El testimonio de Leonardo Da Vinci en su único autorretrato conocido

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Por primera vez se expone en Roma, en la muestra «Leonardo da Vinci. Autorretrato» de los Museos Capitolinos, el único Autorretrato conocido de Leonardo da Vinci, conservado hasta el momento en la Biblioteca Real de Turín. Para cumplir con este honor, la pieza ha tenido que pasar un proceso de restauración no ‘invasivo’

El trabajo de restauración ha consistido en un control e inspección de las manchas del papel que lo soportan, así como una revisión de las hipótesis estipuladas hasta el momento. El Autorretrato forma parte de esta muestra sobre los dibujos autógrafos de Leonardo da Vinci, pertenecientes a la valiosa colección gráfica de los siglos XV-XIX de la Biblioteca Real de Turín.

Los visitantes que acudan a la exposición podrán conocer, a través de las tres secciones en las que se divide el discurso expositivo, los acontecimientos más importantes de la vida Da Vinci; las vicisitudes que han acompañado a la obra así como las características de la técnica “sanguínea”utilizada por Leonardo con piedra roja.

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Proceso de restauración con física fluorescenza.

Sin embargo el foco de miradas es (y quizás será) el único autorretrato reconocido del artista, que muestra un rostro  muy preciso y meticuloso en cuanto al tratamiento de los rasgos físicos. En la parte inferior ha quedado escrito “Leonardus Vincius Ritratto di se stesso assai vecchio” (Leonardo da Vinci, Retrato de sí mismo bastante viejo). Y es más que evidente esta premisa, ya que la fisonomía nos retrata a  un hombre cerca de los sesenta y muchos años, canoso y calvo en la parte alta de la cabeza. La mirada es severa y las huellas de la vejez surcan la cara con profundas arrugas en la frente, alrededor de los ojos, en la boca y en las mejillas.

Proceso de restauración, pintura al seco.

Proceso de restauración, pintura al seco.

El papel en el que aparece la efigie del maestro renacentista se ha datado a finales del siglo XV e inicios del XVI; y según los análisis, está fabricado con fibras de cáñamo y lino, y con algunos fragmentos de lana coloreada. Es precisamente este último aspecto,que parece ser un “refuerzo” (posiblemente como fruto de una antigua restauración), lo que ha despertado el apetito a los especialistas para emprender nuevas investigaciones de archivo. También se han reanudado las hipótesis sobre la posibilidad de que el rostro de este dibujo correspondiese a antiguos filósofos, como Pitágoras o Demóstenes, o al mismo padre de Leonardo, Piero da Vinci.

Tras su muerte en 1519, Leonardo Da Vinci deja como poseedor de sus manuscritos, dibujos y apuntes, a su fiel colaborador, Francesco Melzi. Sus herederos fueron los culpables de que no se conservara la herencia del maestro italiano, y por ende, que desapareciese  este folio.

Detalle del dibujo del autorretrato.

Detalle del dibujo del autorretrato.

Su reaparición tuvo lugar en 1839 cuando se vendió la colección de dibujos del artista al rey Carlos Alberto de Saboya. Es muy posteriormente en el 2012, cuando el Autorretrato y el Códice del vuelo de los pájaros llegaron a vivir un viaje tan increíble como que estuvieron a bordo del vehículo espacial  ‘Curiosity’ con el que llegaron  a Marte,  tras un viaje ni remotamente imaginado por su creador, seguro precursor de la ciencia moderna.

Carmen del VANDO BLANCO

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