La metamorfosis del Héroe boloñés

El pasado mes de mayo se inauguró en la Pinacoteca Nazionale di Bologna una exposición colectiva llamada Metamorfosi d’ Eroe, en la que se reivindicaba una nueva figura del artista social y sin prejuicios, en el marco de las actividades del Festival Internazionale delle Abilità Differenti, al mismo tiempo que en el cercano Palazzo Fava se exhibía a la Joven de la Perla de Vermeer, entre otras obras maestras del Mauritshuis de La Haya

Los habituales visitantes, acostumbrados a prestar sus minutos a las grandes glorias de la pintura italiana anteriores a la unificación de estados, han podido ser testigos de un sutil pero enérgico golpe a los cimientos de la cultura plástica. En la sala de exposiciones temporales del museo boloñés, se han visto enfrentadas diferentes fuerzas imaginativas salidas de artistas actuales de tan distintas materias como naturalezas, para conseguir dar una única visión del concepto de héroe.

Tras llegar a la capital de la Emilia-Romagna, habiendo estudiado todo el arte posterior a la Academia de los Carracci y completar el itinerario sugerido en el plano de la pinacoteca, decidí terminar el recorrido siguiendo los carteles informativos hasta el sótano. Sin saber de qué se trataba, las pinturas, dibujos, esculturas y videos expuestos me dieron la impresión de ser una muestra de numerosos artistas con el único objetivo de expresar diferentes versiones del tema principal, es decir, la figura del superhombre. Cada una de las piezas parecían dignas de ser vendidas en Arte Fiera, la feria de arte más importante de Europa y que tiene lugar cada año en esta ciudad, o en sus numerosas galerías de Arte Contemporáneo.

Acostumbrado a las propuestas expositivas de los grandes museos de Bellas Artes de España, en los que las exposiciones temporales suelen versar de alguna temática referente a lo contenido en la colección permanente, la visión de este grupo de obras fue desconcertante. Al menos, era llamativo que en un mismo edificio donde se pueden ver obras de Rafael, El Greco o Guido Reni, se exhibieran pinturas abstractas y metafísicas junto a autómatas de latón y esculturas totémicas.

La intención de este proyecto me llevó a ahondar en su significado. Era obvio que el propio museo, coproductor de la muestra, quería poner en valor la producción de los veinte y cinco creadores participantes, estando representadas con ellos las naciones de Italia, China, Irlanda, Bélgica y Estados Unidos. Podría haber sido pensada para otros centros más acorde con la tipología mostrada, puesto que Bolonia, a pesar de ser una ciudad histórica que conserva gran parte de su fisionomía urbana configurada entre los siglos XIV y XVII, cuenta con novedosas instituciones para el arte actual, como el Museo d’Arte Moderna di Bologna (MAMbo), cuya sede, una panificadora de comienzos de la centuria pasada, se adecuó con un completo estudio arquitectónico en 2007, para el perfecto acomodamiento expositivo de este tipo de obras con más de 9.500 m². Esta contradicción me pareció muy atractiva a la hora de saber quiénes eran los artistas firmantes.

La hoja de prensa escrita por el comisario Luca Farulli —profesor de Estética de la Academia de Bellas Artes de Venecia—, desvela el magnífico concepto de la muestra. En este espacio conviven obras de autores de firme formación académica consagrados en el panorama actual dialogando con otras de genios autodidactas, personas que no han tenido una formación artística canónica o que están fuera de los circuitos artísticos tradicionales. Entre ellos se encuentran jóvenes con ciertas discapacidades que han encontrado su perfecto lugar dentro de la cultura, gracias a organizaciones como la Cooperative Sociali Nazareno, y sus programas de integración como el taller Manolibera, en el que se trabaja por la igualdad en este sentido.

Por tanto, las obras de los participantes, de entre los que nombramos a Simone Borciani, Rosario Lattuca, Umberto Bergamaschi, Dante Gambassi,o Zhong Qi Geng, se igualan y se proponen como exponentes a tener en cuenta dentro del panorama del arte italiano, instaladas en el edificio receptor de mayor número de visitas de toda la comarca. En palabras del propio Farulli: “Aquí están las diversas figuras de un héroe, la metamorfosis de un sentimiento, una aspiración que ayuda a vivir, que pide un poco más de vida, al cuidado de sí mismo y de la comunidad: apoyados en el coraje cotidiano, que representa la ventana de entrada de valores positivos. La capacidad para soportar el peso de la realidad, los esfuerzos por mejorar, el coraje en momentos de desaliento, la alegría en el quehacer cotidiano. ¿Qué otras cosas son las muchas formas de héroe de esta exhibición si no una única figura del héroe de la vida cotidiana? Ese gran amigo que nos llena de fuerza”

La iniciativa organizada por la cooperativa mencionada con anterioridad, ha sido apoyada por numerosas instituciones públicas, como el propio gobierno de la ciudad, o el Dipartimento per le Pari Opportunità —Departamento de Igualdad de Oportunidades— del Consejo de Ministros, mostrándose como un ejemplo para todas las ciudades, no sólo de este país, sino de toda Europa.

Aunque en España ha habido ciertas iniciativas por la igualdad en la cultura, como la organizada en 2013 por La Casa Encendida de Madrid con la plataforma “Debajo del sombrero”, en la que se mostraba las obras de personas con discapacidad intelectual, nunca se ha llegado a los límites alcanzados en Bolonia. Trasladar esta idea a museos como el Nacional del Prado, al MNAC de Barcelona o al Bellas Artes de Sevilla, nos daría la ocasión a un público sediento de nuevas propuestas artísticas de ver y escuchar a los creadores apartados de las vías del comercio artístico, aportándoles a éstos una importancia inaudita al ser expuestos en el mismo recinto que Velázquez, Fortuny o Murillo.

Aguardemos con esperanza a que el espíritu del nuevo Héroe boloñés sea fecundo mucho más allá de las fronteras de la Emilia-Romagna, para poder contemplar las gestas de los genios enmudecidos.

Rafael JAPÓN