El erotismo en el dibujo

erotico-apertura.jpg

A Gustavo Adolfo Bécquer y a su hermano Valeriano se les atribuye la autoría de una especie de cómic pornográfico: Los borbones en pelotas, y en la revista Cosquillas se colaba, por los años 20 del siglo XX, el personaje Incordiez, que hacía las veces del supuesto director y censor de la revista. De curiosidades como estas y de la acertada valoración gráfica de Javier Domingo se nutre el artículo sobre dibujo erótico del número de agosto de Descubrir el Arte

A finales del siglo XIX surgen en España editoriales especializadas en la publicación de novelas de tinte erótico que salían de las mismas imprentas que las primeras revistas conocidas como sicalípticas. El artículo de Javier Domingo, un gran experto en dibujo, en Descubrir el Arte 198 (a la venta en quioscos y aquí) recorre la historia de esa primavera erótica en nuestro país y recupera los nombres de los mejores dibujantes, con sus interesantes aportaciones. La dictadura franquista, con su férrea censura, marca el fin del relato. Domingo atribuye al profesor Ricardo de la Cierva la afirmación de que «los únicos desnudos que permitió el franquismo fueron los de Adán y Eva en una ingenua viñeta de autor desconocido para la revista Flechas y Pelayos de los años 40, en la que se narraba de forma gráfica, que no gráficamente, la Biblia».

Portada de la novela ilustrada Historia de una mujer, por Eusebi Planas, 1876.

Portada de la novela ilustrada Historia de una mujer, por Eusebi Planas, 1876.

Pero hasta que se impuso el silencio de la censura, hubo toda una serie de grandes ilustradores y dibujantes como Eusebi Planas, Méndez Álvarez, Manuel Tovar, Demetrio o Federico Ribas. Planas era una magnífico dibujante y pintor y dejó su impronta en muchas novelas de la época, que todavía hoy son muy codiciadas como Historia de una mujer (1876), en el que retrató a bellas mujeres en situaciones más o menos provocadoras. Méndez Álvarez (fusilado tras la guerra civil) creó contraportadas muy carnales para KDT, «una publicación para niños de 16 a 80 años», al tiempo que dibujaba en la revista familiar TBO. Tovar se hizo muy popular con las mujeres orondas y esbeltas, de grandes ojos, que publicó en Buen Humor, La Pulga o La Risa. A Ribas, el más cosmopolita de todos, se deben las portadas de los suplementos trimestrales de Crónica; sus desnudos femeninos son, en opinión de Domingo, los más interesantes y cargados de erotismo. Demetrio fue el más habitual ilustrador del género en las primeras décadas del siglo XX; además de trabajar para tebeos infantiles, fundó El viejo verde, una revista de tono erótico-jocoso, en la que también escribía los textos, utilizando pseudónimos con idea de prestigiar la humilde publicación.

Portadas de la revista Crónica, del ilustrador Federico Ribas, primavera 1935 y otoño 1934.

Portadas de la revista Crónica, del ilustrador Federico Ribas, primavera 1935 y otoño 1934.

 

Portada de la novela La querida y la prostituta, de ilustrador anónimo, h. 1930.

Portada de la novela La querida y la prostituta, de ilustrador anónimo, h. 1930.

La cuestión de los pseudónimos también tiene su miga. En su artículo, Javier Domingo cuenta cómo Rafael de Penagos, el autor de las famosas mujeres tobilleras de largas piernas y cortas faldas que aparecían en las revistas Blanco y Negro y ABC y en muchos carteles publicitarios, ilustró portadas y páginas eróticas de muchas novelas eróticas, pero con pseudónimo para evitar la censura de la dictadura de Primo de Rivera. Hubo veces en las que preferió incluso no firmar. También entre los autores de los escritos ocurría esto: los textos desternillantes de Miguel Santos eran en realidad de Miguel Mihura. Los hacía para la revista Cosquillas, en la que aparecía ese personaje que presentábamos al principio: Incordiez, una idea de Díaz Antón para representar a la censura. En muchas novelas eróticas el pie de imprenta remitía a ciudades lejanas como Buenos Aires o a Quito, cuando en realidad se editaban aquí mismo, en Madrid, Valencia o Barcelona.

En su artículo, Javier Domingo profundiza en estas ideas, presenta y valora a más profesionales y hace un interesante recorrido por las publicaciones del género, tanto revistas (Chicharito, La Saeta, Sicalíptico, KDT, ¡Ay va!, La hoja de parra, El viejo verde, Flirt, Muchas Gracias, Color…) como series de novelas (La novela de hoy, Los contemporáneos…).Todo ello ilustrado con una selección de dibujos, portadas y contraportadas en las que es curioso apreciar cómo el tiempo influye en la percepción del concepto de erotismo.

La imagen que encabeza esta publicación es un montaje con detalles de dos portadas de la serie La novela hoy, a la izquierda: La feria del amor, ilustración de Helguera (junio 1931), y a la derecha, La amazona, ilustración de Varela de Seijas.

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

scroll to top