Dante Alighieri en los Uffizi

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Con motivo del 750 aniversario del nacimiento del poeta Florentino, la Galería de los Uffizi expone el Retrato alegórico de Dante de Bronzino como homenaje al gran literato que elevó la lengua toscana al Olimpo de la literatura

Del famoso retrato del poeta Dante Alighieri, nacido en Florencia en 1265 y muerto en Rávena en 1321, se conocen la primera ubicación y la identidad del cliente a ciencia cierta mientras que su autoría se ha asociado a Bronzino, quien habría realizado este óleo entre los años 1532 y 1533. La pintura representa un testimonio lírico del culto renacentista hacia las figuras ilustres, específicamente dedicado a los literatos fundadores de la lengua italiana. Ahora cuelga en comodato en la prestigiosa Galería de los Uffizi, cuyo director, Antonio Natali, declara a este propósito: “Me ha parecido importante que en este 2015, año en que se celebra el 750° aniversario del nacimiento de Dante, también los Uffizi formaran parte de los lugares que rinden homenaje a la memoria del poeta.» El lienzo, hasta hace poco expuesto en el Palazzo Vecchio, participó en la exposición de Bronzino celebrada en el Palacio Strozzi junto a una tabla de similar estilo, tema y tamaño que se conserva en la National Gallery de Washington. Su comparación reforzó la idea de que es la tabla florentina la que ha de ser considerada autógrafa por mano de Bronzino, frente a la estadounidense, que será una réplica aunque prácticamente coeva.

Retrato alegórico de Dante, final del siglo XVI. National Gallery of Art de Washington.

Retrato alegórico de Dante, final del siglo XVI. National Gallery of Art, Washington. Arriba, Retrato alegórico de Dante, 1533-34,  por Agnolo Bronzino. Colección privada, Florencia.

Las vicisitudes históricas de esta luneta están ligadas a un episodio referido por Giorgio Vasari en la Vida de Bronzino. Este pintor recibió el encargo de los retratos de los tres padres de la literatura italiana, Dante, Petrarca y Bocaccio, por parte del banquero florentino Bartolomeo Bettini a su vuelta de Pésaro. Bettini deseaba colgar los lunetos de los literatos italianos en una de las habitaciones de su vivienda.

Venus y Cupido, 1532-34, por Jacopo Pontormo. Galería de la Academia, Florencia.

Venus y Cupido, 1532-34, por Jacopo Pontormo. Galería de la Academia, Florencia.

El significado global del proyecto está descrito por Giorgio Vasari en la Vida de Pontormo, autor que para esa misma habitación ejecutó una tabla con Venus y Cupido, siguiendo el cartón de Miguel Ángel. De las efigies de los tres grandes, la única hasta ahora conocida es la de Dante, pues además existe un dibujo preparatorio, la ya mencionada réplica de taller, variadas copias gráficas y la xilografía del busto en el frontispicio de la Divina Comedia por obra de Francesco Sansovino.

Frontispicio de La Divina Comedia, xilografía realizada por Francesco Sansovino.

Frontispicio de La Divina Comedia, xilografía realizada por Francesco Sansovino.

Cabe indicar que la tabla conservada en la National Gallery de Washington fue atribuida anteriormente a Bronzino y también redimensionada por Jonathan Nelson, quien la consideró un buen producto del taller del pintor. Probablemente fuera pintada por encargo de un miembro de la Academia Florentina después de 1541, cuando la disputa centrada en la promoción de la lengua toscana vulgar que tanto interesaba a Dante tenía su reflejo en el debate político, más allá del literario. En este panorama, tanto Bettini como su amigo Miguel Ángel Buonarroti estaban apasionadamente volcados en defender la República contra la tiranía del duque Alessandro de’ Medici. El Canto XXV del Paraíso, compuesto por Dante deseoso de retornar del exilio al que fue condenado por ser contrario al partido de los güelfos, recuerda especialmente los azares políticos de la familia Bettini.

La cena de Emaús-Jacopo Pontormo

La cena de Emaús, 1525, por Jacopo Pontormo. Galería de los Uffizi.

El soporte en tela de la obra, poco frecuente en la Florencia de la primera mitad del siglo XVI, no merma su autenticidad (existen otros importantes ejemplos como la Cena de Emaús de Pontormo o el Enano Morgante también de Bronzino, ambos en los Uffizi). Al lienzo, de propiedad privada, se le atribuye actualmente la autoría de Agnolo Tori, apodado Bronzino.

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El enano morgante, 1553, por Agnolo Bronzino. Galería de los Uffizi.

Arte aparte, Dante no escribió solamente La Divina Comedia. Entre sus textos, también son célebres la Vida Nueva (1292-93), escrita en latín alternando verso y prosa inspirada en Beatriz Portinari, así como el tratado La lengua vulgar (1304-07) sobre el origen del lenguaje o las Rimas influidas por el dolce stil nuovo. Sin embargo, fue la Comedia (posiblemente su título original) o La Divina Comedia (1307 y 1321) como la rebautizó Boccaccio, el poema alegórico en lengua vulgar toscana, el que ha marcado toda la historia de la literatura italiana y de la cultura medieval europea. Una obra maestra que obtuvo inmediatamente un gran éxito y que aún en la actualidad con sus tres cánticos constituye un punto de referencia cultural imprescindible, que sigue desatando muchos interrogativos.

La Divina Comedia, el viaje imaginario del poeta siguiendo a Virgilio y Beatriz para encontrar el justo camino y salir de la selva oscura en la que se había extraviado, dejó una huella indeleble en la historia de las letras, de la pintura, de la filosofía e incluso del teatro y del cine. En el mensaje dantesco, su modernidad aparece intacta a pesar de los siglos.

Carmen del VANDO BLANCO

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