, peras, cajas de dulce y recipientes, de Luis Meléndez, óleo sobre lienzo, 37,5 x 50,3 cm, 1759, Madrid, Museo del Prado.

Explica Manuela Mena que están realizando una gran investigación sobre los cartones para tapices de Goya y la pintura de esa época, que finalizará en unos años y que en un futuro va a convertir esta parte del museo en uno de los ejes fundamentales del conocimiento de Goya y del siglo XVIII.

Ángela SANZ COCA

 

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