La fascinación dibujada por el mundo árabe

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La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid acoge hasta el 8 de diciembre una bellísima exposición con los dibujos de dos importantes proyectos de los siglos XVIII y XIX destinados a preservar la memoria de los monumentos de al-Ándalus y difundir su cultura. Su valor es estético y documental

Bajo el nombre de «El legado de al-Ándalus«, la exposición reúne los dibujos originales que sirvieron de base para Antigüedades Árabes y Monumentos Arquitectónicos, dos proyectos con un valor excepcional para conocer los monumentos árabes de al-Ándalus en su estado original. El primero arranca en 1752, tras la fundación de la Academia de Bellas Artes, y el interés despertado desde esta institución por revalorizar las épocas anteriores al os siglos clasicistas (XV,XVI, XVII) , fruto de los planteamientos ilustrados de los que empezaba a empaparse España.

1. Sánchez Sarabia. Capitel nazarí

Dibujo de capitel nazarí, realizado por Sánchez Sarabia.

Con este espíritu por documentar y aportar conocimiento a la Historia de España se puso énfasis en las ruinas musulmanas medievales, menospreciadas sobre todo en el periodo de la Contrarreforma, y tan dañadas por entonces, en un estado de conservación decadente que hacía peligrar su existencia.Por tanto la idea impulsada por la Academia radicaba en inmortalizar mediante dibujos los monumentos, así como la maravillosa ornamentación, antes de que desapareciesen. El encargo recayó sobre el profesor Diego Sánchez Sarabaia (Granada, 1704-Fondón, Almería,1779) y en principio sólo iban a ser las pinturas de la sala de los Reyes de la Alhambra, pero a finales de 1760 se extendió el trabajo a incluir también las inscripciones y las pinturas de las bóvedas, así como los planos de los palacios nazaríes con sus modificaciones posteriores.

Sin embargo, la producción que éste presentó posteriormente no fue acogida con buenas críticas, y se decidió trasladar el encargo al ingeniero y arquitecto José de Hermosilla (Llenarena, Bajadoz1715-Madrid 1776), que formaría equipo con Juan de Villanueva (Madrid,1735-1811) y Juan Pedro Arnal (Madrid, 1735-1805). Los tres emprendieron entonces desde cero el trabajo de la planimetría, debido a las dudas que se despertaron sobre lo realizado por Sarabia. No obstante sus dibujos de la decoración supusieron, y suponen aún hoy en día, un valioso testimonio para hacerse una idea del colorido original que albergaban los monumentos.

11. Arredondo. Mihrab Córdoba

Proyección de la bóveda del mihrab de la mezquita de Córdoba, por Ricardo Arrendo, 1876-1879

Quizás del estudio de este trío de arquitectos cabe señalar el hecho de que su investigación no sólo tuvo un carácter arqueológico, a la hora de hallar los restos antiguos y reconstruir hipotéticamente la realidad, sino que se sumergieron en ésta para entender los cánones, la logística y los planteamientos intelectuales, que estaban detrás de este complejo tan ejemplar de la antigua sociedad andalusí.

En esta ocasión el trabajo también se aplazó hasta 1767 para poder incluir los planos de la planta de la catedral, la mezquita de Córdoba,  y los dibujos de los sepulcros de los Reyes Católicos y de Felipe I  y doña Juana de la Capilla Real en Granada. Además de las inscripciones del mihrab de la mezquita de las que se encargó  Miguel Casiri de la traducción .

La primera edición, bajo el título Antigüedades Árabes de España, se publicaría en 1787; aunque no como la primera existente sobre el tema, sino empujada por la que editaría el inglés Henry Swinburne, Travels through Spain in the years 1775 and 1776 in which several monuments of roman and moorish architectue are illustrated by accuratedrawings taken on the Spot en 1779.

9. Gándara. Jamba mirador Lindaraja

Detalles del muro de la qibla del oratorio del Partal, conjunto monumental de la Alhambra, por Rafael Contreras Muñoz, 1861-1865.

Se acordó una segunda parte que contendría las estampas de Sánchez Sarabia y el resto de dibujos de Hermosilla. También las traducciones, que habrían pasado por la corrección del arabista e historiador Pablo Lozano, por la desconfianza presentadas en Casiri. Un enredo más que complicó la finalización del segundo tomó hasta 1804.

Queda añadir, que medio siglo después y a raíz de la creación de la Escuela de Arquitectura se preparó una tercera parte, Monumentos Arquitectónicos de España (1856-1882), cuyo análisis patrimonial acogería más geografía española del territorio andaluz, así como otras épocas además de la medieval. En esta empresa tan ambiciosa participaron múltiples intelectuales de diferentes campos científicos, lo que produjo en el resultado final una sensación de poca uniformidad y claridad en el hilo conductor.

No obstante, los dibujos que integraron estos dos proyectos atesoran a la Academia de Bellas Artes de San Fernando un rico testimonio tanto documental como artístico, además de proporcionarnos una idea de los métodos de estudio del patrimonio hace dos siglos; una materia que empezaba a emerger y de la que aún hoy en día queda mucho por saber.

Para información de los lectores, en el número de octubre se dedica un extenso artículo, escrito por Antonio Almagro Gorbea, con motivo de esta exposición, y que se puede obtener ya en quisco o en nuestra tienda.

Los ganadores del concurso de la Academia de Bellas Artes de San Fernando son:  Francisca Mingot Llorca, Ignacio Piñeiro Romero, Maria Luisa Atienza Galan,Juan Antonio Cuevas, Ezequiel Galo Moreno Antón, Roberto Fernández Barrasa, Miguel Ángel Alvarez, Amelia Martín Padron, MºJosé Fernandez Lupiañez, Ángel Cortés Espinosa, Manuel Sayago Morales, Pilar Sánchez Iglesias, Marisol Costa Vegas, José Antonio López Román y  Enrique Alvarez Solís.

 

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