Espacio Trapèzio en el mercado de San Antón de Madrid presenta Todo está muy caro. Declaraciones de Mercado y Declaraciones de estos dos artistas. Una obra y una intervención que están muy relacionadas con el espacio en el que se muestran y que reflexionan sobre conceptos cotidianos. Hasta el 12 de abril
Antonio Caro está considerado como el precursor del arte conceptual en Colombia, a raíz de la presentación en el Salón Nacional XXI de 1970 de una cabeza de sal que representaba al presidente de Colombia en esos momentos, Carlos Lleras Restrepo, dentro de una urna de cristal llena de agua y que debía permanecer así durante toda la exposición, pero por las juntas de los laterales el agua comenzó a filtrarse y la sala terminó inundada, con este hecho casi fortuito, el artista se planteaba el término mismo de la artisticidad. Antonio Caro abrió el camino del arte conceptual en Colombia a los artistas de su generación. Aunque el propio artista dice en cuanto a su etiqueta de artista conceptual que “cuando me pusieron la etiqueta ‘conceptual’, yo realmente no sabía qué era conceptual y me tragué entera la etiqueta y dije: ‘Bueno me sirve de etiqueta’”
A la comisaria de Focus Colombia, María Wills, más que conceptual le gusta el término de artista contra-institución porque aunque “el museo, el mercado, la historia y la crítica terminan por legitimar y oficializar hasta las propuestas más arriesgadas, Caro ha logrado instrumentalizar, desde un agudo sentido del humor, en torno artístico (incluida su propia persona), de ahí su constante vigencia”.
Que el trabajo de este artista siempre traza una mirada crítica y cínica sobre las sociedades del tercer mundo y su afán por seguir modelos de consumo foráneos, es evidente en obras como Colombia (1976), que se se ha convertido en todo un símbolo para el arte colombiano. En este caso utiliza el dibujo, una disciplina artística muy frecuente en su trabajo, e influido por la publicidad (campo en el que trabajó durante un tiempo), para escribir el nombre del país con la misma tipografía de Coca-Cola. Como escribió el crítico de arte Federico de Moraes: “Este es uno de los trabajos más provocadores de Antonio Caro. Un gesto simple, tomó la C de Coca-Cola y la colocó en el lugar de la C de Colombia, todo sobre un fondo rojo, como si quisiera fundir las dos palabras en una sola: Cocacolombia”. Así, suplantando su significado “mercantil con connotaciones locales y populares –comenta María Wills–. De forma ambivalente, Caro se permitió, a la manera de Warhol, criticar y exaltar las sociedades mercantilistas desde una mirada criolla”.
En esta línea crítica, uno de sus temas recurrentes es la denuncia de la situación de las comunidades indígenas en Colombia, en obras como Homenaje a Manuel Quintín Lame (1972-2006), un homenaje a este líder indígena colombiano (1883-1967), Matas de maíz (1977-2009), donde el artista utiliza la mata de maíz para reflejar cómo estas comunidades han sido sistemáticamente ninguneadas en la representación política, esta obra la ha representado en distintas versiones y soportes, hasta el grafiti en los muros del espacio público.
Este es otro de los ejes centrales del artista, la repetición, ya que al re-representar infinitamente su obra, critica el mito de la obra única. Además, hay otro factor importante para Antonio Caro, si una pieza tiene la suficiente solidez conceptual tiene que seguir viva, exponerse en otros lugares, donde permita otras lecturas a partir de otros contextos culturales y sociales.
En esta idea, el proyecto que ha hecho para el espacio de la Asociación Cultural Trapèzio del mercado de San Antón, Todo está muy caro. Declaraciones de mercado, es una versión de la pieza ya realizada originariamente para el XXVII Salón Nacional de Artistas de 1978. Además el propio espacio, al ser un mercado, permitía establecer una lectura muy interesante porque sirve para “generar un diálogo entre la presente obra y lo que puede significar simbólicamente en un contexto donde precio, costo, imagen y producto son parte de la cotidianidad”, argumenta María Wills.
Junto al proyecto de Antonio Caro se expone también una intervención, Declaraciones, de la española Ángela Cuadra, que parte de un trabajo anterior realizado en la residencia de creación Felipa Manuela en 2012. En el transcuso de su estancia, la artista se comunicaba con su vecina de enfrente, con quien compartía patio, mediante una frase escrita en una tela y que colagaba en la ventana, una vez tendida, desde la ventana de la vecina la fotografiaba.
Declaraciones parte de una referencia histórica, lo que durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos se llamó Home Front (frente doméstico) y que recogía las acciones que se podían hacer desde el hogar (concebido como post of dutty –puesto del deber–) para defender la nación frente al enemigo. Luego evoluciona a una concepción más íntima, más relacionada con la historia de la propia casa, a un entorno más íntimo y privado, y es que el uso de la “casa como ámbito de actuación artística es una constante de la artista, que se sirve de los elementos de la vida cotidiana con fuerte valor doméstico”, apostilla María Wills sobre el eje creativo de Ángela Cuadra.
En la versión que ha hecho para esta exposición, la artista exporta esta acción al entorno de lo público. Así, el balcón del mercado emula al de su casa y la vecina de enfrente en esta ocasión es el “habitante de Espacio Trapezio, la obra de Antonio Caro”, con el que trata de comunicarse.
Como la propia artista reconoce “lo que más me interesa es la posibilidad de trabajar en un espacio que no sea puramente artístico, un espacio cargado de otras connotaciones como es Espacio Trapèzio. Llevar el proyecto Declaraciones, pensado para un espacio privado, al ámbito público, a un mercado, es una tesitura interesante que aporta a la obra matices nuevos. El hecho de trabajar con un artista que también utiliza la palabra en su producción artística, aporta a mi obra una dimensión de diálogo nueva, la transforma, abundando en un juego de significaciones nuevo”.