(Re)habitar lo natural

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Bajo el título «En lo salvaje» se presenta la exposición comisariada por Semiramis González, dentro del proyecto «Bienvenido comisario» apoyado por Injuve. Esta muestra, que tiene lugar desde el pasado 24 de abril en el espacio autogestionado de La Puntual en Sant Cugat del Vallés, reúne a cinco artistas mujeres que con diferentes formatos y lenguajes profundizan en la relación y la percepción humana de lo natural, de lo salvaje

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Pieza del proyecto de Lucia Antebi.

Lucía Antebi, Cristina Ferrández, Elena Fernández Prada, Ángela Losa y Miren Pastor, son las cinco creadoras que desde distintos ángulos reflexionan sobre esa esencia de lo natural y su (des)construcción humana. Son muchos los aspectos que se pueden señalar a partir de este planteamiento. Sin embargo, tanto comisaria como artistas los han acotado en  tres ideas: el paisaje natural como espacio simbólico; como lugar de rito y de paso hacia la transformación humana, o el espacio natural para desobedecer el orden constreñido por las leyes, estereotipos y roles que nos proporcionan una visión simplista .

 

Semiramis González resume el discurso como «esa consonancia entre lo más salvaje del ser humano, pasando por los cambios que éste sufre a lo largo de su vida, en diálogo con el propio paisaje, para terminar en lo que de humano hay en la naturaleza y en la necesidad de preservarla ante la destrucción industrial. Cinco recorridos diferentes, para hablar al final, de la existencia misma».

En primer lugar, Lucia Antebi (Buenos Aires, 1976) nos llama la atención en su trabajo fotográfico sobre dos aspectos: la barrera entre lo natural y lo artificial, por la que transitamos todos los días en nuestro hábitat, y la demolición del significado de gestos y ocupaciones del espacio. En esta pieza en concreto, la artista orina en la calle y reivindica el que lo haga una mujer y no un hombre como en la mayoría de las ocasiones acontece, y que por ello, en cierto modo, se ha asimilado en una acción mucho más característica del género masculino que del femenino.

Instante Entropia I

Fotografía de «Instante Entropía», Cristina Ferrández.

Bidean por otra parte responde a una intención de marcar un paralelismo entre el desarrollo humano y lo natural. Cuestión que recoge Miren Pastor en el fotolibro que presenta en esta exposición, en el cuál enfrenta la transformación de un adolescente, su hermano, y el medio natural, que en este caso es con el que convive en su día a día, en el País Vasco. Esta cercanía, suma al proyecto un sentido familiar que le ha servido a la artista como punto de unión entre ambos agentes: el humano y el natural.

Un paisaje no muy lejano del vasco es el del sur de Francia, protagonista en el trabajo Landes de Ángela Losa. La diferencia esta vez, es que se trata de una playa, que sirve a la artista de lienzo para marcar e inmortalizar la huella humana. Un aspecto que sin embargo en los meses de invierno y otoño desaparece del lugar. Lo que lleva implícito la experiencia del viaje y de la huida a un lugar para reencontrarse con uno mismo, alejado del ruido perturbador que nos proporciona otro ambiente.

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De a serie «Ellos» de Elena Fernández Prada.

Otro punto de vista que conecta y conjuga las ideas anteriores es el de Cristina Ferrández y su serie fotográfica Instante Entropía, a la que acompaña también un vídeo. Su mirada se posa en el escenario natural transformado y recreado por lo artificial; por el hombre. El ejemplo al que nos acerca la artista es el paisaje de Cabo Negro, en Asturias.»Una costra negra cubre actualmente todo el estrato natural de las calas de Cabo Negro, sobre la que deambulan unos individuos envueltos por una nueva capa de plástico.La deriva por este paisaje nos conduce  a una reflexión sobre la generación de residuo en los sistemas de producción industrial», explica Ferrández.

Por último, Elena Fernández Prada cierra este quinteto de artistas con Ellos: una serie de retratos de simios basados en las ilustraciones de un libro de los años cincuenta.Con ello incide en la concepción del animal salvaje,que entonces se representaba como lo atractivo de estos seres vivos. Hoy en día, quizás hayamos asumido esa evolución al considerar a estos simios «salvajes» más humanos de lo que  a veces nosotros mismos somos, como bien matiza en sus representaciones la creadora.

Al final y al cabo esta exposición cuestiona desde la jungla artística  quién representa el lado más salvaje. 

Para más información consultar La Puntual.

 

 

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