Descubierto un Rubens en Salamanca

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Recientemente un estudio llevado a cabo por Matías Díaz Padrón, publicado en la Revue Belge d’Archeologie et d’Historie de l’Art, ha descubierto que el óleo San Agustín que forma parte del retablo de la iglesia de La Purísima es obra del pintor flamenco realizado en su época más fecunda, entre 1614 y 1620

Una investigación llevada a cabo por Matías Díaz Padrón, antiguo conservador jefe de Pintura Flamenca y Holandesa del Museo del Prado y presidente de honor del Instituto Moll de Madrid, ha descubierto que el cuadro San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad, situado a la derecha de la Inmaculada Concepción de José de Ribera en el retablo de la iglesia de La Purísima de Salamanca, es obra del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens. Las conclusiones de este estudio han sido publicadas recientemente en la prestigiosa Revue Belge d’Archeologie et d’Histoire de l’Art, editada por la Real Academia de Arqueología e Historia del Arte de Bélgica.

El estudio revela que este cuadro no es italiano, como se había pensado en un primer momento, ni de un autor desconocido de la pintura flamenca del siglo XVII, sino de uno de sus máximos exponentes y uno de los grandes maestros de la pintura: Rubens.

Sobre estas líneas y arriba, retablo completo de la iglesia La Purísima de Salamanca. Abajo, a la derecha, está el cuadro de Rubens.

Díaz Padrón, que desde su etapa de estudiante recorría España en busca de pintura flamenca, ha explicado que este trabajo es fruto de la investigación que durante décadas ha realizado sobre esta imagen. Y añade que “la monumentalidad de la imagen (el santo acompañado de un ángel mientras extiende su mano sobre un niño con la montaña y el mar en la lejanía) está en consonancia con la estatuaria de tantos senadores de la Roma clásica que Rubens dibujó en su estancia en Roma. Es un diseño majestuoso y rico en brocados del periodo genovés de Rubens con ecos renacentistas”.

Hace ya años Díaz Padrón certificó que, a diferencia del resto de piezas que forman parte de este retablo, esta obra no era italiana sino flamenca. Con el paso de los años y tras ver la obra muchas veces “me hizo reconocer una imponente calidad del estilo de Rubens”, lo que le hizo pensar que pudiese ser un cuadro del pintor flamenco realizado entre 1614-1620, “cuando trabaja con materia más sólida y dominio de los tonos locales y vivos”, a diferencia de sus últimos años en los que realizó “una pintura más suelta”.

Detalle de San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad, de Rubens.

Todo esto le llevó a una larga investigación que ha podido resolver gracias al hallazgo de un grabado en los fondos de los archivos de la Biblioteca Nacional de Amberes y del estudio del boceto de la obra antes de que fuese subastado en Londres en 2015, que había sido tasado por poco valor al atribuirse a un alumno de la escuela de Rubens, y que tras el hallazgo de Díaz Padrón fue retirado y puesto a la venta meses después como obra de Rubens con un precio mucho mayor.

Resuelto todo esto, quedaba saber cómo este cuadro había llegado a la iglesia de la Purísima de Salamanca en la segunda mitad del siglo XVII, ya que el VI conde de Monterrey, benefactor de este templo, había adquirido la mayoría de las obras durante su estancia en Italia como virrey de Nápoles. Sin embargo, el hallazgo de que la sucesora en el condado de Monterrey tuvo por marido a Juan Domingo de Haro, que fue gobernador de los Países Bajos en los años setenta del siglo XVII, explican que “fue este el que trasladó la obra de Rubens a Salamanca”.

Grabado de Alexander Voet.

Tras confesar que se alegra de “haber aportado un granito de arena a la pintura del barroco que se encuentra en Salamanca”, ha señalado que “la solemnidad de la silueta y los brocados de oro viejo corresponde a la época más fecunda del pintor” en un lienzo en el que “el santo se detiene al ver un niño que intenta verter las aguas del mar en un pequeño pozo” ante la mirada de un angelito con su mitra.

Y, por último, para Díaz Padrón, el descubrimiento de que San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad es de Rubens, “con la garantía y el peso de la publicación por el máximo organismo del mundo del arte de Flandes”, supone “algo muy importante para Salamanca porque es una obra que forma parte del patrimonio de una nación y no tiene precio”.

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