Pedro Luis Cembranos: ¿muerte o asesinato de un marchante?

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Hasta el 31 de diciembre, la Sala Multiverso de la Fundación BBVA de Madrid presenta la videocreación El accidente de Vollard, en la que su autor aborda en clave de ensayo-novela negra un entramado especulativo en torno al percance –nunca aclarado– que costó la vida a Ambroise Vollard, galerista, amigo y figura clave en la carrera de pintores como Gauguin, Matisse, Cézanne, Renoir o Picasso

La sexta entrega del proyecto Multiverso de la sala permanente de la Fundación BBVA, dedicada a uno de los lenguajes más característicos de nuestro tiempo, las videocreaciones, acoge El accidente de Vollard del autor Pedro Luis Cembranos. Todas las videocreaciones de esta serie forman parte de las Becas Multiverso, con las que esta fundación lleva apostando fuertemente por la creación en el ámbito del videoarte.

Sobre estas líneas, Retrato de Amboise Vollard, por Pierre-Auguste Renoir, 1908, óleo sobre lienzo, 81,6 × 65,2 cm, Londres, The Courtauld Institute of Art. Arriba, fotograma de la videocreación El accidente de Vollard.

Ambroise Vollard, nacido en 1866, tenía una mirada especial para detectar talento en artistas aún no reconocidos. Organizó las primeras exposiciones en París de los tres pablos que marcarían el paso en el tránsito del postimpresionismo a la pintura moderna: Cézanne, Gauguin y Picasso. Y tuvo una estrecha relación profesional y personal con buena parte de las demás figuras clave en este proceso, como Renoir, Matisse, Rouault o Daumier. Su éxito fue tal que a su muerte –cuando ya se consideraba más un coleccionista que un marchante y solo recibía a clientes escogidos– en su casa de la rue Martignac, en París, había entre 5.000 y 10.000 obras de arte.

El marchante murió en julio de 1939 y del modo más inesperado: su coche se salió de la carretera y un objeto contundente –al parecer una escultura de bronce de su propia colección– le partió el cuello. Sin embargo, entre las hipótesis que rodean su óbito no falta la del asesinato, alimentada por las circunstancias en las que se produjo la dispersión de su legado tras su fallecimiento, a veces rocambolescas, otras bajo la sombra de la amenaza nazi e incluso envuelta en disputas judiciales que se prolongan hasta el presente.

Foto del videocreador Pedro Cembranos.

De la mano de especialistas en historia del arte y en escultura como Jean-Paul Morel, Catherine Geens y Dominique Forest, y ambientada en los escenarios originales de la vida de Vollard, la videocreación adopta, como explica Cembranos, “el género documental para ilustrar una oscura trama donde el arte, la muerte, la codicia y la memoria se entrecruzan en el destino de un marchante y coleccionista que contribuyó en gran medida con su trabajo al sistema del mercado del arte tal y como hoy lo conocemos, y cuya incalculable colección se encuentra hoy diseminada en numerosas instituciones públicas y colecciones privadas. En la actualidad, ni la tumba donde descansan los restos de Vollard lleva su nombre”.

Pedro Luis Cembranos subraya cómo El accidente de Vollard se inserta de forma lógica en su trayectoria porque “me interesa trabajar con la anécdota y la anomalía, en este caso, el hecho de un galerista-coleccionista que muere, literalmente, por una obra de arte, por una escultura que le parte el cuello” y que invita a reflexionar “sobre una serie de paradojas en torno a la práctica artística y al mercado del arte”. Sin embargo, al comenzar su investigación descubrió que “lo que se escondía detrás de la muerte de Vollard resultó ser una historia tan apasionante, que a medida que se desarrollaba el proyecto me fui haciendo consciente de que lo importante era intentar ser lo más honesto posible a la hora de abordarla, y que fuera el propio relato el que dibujara las distintas versiones más o menos veraces que sobre su muerte circulan entre biógrafos y especialistas”.

Este desarrollo le llevó a una pieza final que “no es cine documental, pero lo parece; no es ficción, pero toda narración es en sí misma otra forma de relato, otra forma de construcción; es como un ensayo que tuviera trazas de novela, y que a su vez se pudiera leer como una biografía, o como una poesía, o como un cuaderno de viaje…”.

Fotograma de esta videocreación.

La pieza, de sesenta minutos de duración, ha requerido un trabajo en profundidad a lo largo de meses en los escenarios originales de los sucesos que jalonan la vida de Vollard. “La beca Multiverso me ha permitido trabajar con un presupuesto superior al que estoy acostumbrado a manejar. Y si bien apenas es suficiente para desarrollar un proyecto de las características que ahora se presenta, sí que he podido abordarlo de una forma quizá más ambiciosa”.

Laura Baigorri, comisaria de la exposición y profesora titular especialista en Arte y Nuevos Medios en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, hace hincapié en “la exhaustiva investigación” de Cembranos, que recurre al documental para mostrar una historia que no pierde en ningún momento el pulso y donde “la intriga y el misterio planean sobre la muerte de un famoso galerista, editor y marchante de arte francés. Este sugestivo relato, que se muestra acompañado de los parajes por donde discurrió la vida y la muerte de Vollard, va desvelando pausadamente, no solo los detalles concretos que afectan a un legado en particular, sino los complicados entresijos personales y legales ocultos en la penumbra de los cuartos traseros del coleccionismo y del mercado del arte europeo del siglo XX”.

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