Vivian Maier, la niñera fotógrafa

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Una nodriza taciturna y compleja realizó entre los años cincuenta y setenta decenas de miles de fotografías de Chicago y Nueva York que cayeron en el olvido. Un documental, dos libros e internet la encumbran ahora al olimpo. En Descubrir el Arte 195, FRANCISCO J. R. CHAPARRO nos presenta a esta artista, que lo fue de forma póstuma

El artículo de Francisco J. R. Chaparro en Descubrir el Arte 195 plantea, tras haber contado la fascinante historia de esta niñera fotógrafa, una serie de preguntas retóricas que abren un interesante debate sobre la legitimidad de hacer pública una obra que su autora guardó para sí. «¿Qué estatus cabe concederle a las impresiones de «museo», en gran calidad y de gran tamaño, de la obra de una fotógrafo amateur como Vivian Maier? ¿Qué fotos habría seleccionado y cuáles no? Incluso, ¿estaría de acuerdo con que sus fotos fueran expuestas al público?». Maier no es el único ejemplo que expone Chaparro sobre el problema de la autoría y de la impresión póstuma de negativos: recuerda en su artículo la polémica que se desató tras la publicación de la monografía póstuma de Diane Arbus o la exposición de Garry Winogrand en el Metropolitan Museum que incluyó algunas de las imágenes que este fotógrafo norteamericano había dejado son revelar.

¿Cómo es el caso de Maier? «Su material fotográfico, junto al resto de sus enseres, se arracimaba a su muerte en 2009 en un guardamuebles de Chicago. Por caprichos del destino, un historiador amateur, John Maloof, se hizo con una de sus cajas llenas de rollos de película en una subasta y, fascinado por lo que encontró, decidió seguirle el rastro a Vivian Maier y dar a conocer su legado fotográfico. Y aquí es donde comienza su vida pública (y póstuma). Maier se hizo artista siguiendo el patrón 2.0, desde internet, cuando sus fotos se ganaron los aplausos virtuales de los foros de fotografía; no desde las instituciones, que veneran por encima de los negativos las impresiones vintage –escasas y de baja calidad en su caso, reveladas en establecimientos comerciales–. Una película documental contribuyó a agrandar su personaje y dos libros monográficos (Self-Portraits y Street Photographer), editados recientemente por Powerhouse Books, han conseguido acercar su obra, por fin, a la lupa de la crítica. De modo que una búsqueda de su nombre en Google a principios de 2015 devuelve ya cerca de dos millones de entradas».

San Francisco, California, 4 de noviembre de 1955 © Vivian Maier.

San Francisco, California, 4 de noviembre de 1955 © Vivian Maier.

24 de Septiembre, 1959, New York, NY, © Vivian Maier.

24 de Septiembre, 1959, New York, NY, © Vivian Maier.

Maier, que empleó diferentes nombres -algunos de ellos ficticios-, trabajó como niñera, era celosa hasta lo patológico de su intimidad y tenía una existencia taciturna y compleja que terminó al borde de la indigencia. La de fotógrafa fue una de sus máscaras, la más persistente. «Su Rolleiflex le había permitido asomarse a la realidad sin necesidad de adentrarse en ella, y sin ni siquiera mirarla de frente, desde la distancia del visor vertical de la cámara. A pesar de la deslumbrante calidad de sus fotos, no parece que Maier hubiera tenido nunca pretensión alguna de iniciar una carrera como fotógrafa, y pocos fueron los que tuvieron la oportunidad de verlas en vida de su autora». Tal y como señala Chaparro, «Maier había acumulado decenas de miles de negativos tirados desde mediados de los años cincuenta hasta los setenta resultado de sus aventuras fotográficas por las calles de Chicago y Nueva York». No había pretensión artístico, sí sensibilidad social. «Maier se mueve socialmente entre líneas, sin atributos fijos, fuera de los patrones lo mismo del núcleo familiar clásico que de lo outsider, y su fotografía captura esta movilidad. Un reflejo en un escaparate, dos manos que se tocan, una mujer que se dispone a introducirse en un lujoso coche, el interior de un cubo de basura, un montón de cajas apiladas, un caballo muerto en la acera, la sonrisa de un niño, las mujeres que hacen cola esperando el autobús. Este es el mundo fluctuante de Vivian Maier, ajeno a toda pretensión artística, solapado con su propio deambular».

Sin título. Pareja abrazada con ropa de cuadros, 1960 © Vivian Maier.

Sin título. Pareja abrazada con ropa de cuadros, 1960 © Vivian Maier.

Lee el artículo completo en Descubrir el Arte 195, disponible en los quioscos y en quiosco.arte.orbyt.es

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