On colour: reflexiones en torno al color

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El Corte Inglés de Callao acoge en sus escaparates el proyecto On colour: la indagación de seis artistas acerca del color. Vinculada a las actividades que, desde finales de febrero, se desarrollan en Madrid en torno a Arco y el arte contemporáneo, esta exposición se puede ver hasta el 15 de marzo

Rosa Brun, Mitsuo Miura, Nico Munuera, Ángeles San José, Jordi Teixidor y José María Yturralde son los seis artistas que participan en esta edición del programa de Ámbito Cultural de El Corte Inglés dentro de afterArco, que cumple en 2015 once años. Cada uno de ellos presenta una obra y todas están vinculadas, de una manera u otra, al color.

Nico Munuera (1974)  en su Window Color Chart ha creado una carta de color que invade el espacio. «El color -explica el artista-, algo tan básico y cotidiano en nuestras vidas, representado de manera modular sin ningún artificio, dejando tan solo su poder natural de atracción. De esto modo, serán los viandantes sobresaturados de imágenes, lo que decidirán asomarse o no a la ventana de un profundo instinto que subyace en el hombre desde sus orígenes. La atracción inconsciente que provoca el color sin más en nuestro interior». La disposición de cada pieza de color que compone la intervención se presenta como un fotograma, de forma que el montaje tiene mucho de cinematográfico. El tiempo y el espacio, el movimiento y la fluidez se convierten en argumentos de una obra que pretende ser una cartografía de la pintura.

Window Color Chart, por Nico Munuera.

Window Color Chart, por Nico Munuera.

618-780 nm es el intervalo de una medida de una longitud de onda de la luz y el nombre de la obra que presenta Rosa Brun (1955) en este proyecto. Según explica la artista, «percibimos el color rojo cuando hay una fotorrecepción de una luz con una longitud de onda dominante que mide entre 618-780 nm». El rojo en esta obra tiene el poder de dominar del espacio y de transformarlo. «El color rojo percibido en una determinada longitud de onda nos sitúa en un límite de representación visual, inexistente si cambiamos nuestra posición en el espacio. Percibir su calor nos hace únicos desde lugares recónditos en el universo». Ángeles San José (1961) propone una visión contemporánea del paisaje descomponiéndolo. Su obra, Un paisaje en el Norte, apila los elementos de la naturaleza (aire, agua, luz…) que se trata como algo susceptible de ser iluminado. «Dibujemos unas líneas de color: la imagen de las fluctuaciones de la luz; el recuerdo del agua, la sombra en la distancia… Una abstracción de lo diferente de un escaparate según las horas del día», indica San José.

«En un espacio incierto y yermo, el color con sus reflejos es el único obstáculo, el único impedimento para el vacío absoluto del blanco», esta presentación de Jordi Teixidor (1941) de su obra El sonido del color es tan poética como la propia instalación. En ella confluyen la luz, el espacio y el color. Frente a ella, el espectador debería pararse a escuchar. En la propuesta de José María Yturralde, Eclipse, el color se cubre de misterio. «El cuadrado negro, puerta metafórica de un pasar a otras dimensiones, ante lo sublime cósmico, es como una muerte que anuncia la nueva aurora. Quizás otros universos… Nuevos e interminables misterios que, asombrados, tratamos de asumir y darles significado desde nuestra realidad humana». Yturralde cuenta que lleva trabajando en sus Eclipses desde principios de los años noventa; los primeros pasos fueron bocetos y pequeños cuadros, «aquel inicio, muy homenaje a Malévich por cierto, sigue proyectando esa cuestión ancestral, del porqué del inicio, del comienzo de tiempo […] quizás un instante puntual del que parte una fluctuación espacio temporal en la infinidad del vacío activo […]».

Terminamos este paseo con el trabajo de Mitsuo Miura (1946), el que hemos escogido para encabezar esta reseña: Show Window, especialmente representativo del proyecto en El Corte Inglés porque trata precisamente de escaparates. El artista japonés lleva años trabajando sobre el tema de las miradas inducidas por el consumismo. «La idea y el objetivo de este proyecto es construir un pequeño hábitat ilusorio o imaginario, para animar a los viandantes a que ellos mismos se auto inviten a proponer su propio deseo o ilusión en él -aunque sea solo de un modo ficticio- y que puedan soñar, o recrear su fantasía de estar felizmente ensimismados en este lugar, o de ser contemplados por otros viandantes». El rojo de la tipografía es la llamada de atención en un tono luminoso sobre el fondo de la pared e iluminado con fluorescentes.

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