Hoy se inaugura la exposición Gleizes y Metzinger: Du cubisme (1912-1947) en la Fundación Juan March de Madrid, una muestra que acoge el primer manifiesto cubista con sus estampas junto a óleos de los autores del ensayo
El cubismo inunda un pequeño espacio de la sede madrileña de la Fundación Juan March con la exposición temporal Gleizes y Metzinger: Du cubisme (1912-1947). Hasta el 29 de agosto se puede contemplar la muestra de formato reducido sobre estos dos artistas fundamentales para el movimiento cubista. Albert Gleizes y Jean Metzinger no solo fueron pintores, sino que basaron su arte en el pensamiento teórico que cristalizó en el ensayo Du cubisme, publicado por Eugène Figuière, un poeta y editor parisino en 1912.
Sin título, 1946, por Jean Metzinger. Arriba, Fragmento de Sin Título, punta seca, por Albert Gleizes. Compañía Francesa de ARtes Gráficas, París, 1947 © Vegap.
Esta publicación tuvo gran repercusión en el Salon de la Section d’Or del mismo año, por lo que puede decirse que es el primer manifiesto estético del cubismo. Ya a mediados del siglo XX, tras la tormenta vanguardista, Albert Gleizes añadió una introducción al texto, mientras que Metzinger se encargó del epílogo. Como el propio Gleizes aclaró, los objetivos del ensayo aglutinaban el deseo de sintetizar las reflexiones y pensamientos que envolvían al movimiento cubista, ratificando así que la pintura es sin duda un arte reflexivo. Du cubisme también pretendía clarificar y despejar dudas sobre la esencia del cubismo, considerando que debían ser los pintores y no los meros teóricos quienes explicaran todo ello. Su ruptura con el arte imitativo se justificaba en palabras como: «[…]Por otra parte, sabemos que incluso las infracciones más graves de las reglas de la perspectiva de ninguna manera van en detrimento de la espacialidad de una pintura».
Portada de la primera edición de Du Cubisme, de Albert Gleizes y Jean Metzinger, París, 1912.
La primera edición fue una joya ilustrada, pues numerosos artistas adheridos al movimiento en mayor o menor medida se encargaron poner imagen al texto. Cézanne, Picasso, Derain, Braque, los mismos Metzinger y Gleizes, Léger, Duchamp, Gris y Picabia fueron los gigantes que pusieron su arte al servicio del manifiesto cubista. En el texto, ambos pintores hacían un homenaje a Cézanne: «Entender a Cézanne es prever el cubismo. A partir de ahora estamos justificados al decir que entre esta escuela y manifestaciones anteriores solo hay una diferencia de intensidad, y que con el fin de asegurar esto solo tenemos que estudiar los métodos de este realismo, que, saliendo de la realidad superficial de Courbet, se sumerge con Cézanne en la realidad profunda, aumentando de tal manera su luminosidad que obliga a lo incognoscible a retirarse«.
Hombre con sombrero, 1914-1915, Pablo Picasso. Fundación Pablo Picasso, Casa Natal, Málaga.
Con el paso del tiempo, la edición de 1947 redujo el número a once estampas, una de ellas de Jacques Villon, quien no participó en 1912. El origen de estas imágenes se remonta a los años veinte, momento en que los autores prepararon los grabados que se estamparían en 1947. Es el caso del Hombre del sombrero de Pablo Picasso, realizada a comienzos de la Primera Guerra Mundial, ilustración que se encuentra entre los seis aguafuertes, tres puntas secas y dos aguantintas de que se compone la reedición.
Los músicos, 1920, por Albert Gleizes.
La exposición muestra un ejemplar de la segunda edición junto a todas sus estampas, pertenecientes a la colección de la Fundación Juan March, además de tres óleos, Los músicos (1920) y Composición (1921) de Albert Gleizes junto a Naturaleza muerta, frutas, vaso y nuez de Jean Metzinger, y el grabado picassiano Hombre del sombrero (1914-1915) cedido por la Fundación Picasso de Málaga.
Natalia de VAL NAVARES