El intrarrealismo y esencialismo de Juan Antonio Guirado

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La Fundación Pons de Madrid acoge Renacimiento. El ojo de la mente, la primera retrospectiva de este artista andaluz en España. Al cumplirse el quinto año de su fallecimiento, su hija y presidenta de la Fundación Guirado Estate de Londres, Catalina Guirado, recupera el legado del pintor. La muestra está dividida en cuatro ejes argumentales: Civilización, Divinidad, Gala y Visiones, un compendio de los temas esenciales que abordó el pintor. Hasta el 1 de noviembre

Juan Antonio Guirao (Jaén, 1932-Almeria, 2010) es uno de esos artistas que triunfó fuera de su país pero que es un gran desconocido para el público español, donde solo es apreciado por esa minoría entendida en la historia del arte contemporánea. Para rescatar ese legado y darlo a conocer, su hija, Catalina Guirado, creó en Londres en 2013 la Fundación Guirado Estate.

La prisión. La guerra de las galaxias, 1978, acrílico sobre papel, 59,50 x 74,5 cm. Arriba, Hambrunas perdidas, h. 1995-2005, acrílico sobre papel, 50 x 64,5 cm. Expuestos ambos en el apartado Civilizaciones.

La prisión. La guerra de las galaxias, 1978, acrílico sobre papel, 59,50 x 74,5 cm. Arriba, Hambrunas perdidas, h. 1995-2005, acrílico sobre papel, 50 x 64,5 cm. Expuestos ambos en el apartado Civilizaciones.

Esta fundación posee un amplio fondo de obras del artista donde están recogidas todas las tipologías y facetas de su versátil producción artística, incluidos estudios preliminares y dibujos. Desde paisajes andaluces, retratos, tauromaquias, abstracción, pintura en aerosol y sus pinturas visionarias (conocidas como intrarrealistas). Están llevando a cabo un profundo estudio y un amplio trabajo de investigación. Entre sus objetivos también está la promoción de los artistas jóvenes.

Al cumplirse el quinto año de su fallecimiento, esta fundación ha dado su primer paso en España para mostrar al público español la obra de este pintor, una línea que van a seguir desarrollando próximamente. Cuando le preguntamos a Catalina por los proyectos inmediatos, nos contesta que tienen pensado «realizar una acción todavía sin perfilar del todo en Madrid coincidiendo con la feria de ARCO y que además están en conversaciones para hacer otra retrospectiva en un museo madrileño el próximo año».

Mares revueltos, h. 1995-2005, acrílico sobre papel, 50 x 65 cm, expuesto en el apartado Gaia.

Mares revueltos, h. 1995-2005, acrílico sobre papel, 50 x 65 cm, expuesto en el apartado Gaia.

Con solo diez años Guirado se matriculó en dibujo artístico en la escuela de arte José Nogué de Córdoba; en 1946 trabaja de aprendiz del muralista Joaquín Segarra y estudia en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid el arte del retrato con el maestro Baldomero Romero Ressendi. En esos primeros años realiza varias obras donde el protagonista es el mundo taurino. Con 20 años viaja a París e Italia para estudiar de cerca el impresionismo y el Renacimiento.

De vuelta a Madrid en la década de los cincuenta, realiza bocetos que vendía a los turistas para ganarse la vida. Y fue precisamente en 1955 cuando una pareja de estadounidenses le descubren mientras dibuja en el Arco de Cuchilleros. Le compran casi toda su obra y le encargan posteriormente una serie de murales, paisajes y retratos para lo que tiene que trasladarse a vivir a Nueva York. Poco tiempo después, tiene lugar su primera exposición en la Soler Gallery y el hotel Fontainebleau de Miami Beach, un hecho que le abrirá las puertas de la escena artística internacional.

La profecía, h. 1998-2005, acrílico sobre lienzo, 81,5 x 100 cm, expuesto en el apartado Visiones.

La profecía, h. 1998-2005, acrílico sobre lienzo, 81,5 x 100 cm, expuesto en el apartado Visiones.

Aunque regresa de nuevo a España, a finales de los cincuenta abandona el país definitivamente porque el pintor siente que la situación política y social que se vive en el país no le deja crecer como artista. Decide irse a Sidney (Australía). Esta etapa australiana marcará la vida y la obra de Guirado al descubrir el misticismo oriental y estudiar la filosofía hindú. Entre 1961 y 1974 realiza muchas exposiciones en Australia en galerías y museos. En 1970 realiza un corto viaje a España donde expone en la galería Cultart de Madrid, con gran repercusión en los medios de comunicación y se realiza un documental sobre la vida y el trabajo del pintor, la muestra se prorroga de tres semanas a seis.

Reencarnaciones bajo tierra, h. 2000, acrílico sobre papel, 50 x 65,5 cm, expuesto en el apartado Visiones.

Reencarnaciones bajo tierra, h. 2000, acrílico sobre papel, 50 x 65,5 cm, expuesto en el apartado Visiones.

En 1973 comienza una etapa nueva, pasa de la figuración al surrealismo-futurismo, cambia su paleta de colores al pasar a gamas más neutras y suaves, también la simplifica, solo utiliza como mucho tres colores en sus lienzos. El propio artista dice que este cambio cromático se debe al clima de violencia y a la tragedia de las guerras. Se define a sí mismo como un pintor intrarrealista, un «tipo de pintura que se necesita ver con el tercer ojo, el ojo de la mente». También en lo personal se produce un gran cambio, decide abandonar Australia e instalarse en Europa, primero en Madrid, Jaén y, finalmente, en Londres.

Divagación. Beréberes, 1995, acrílico sobre papel, 1995, expuesto en el apartado Civilizaciones.

Divagación. Beréberes, 1995, acrílico sobre papel, 1995, expuesto en el apartado Civilizaciones.

Para Catalina su padre fue un pintor esencialista, » su pintura estuvo sometida a una purificación radical y logró cruzar la frontera entre el realismo y el realismo visionario. Muchas de sus obras se centran en un túnel de luz blanca de una pureza inmaculada e infinitud, con filas de personas viajando hacia el último misterio (…). Por eso su trabajo contiene los misterios y dudas que todo ser humano lleva dentro. En conclusión, mi padre fue una fusión entre el Renacimiento y el mundo surrealista».

A partir de entonces el número de exposiciones por Europa y Estados Unidos no hace más que crecer. En 1976 el Museo Español de Arte Contemporáneo adquiere una obra del Guirado y que ahora forma parte de los fondos del Museo Reina Sofía de Madrid. Ese mismo año es invitado a participar en la Exposición Internacional Grolla d’Oro de Treviso (Venecia), donde se hace con la Medalla de Oro.

Cuevas de Nerja III. Puertas del cielo, h. 1980-90, acrílico sobre cartulina, 52 x 65 cm, expuesto en el apartado Visiones.

Cuevas de Nerja III. Puertas del cielo, h. 1980-90, acrílico sobre cartulina, 52 x 65 cm, expuesto en el apartado Visiones.

En 1981 vuelve a instalarse en España. Viaja a menudo a Lanzarote al sentirse atraído por los paisajes volcánicos de la isla. Su última exposición tiene lugar en 2003 en la galería Manolo Rojas de Madrid. Sus obras están diseminadas por muchos museos, fundaciones, galerías y coleccionistas (el rey de Jordania, el escritor J. D. Salinger, el cineasta John Schlessinger o Cristina Ansorena, que ha prestado una obra para esta retrospectiva) de Europa, Australia y Estados Unidos.

Recorrido por la retrospectiva

Renacimiento. El ojo de la mente muestra un amplio espectro del trabajo de Guirado marcado por la dualidad de la luz y las sombras como reflejo de las fuerzas opuestas que hay en todas las cosas. Aunque la exposición está dividida en cuatro ejes temáticos, muchas veces estos ejes se solapan unos con otros porque en todos ellos subyace la filosofía metafísica del pintor.

Fondo marino II, s/f., acrílico sobre cartulina, 52,50 x 70,50 cm, expuesto en el apartado Gaia.

Fondo marino II, s/f., acrílico sobre cartulina, 52,50 x 70,50 cm, expuesto en el apartado Gaia.

En el primero, Civilzación, se abordan temas como la codicia, el protagonismo del dinero en nuestra sociedad, la tensión entre los dos bloques en los que se dividía el mundo después de la Segunda Guerra Mundial, el hambre de los pueblos llamados del Tercer Mundo. En esta dualidad que decíamos antes, en sus obras se conjuga la luz que conduce a cierto grado de esperanza con caminos mucho más turtuosos.

Pobre juventud del futuro, s/f., acrílico sobre cartón, 65,5 x 81 cm, expuesto en el apartado Civilizaciones.

Pobre juventud del futuro, s/f., acrílico sobre cartón, 65,5 x 81 cm, expuesto en el apartado Civilizaciones.

Divinidad muestra su trabajo más espiritual, desde las religiones occidentales a las orientales; la salvación eterna o la condenación en el infierno del calvario, la crucifixión, reflejado en el terrorismo, las guerras, los condenados a muerte. Gaia hace alusión a la relación del ser humano con la naturaleza y la explotación y destrucción de la tierra, mares, volcanes, incendios, mareas negras y paisajes volcánicos de Lanzarote. Visiones reflexiona sobre el futuro por venir y temer, quizá sean los cuadros más oscuros de la muestra, aunque también está presente la claridad. Y, en último lugar, se han incluido cuatro obras de la serie Calidoscopio, una de las más apreciadas por los coleccionistas.

Comparecencia, s/f., acrílico sobre cartulina, 50 x 64 cm, expuesto en el apartado Visiones.

Comparecencia, s/f., acrílico sobre cartulina, 50 x 64 cm, expuesto en el apartado Visiones.

Lo que está claro es que esta muestra hace reflexionar al espectador sobre cuestiones esenciales y consustanciales con el ser humano. Y como pretendía Guirado, al final es el propio espectador el que tiene que buscar su propia respuesta a todas estas cuestiones.

Silencios latentes, 1999, acrílico sobre cartulina, 50 x 64 cm, expuesto en el apartado Visiones.

Silencios latentes, 1999, acrílico sobre cartulina, 50 x 64 cm, expuesto en el apartado Visiones.

 

 

 

 

 

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