Una exposición, que podrá verse hasta el 6 de diciembre en el Centro Conde Duque de Madrid, acoge un centenar de instantáneas de esta fotógrafa catalana procedentes de su archivo personal, en un recorrido que abarca desde los años sesenta hasta la actualidad. Desde el mundo del flamenco a la fotografía de combate feminista, el cine, la Nova Cançó, la gauche divine, el teatro y el espectáculo, la tauromaquia o el paisaje urbano de Barcelona…
Colita (Isabel Steva Hernández, Barcelona, 1940) es uno de los referentes más importantes de la fotografía catalana y española contemporánea. Después de su vuelta de París, donde fue a estudiar durante un año a la Sorbona, conoció a los fotógrafos Julio Ubiña, Oriol Maspons y Xavier Miserachs con quienes aprendió el oficio de fotógrafa y en 1961 trabajó en el estudio de Miserachs. Un año después colaboró como documentalista en la película Los tarantos, donde conoció a la bailaora Carmen Amaya, a partir de entonces su pasión por el flamenco no hizo más que crecer. Realizó fotografías para Antonio Gades y La Chunga y publicó el libro Luces y sombras del flamenco.
Orson Welles. Cardona, Barcelona, 1964. Arriba, Romy en Metamorfosis de Jacinto Esteva, 1970. Todas las imágenes, cortesía Centro Conde Duque.
Tras su etapa madrileña durante dos años, regresó a Barcelona donde colaboró activamente con la prensa progresista, como Fotogramas, Destino o Mundo Diario, actividad que combinó con su trabajo para el nuevo cine que se estaba gestando en la Ciudad Condal, la conocida como Escuela de Barcelona, que nació como contraposición al cine franquista. También se dedicó a retratar a la llamada gauche divine catalana, un trabajo que expuso en 1971 en la galería Aixelà y que fue cerrada por la policía al día siguiente de su inauguración.
Elsa Peretti coronada por un auténtico gallo de Yokohama, 1967.
A partir de 1967 trabajó para los de la Nova Cançó catalana haciendo las portadas de sus discos o los pósters, sobre todo para Guillermina Motta, Núria Feliu y Joan Manuel Serrat, que dio como fruto la exposición El Serrat de Colita en 1998. También dirigió el departamento de Fotografía de la revista Vindicación Feminista. Tras la llegada de la democracia, se volcó en retratar la ciudad de Barcelona y sus alrededores.
Mezquita de Córdoba, 1963.
En 2004 el Ministerio de Cultura le concedió el Premio Nacional de Fotografía, un premio que rechazó junto con los 30.000 euros de la dotación económica en una carta pública dirigida al ministro Wert en la que manifestaba su rechazo a la política de este ministerio y en la que afirmaba «de momento, señor Wert, no me apetece salir con usted en la foto».
Gitanas peinándose, Barcelona, 1987.
Pues bien, la exposición Colita, ¡porque sí!, que tras su paso por Barcelona acoge ahora el Centro Conde Duque de Madrid (organizada por la Fundación Catalunya-La Pedrera), muestra todos estos ejes del trabajo de esta fotógrafa que destaca por su sentido de la ética y del compromiso, tanto social como profesional. Su obra es mucho más que un testimonio de una realidad, en ella proyecta sus experiencias, opiniones.
Boda de Marcel Bergès, Barcelona, 1962.
A través de 107 instantáneas y documentación gráfica que forman parte del archivo fotográfico de Colita el visitante podrá hacer un recorrido tanto cronológico, que comienza en los años sesenta y que llega hasta la actualidad, y también temático, cincuenta años de carrera profesional, desde el mundo del flamenco a la fotografía de combate feminista, el cine, la Nova Cançó, la gauche divine, el teatro y el espectáculo, la tauromaquia, el paisaje urbano de Barcelona… En resumen, singular y versátil, sin artificios, como dice ella misma «todo terreno».