Turner, el oculto

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El día 19 se estrena en España la película Mr. Turner, del director y guionista Mike Leigh. Este drama biográfico del pintor es una coproducción británico-francés-alemán de 2014, y está protagonizada por Timothy Spall, Dorothy Atkinson, Marion Bailey y Paul Jesson. Ha recibido numerosos premios, como el de mejor actor a Timothy Spall en el Festiva de Cannes, mejor director y mejor actor en el Festival de Sevilla, mejor película independiente en el National Board of Review, entre otros

Retomar la figura del genio inglés, su pintura, su vida y su sospechable carácter de soberbio rebelde, ha sido el hallazgo de Mike Leigh, el acerado director de Naked y Secrets and lies.

Desde la perspectiva oculta del artista inglés, Mr. Turner se construye como una metáfora de la luz y la oscuridad a través del impecable trabajo de diseño fotográfico, en el cual Dick Pope nos transporta el color de Turner a los fotogramas de la cinta. Pero el sentido trascendente de la película reside en embriagar al espectador de la luz cegadora, reflejo de la mente de un hombre adelantado al siglo XIX y sus coetáneos, y en ese enigma que amedrentó al artista durante toda su vida: ¿Qué es el sol?

Fotograma de Mr. Turner.

Fotograma de Mr. Turner.

Es evidente que las connotaciones biográficas, al más elaborado estilo de Hollywood, están presentes en su excesivo metraje, pero el equilibrio visual y verbal se hace patente en una puesta en escena al servicio del retrato psicológico del pintor, interpretado, desde una confección inteligente, por el actor inglés Timothy Spall.

CARATULAwebLa extravagancia de Turner residía en su “vida oculta”, extraña, repleta de avatares familiares dramáticos, la locura de su madre en sus primeros años y la muerte de su padre, fiel guardián de sus secretos y debilidades. Es precisamente en este punto donde Mike Leigh recoge la biografía del autor y la proyecta más allá de la mera envoltura física del hombre, convirtiendo al pintor en un mito y trascendiendo a la razón, como un buscador de tesoros, un filósofo natural que busca la respuesta a esa luz heredada de su admirado Claude Lorraine, una luz que no entiende pero que pinta, una naturaleza que no comprende pero que le seduce. Como el mismo artista diría en vida, “sus obras no estaban realizadas para contemplarlas, sino para provocar al espectador”. Sus armas eran las de un digno héroe homérico, amarrado al mástil del barco en medio de la tormenta. Su propia galerna interior era la luz, el color de una estética que nunca entendió la Royal Academy, pero que el joven crítico John Ruskin vislumbró desde sus primeros encuentros con el artista. Ese es el Turner que Mike Leigh nos entrega como un sueño rescatado del pasado.

Mr Turner scene from filmEl legado personal del pintor es el mismo que el director de la película nos dibuja: su trabajo pictórico perfilado en una magnífica secuencia cargada de violencia expresiva. Turner golpea el lienzo, escupe, agrede la tela. Se enfada con su propia existencia. Deambula por los campos, indaga sin encontrar respuesta, se oculta de sí mismo al final de su vida y asume otra personalidad cuando se traslada a vivir a la parte baja del río. ¿Pudiera parecer un impostor? Es el hombre escondido que se sumerge dentro de la sombra por temor a verse reflejado en un espejo. Es el hombre que no habla, piensa en un tosco gruñido que le confiere su acento cockney. Es el pintor que trasciende el objeto en un estallido de color a través de la mancha. Ese mismo estallido es el fotograma encadenado de Mike Leigh.

Turner entra como un vendaval en el mundo artístico del romanticismo inglés y sale fortificado, criticado y alabado por las generaciones posteriores. Es la reivindicación de la interpretación frente a la representación del objeto. Es el precursor de la abstracción y de la pintura del siglo XX, sin por ello olvidar al Goya de la última etapa.

"Lluvia, vapor y velocidad. El gran ferrocarril del Oeste, por Turner", 1844.

«Lluvia, vapor y velocidad. El gran ferrocarril del Oeste, por Turner», 1844.

Su atmósfera en constante alteración, sea bien en la luz o en el cataclismo, es su propia vida, su actitud trascendente ante su existencia y el sentido último de su arte. Este es el concepto que le interesa a Mike Leigh: la búsqueda de Turner. En una de sus entrevistas, a raíz del festival de Cannes, manifestaba su enorme duda al respecto: ¿Qué buscaba Turner? Detrás de la apariencia de hombre difícil, el director preludia a un gran creador, en sus propias palabras: “el genio que fue”. De ahí su diseño de cámara, esos planos picados que encuentran a la profunda naturaleza devorando al artista, la exquisita profundidad de campo del hombre que piensa, como una mota de polvo en medio de la inmensidad del páramo, el rostro de un Turner –del cual sabemos muy poco en sus últimos años– abocetado en el círculo luminoso de sus cuadros y difuminándose en el color de la cinta, pintando un fantasioso esfumato de Da Vinci.

"El Temerario remolcado a dique seco", por Turner, 1839.

«El Temerario remolcado a dique seco», por Turner, 1839.

Como ya escribí en mi libro El nombre de la luz Oscura, desde la serenidad y el descubrimiento sólo basta con mirar, observar y llegar a ver desde el silencio el universo moderno del pintor, con el exceso y a veces la miseria intelectual de su época que él tanto aborrecía. Su herramienta fue la imaginación y con ella descubrió que el arte es una criatura creada por el hombre, y que su inteligencia la eleva a la belleza del mismo y que nadie es digno de profanarla.

En su soledad y contemplación descubrió al hombre de su tiempo una puerta al futuro, al igual que Mike Leigh nos presenta un encantamiento colorista para convencer al espectador inexperto en el arte de Mr. Turner, de que fue en el color y no en el objeto, donde el artista reafirmó su arrogante existencia. Siempre nos quedará la misma duda: ¿Qué secreto tuvo Turner, el cual le permitió entrar en La Royal Academy? ¿Su dibujo, sus acuarelas, o la osadía de desdeñar el tratamiento de la figura humana? Seguro que Mike Leigh nos entrega alguna pista en su cinta.

Pedro FUENTES

 

2 Replies to “Turner, el oculto”

  1. Verónica García Castañeda dice:

    Exelente artículo, ya quiero ver esa película!!

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