San Pedro Penitente de los Venerables

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Este lienzo fue pintado por Murillo para Justino de Neve y legada por éste al Hospital de los Venerables en 1685, donde permaneció en el retablo de la iglesia hasta 1701. Recuperado en Londres por la Fundación Focus-Abengoa, había salido de España, como muchas otras obras de arte, confiscada por el mariscal Soult en la Guerra de la Independencia. Después de llevar a cabo un estudio técnico y una limpieza por parte de la restauradora del Museo del Prado María Álvarez, el óleo se exhibirá hasta el 17 de enero en la pinacoteca madrileña, para pasar luego a su ubicación definitiva, el Hospital de los Venerables de Sevilla, sede de esta fundación

El canónigo de la catedral de Sevilla, Justino de Neve, fundó el Hospital de los Venerables de Sevilla y fue también un gran impulsor de las reformas que tuvieron lugar en muchas iglesias de la ciudad, entre ellas las de Santa María la Blanca. Íntimo amigo y albacea de Murillo, le encargó al pintor varias obras para ornamentar los templos que se estaban reformando, como los óleos el Sueño del Patricio y la El patricio Juan y su esposa ante el papa Liberio (1665, iglesia Santa María la Blanca).

Retrato de Don Justino de Neve, por Esteban Bartolomé Murillo, óleo sobre lienzo, 1665, 206 x 129,5 cm, The National Gallery, Londres.

Retrato de Don Justino de Neve, por Esteban Bartolomé Murillo, óleo sobre lienzo, 1665, 206 x 129,5 cm, The National Gallery, Londres. Arriba, detalle de San Pedro Penitente de los Venerables.

Fue un importante mecenas y gran coleccionista de arte. A lo largo de su vida reunió un total de 160 pinturas, entre ellas, 17 murillos. A su muerte en 1685, esta colección se vendió en una almoneda, donde algunas obras fueron adquiridas por el hijo del pintor y también canónico de la catedral de Sevilla, Gaspar Murillo y la mayoría fueron compradas por el comerciante flamenco Nicolás Omazur.

Pero en el caso del San Pedro penitente de los Venerables, Neve lo legó en su testamento al edificio barroco del Hospital de los Venerables de Sevilla, donde permaneció junto al retablo de la iglesia por lo menos hasta 1701. Este cuadro, junto con el Sueño de Patricio y la El patricio Juan y su esposa ante el papa Liberio, fueron expoliados por parte del mariscal Soult, que era un gran admirador del pintor sevillano, y llevados a Francia. El San Pedro permaneció en su poder hasta su muerte en 1851 y posteriormente pasó a manos privadas.

El sueño del Patricio.

El sueño del Patricio, por Murillo, Museo del Prado, Madrid.

El sueño del Patricio y El patricio Juan y su esposa ante el papa Liberio fueron registrados en el Museo Napoléon de París entre 1814-1815, para ser devueltos a España en octubre de 1815, donde formaron parte de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1816-1901), para pasar luego a los fondos del Prado.

El patricio

El patricio Juan y su esposa ante el papa Liberio, por Murillo, Museo del Prado, Madrid.

Tras recuperar la Fundación Focus-Abengoa en Londres esta obra maestra de la pintura sevillana, tras su paso por el Museo del Prado, será restituida a su ubicación original, el Hospital de los Venerables de Sevilla.

San Pedro penitente de los Venerables parte de una composición de Ribera, y trata un tema muy popular en la España del Siglo de Oro, el arrepentimiento de san Pedro.

 

La restauración

San Pedro penitente de los Venerables antes de la restauración.

San Pedro penitente de los Venerables antes de la restauración.

Aunque el lienzo se encontraba en un buen estado de conservación, sí que había perdido parte de su luminosidad y volumen «propiciado por las capas de barnices acumuladas y por las restauraciones que se habían llevado a cabo anteriormente, lo que restaban transparencia e impedían ver con claridad el lugar que debía ocupar cada una de las partes diseñadas para esta composición. Por eso, a pesar de su aparente buen estado, no mostraba estas necesarias referencias de espacio y profundidad».

El trabajo de restauración que ha llevado a cabo la experta del Prado, María Álvarez, ha consistido primeramente en consolidar la pintura, un proceso que trata de evitar posibles «desprendimientos o levantamientos de su craquelado», antes de eliminar las intervenciones anteriores que tapaban la pintura original.

Al suprimir los barnices y los repintes, como comenta Álvarez, «la obra muestra el virtuosismo técnico y estilístico de Murillo en esta etapa de madurez. Los análisis técnicos y químicos han respaldado la pauta de intervención, a la vez que ayudan a entender la técnica y proceso creativo del autor».

San Pedro penitente de los Venerables, después de la restauración,por Bartolomé Esteban Murillo, óleo sobre lienzo, 155 x 210 cm, h. 1675, Fundación Focus-Abengoa, Sevilla.

San Pedro penitente de los Venerables, después de la restauración,por Bartolomé Esteban Murillo, óleo sobre lienzo, 155 x 210 cm, h. 1675, Fundación Focus-Abengoa, Sevilla.

El óleo tiene una iluminación uniforme pero con marcados contrastes, Murillo «proyecta primero el celaje y los fondos sobre el medio tono de la preparación, que tiene un color grisáceo. Después encaja la figura en la zona que ha dejado reservada para ello, la penumbra de la gruta, resaltando del fondo por su pincelada mucho más empastada».

La pincelada «es muy versátil, y es la protagonista de su estilo. Con el pincel cargado modela las carnaciones, marcándose la huella del pincel. Consigue los efectos etéreos en el paisaje diluyendo su carga, y alcanza las transparencias de los fondos licuando al máximo el pigmento. Los toques finales los hace con pinceladas secas que marcan los puntos importantes de luz».

Un aspecto muy interesante del trabajo de investigación que se ha llevado a cabo es comprobar que Murillo «trabaja por capas, superponiendo las claras sobre las oscuras, para conseguir que se aprecien los contornos. El modelado de rostro y manos es más pastoso que el del manto. A su vez las telas son más empastadas que el fondo. El efecto oscuro de la gruta lo consigue con una pincelada muy homogénea y poco marcada».

De izquierda a derecha: María Álvarez, restauradora del Museo del Prado; Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; Anabel Morillo, directora general de la Fundación Focus-Abengoa; Javier Portús, jefe de Departamento de Pintura Española del Museo del Prado, y Miguel Falomir, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, junto a la obra. Foto © Museo Nacional del Prado.

De izquierda a derecha: María Álvarez, restauradora del Museo del Prado; Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; Anabel Morillo, directora general de la Fundación Focus-Abengoa; Javier Portús, jefe de Departamento de Pintura Española del Museo del Prado, y Miguel Falomir, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, junto a la obra. Foto © Museo Nacional del Prado.

En definitiva, después de la restauración llevada a cabo se entiende mejor el mensaje del artista y cómo éste se comunica a través de la materia pictórica.

También se ha restaurado el marco, «que si bien no es el original que se conserva en el altar de la iglesia del Hospital de los Venerables, se trata de una magnífica pieza de estilo Primer Imperio realizada, probablemente, cuando el cuadro llegó a Francia por obra del ejército de Napoleón».

 

 

 

One Reply to “San Pedro Penitente de los Venerables”

  1. Jose dice:

    Por favor, es canónigo referente a un sacerdote…

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