La exposición en CentroCentro Cibeles de la XIX edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña recoge dos historias de exilio y refugio, una de memoria y justicia histórica y otra de pobreza y exclusión. Sus autores: Olmo Calvo, ganador de esta edición, Miguel Mejía, Santi Palacios y Javier Guijarro -los tres finalistas- han hecho de sus imágenes en color documentos sinceros, crudos y con alma. En Madrid de 3 a 28 de febrero
La fotografía de la cabecera fue tomada por el fotógrafo santanderino Olmo Calvo. Forma parte de su serie Supervivientes en busca de refugio, con la que ha obtenido el Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, convocado por Médicos del Mundo. En su periplo junto a estos supervivientes, Olmo Calvo además de captar a este niño en un banco del Parque Bristol de Belgrado, descansando como tantos otros refugiados en su camino hacia Hungría, ha documentado cómo una familia escapa de un cerco policial, la espera de una niña que va a ser trasladada a un campo de refugiados o el momento en que unos policías húngaros lanzan gas pimienta a las personas que intentan pasar la frontera desde Serbia. Las diez fotografías de la serie que se expone en CentroCentro Cibeles son momentos recogidos entre el 25 de agosto y el 16 de septiembre de 2015 en el viaje de cientos de personas procedentes de Siria, Iraq o Afganistán en busca de refugio en Europa. Como constata el fotógrafo en el texto que acompaña a su trabajo, este es «un capítulo más de esta trágica historia, todavía inconclusa».

Serie Supervivientes en busca de refugio, por Olmo Calvo.
El trabajo de Santi Palacios, la serie Miles de vidas en juego para llegar a Europa, segundo finalista, también aborda la huida de la guerra, el hambre o la persecución y el riesgo a perder la vida en los 10 kilómetros que separan las costas turcas de la isla griega de Lesbos. Uno de los textos que en la exposición y el catálogo acompañan a estas imágenes duras por la realidad que certifican explica muy bien por qué son necesarias tanto estas fotos como iniciativas como este premio que organiza Médicos del Mundo: «Cada tarde y cada noche se ahoga gente en el trayecto. Cada mañana aparecen cuerpos en la orilla. Cada día se repiten los gritos de pánico y las hipotermias. Cada jornada repetimos y enviamos las fotos para que algo cambie y para que nadie pueda decir que no lo sabía».

Serie Miles de vidas en juego para llegar a Europa, por Santi Palacios.

Serie Miles de vidas en juego para llegar a Europa, por Santi Palacios.
Los otros dos trabajos que constituyen el cuerpo central de la exposición (a los cuatro se suman dos proyectos seleccionados) miran hacia otras realidades distintas que también requieren atención. El fotoperiodista peruano Miguel Mejía (primer finalista y el único de entre los reconocidos que no es español) es el autor de la serie El dolor del retorno. Mejía convenció a un periódico de su país para abordar este proyecto como un trabajo documental: se trataba de acompañar al Equipo Forense Especializado (EFE) para exhumar en el distrito de Chunguí en los Andes los cuerpos de los asesinados entre 1980 y 2000 en los enfrentamientos entre Sendero Luminoso y el ejército peruano. Sepultados en fosas comunes, fueron exhumados por el EFE y entregados a sus familias. Mejía fue recogiendo momentos de las distintas fases con la intención. como nos comentó en la presentación de la exposición, de «mostrar a los jóvenes lo que ha pasado en tu país para que no vuelva a pasar lo mismo». El fotógrafo asistió también a la entrega de los restos a los familiares y les acompañó a enterrarlos. «Mi labor no es solamente apretar el botón, es acercarme a ellos, conversar con ellos y tratar de entenderlos. Les explico lo que hago y por qué es importante mostrarlo. Ellos esperan una reparación del Estado y la sociedad necesita conocer esta realidad». Mejía cuenta que haber recibido este reconocimiento por parte de Médicos del Mundo favorece que este trabajo y la realidad que muestra se conozcan más en su país, donde, según confiesa, se tiende a silenciar lo que ocurrió.

Serie El dolor del retorno, por Miguel Mejía.

Serie El dolor del retorno, por Miguel Mejía.
El tercer finalista, Javier Guijarro, recoge en una realidad vecina al visitante de la exposición en el Palacio de Cibeles. Su serie Madrid dormitorio está compuesta por diez fotografías: los diez escenarios en los que duermen personas sin hogar, captados cuando ellas ya no están. «Me parece una forma diferente de hablar de la gente sin techo en Madrid. No centrarlo tanto en la persona, sino en la situación». Las diez fotografías tienen el mismo título: Madrid, Calle x s/n. Muy expresivo de la exclusión y la soledad que acompaña a vivir en la calle.

Serie Madrid dormitorio, por Javier Guijarro.

Serie Madrid dormitorio, por Javier Guijarro.
El Premio Luis Valtueña lleva el nombre de unos de los cuatro cooperantes a los que se quiere recordar con este certamen que promueve la fotografía humanitaria y la denuncia de las violaciones de derechos humanos. Valtueña era fotógrafo y murió asesinado en Ruanda en 1997, como Flors Sirera y Manuel Madrazo; Mercedes Navarro también fue asesinada, pero en Bosnia y dos años antes.
Médicos del Mundo concede al ganador, en este caso Olmo Calvo (quien, por cierto, también obtuvo el Premio Luis Valtueña en 2012 por una serie sobre los desahucios en Madrid) una beca de 6.000 € destinada a realizar un proyecto fotográfico en uno de los ámbitos de trabajo de esta ONG. El jurado ha estado compuesto por las fotógrafas Marisa Florez y Begoña Rivas, los periodistas Carlos del Amor y Bru Rovira y un miembro de la Junta directiva de Médicos del Mundo España, Javier Arnaro. En el concurso han participado 317 fotógrafos procedentes de 47 países con 2.547 fotografías en total.