La alta costura de París en el museo

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En colaboración con el Palais Galliera, el Musée de la Mode de la Ville de Paris y Paris Musées, se ha inaugurado recientemente en el Museo de Bellas Artes de Bilbao la exposición Los años 50. La moda en Francia, 1947-1957, que exhibe más de cien modelos y complementos de los mejores diseñadores de la edad de oro de la alta costura francesa. Hasta el 31 de agosto

Tras el crac de la Bolsa de 1929 y durante la Segunda Guerra Mundial, la alta costura había vivido uno de los peores momentos de su historia. Pasada la inmediata posguerra, Europa empezaba a recuperar su ritmo empresarial y económico y casi una década después de que hubiese acabado este conflicto, en los cincuenta, comienza la edad de oro de la alta costura francesa, y con ello, París vuelve a ser la capital de la moda. Esta etapa es crucial tanto por la nómina de grandes modistos que contribuyeron decisivamente al prestigio de la moda francesa –sinónimo de refinamiento, lujo y elegancia–, como Chanel, Balenciaga, Christian Dior, Hubert de Givenchy, Pier Cardin o Schiaparelli, como por el hecho de que por primera vez se abren a la clase media con el inicio del prêtà-porter.

Christian Dior, “Bonbon”, vestido de día, otoño-invierno, 1947-48, tejido de lana “rosa suspiro”, metal dorado y cuero. Palais Galliera, París © Eric Emo/Galliera/Roger-Viollet.

Christian Dior, “Bonbon”, vestido de día, otoño-invierno, 1947-48, tejido de lana “rosa suspiro”, metal dorado y cuero. Todas las imágemes, Palais Galliera, París © Eric Emo/Galliera/Roger-Viollet.

No es la primera vez que la alta costura es protagonista en las salas del museo de Bellas Artes de Bilbao, en 2010 dedicaron una monográfica a Balenciaga, El diseño del límite. Y es que la moda desde hace ya tiempo se ha instalado en los museos y con ello el debate o la polémica de si el asunto de vestir puede considerarse arte. Pero eso es otra historia.

Christobal Balenciaga, Traje de chaqueta de día, nº 28, primavera-verano, 1950. crepé de lana, Palais Galliera, París © Eric Emo/Galliera/Roger-Violle.

Christobal Balenciaga, Traje de chaqueta de día, nº 28, primavera-verano, 1950. crepé de lana.

Los años 50. La moda en Francia, 1947-1957 se había expuesto el año pasado en el Palais Galliera de París, y ha sido el propio director de este museo de la moda, Olivier Saillard, el que se encargó de seleccionar los más de 100 modelos y complementos que conforman esta muestra, en su gran mayoría piezas excepcionales que forman parte de los fondos del museo parisino. Para la muestra de Bilbao, se ha sumado al equipo la experta en historia del traje y de la moda, Miren Arzalluz.

Grès, vestido de mañana, otoño-invierno, 1953-1954, punto de lana de Rodier gris topo con lazo de terciopelo de seda, Palais Galliera, París © Stéphane Piera/Galliera/Roger-Viollet.

Grès, vestido de mañana, otoño-invierno, 1953-1954, punto de lana de Rodier gris topo con lazo de terciopelo de seda.

El recorrido de la exposición muestra la evolución de la figura femenina en diez años, los que van desde 1947 a 1957, desde el nacimiento del conocido como New Look y finaliza con la muerte de Christian Dior y la llegada de Yves Saint-Laurent.

Jacques Fath, traje de baile, h. 1950, tul de fibras artificiales, muselina de seda, satén de seda bordada con hilo metálico, perlas de vidrio y resina en forma de granos de maíz, Palais Galliera, París © Galliera/Roger-Viollet.

Jacques Fath, traje de baile, h. 1950, tul de fibras artificiales, muselina de seda, satén de seda bordada con hilo metálico, perlas de vidrio y resina en forma de granos de maíz.

La muestra está dividida en seis apartados. El primero es introductorio y está dedicado a la figura de Christian Dior porque fue el pionero de esta edad de oro de la moda, recién instalado en la avenida Montaigne, el 12 de febrero de 1947 presentó la primera colección, y con ello «cambió para siempre el panorama de la moda con una nueva silueta femenina calificada por Carmel Snow, redactora jefe de la revista de moda Harper’s Bazaar, como New Look. Las maniquíes que desfilaban por los salones de la maison lucían trajes de largos y formas revolucionarios».

El segundo, «Vestuario de día», muestra trajes de chaqueta, abrigos, vestidos de mañana, conjuntos de tarde, vestidos de tarde, de final de tarde, conjuntos para recibir, vestido de cena informal…  Se exponen modelos de modistos como Balenciaga, Jacques Fath,  Jacques Heim, Carven, Madame Grés o Pierre Cardin.

Hermès, “Hermeselle”, vestido de verano, primavera-verano, 1952, popelín de algodón estampado de Léonard (el cinturón es una reconstrucción), Palais Galliera, París © Fr. Cochennec et Eric Emo/Galliera/Roger- Viollet.

Hermès, “Hermeselle”, vestido de verano, primavera-verano, 1952, popelín de algodón estampado de Léonard
(el cinturón es una reconstrucción).

De ahí, pasamos al tercero, «Vestuario de playa y de campo», ropa para ir a a playa, al balneario, con blusones marineros, pantalones, faldas acampanadas, albornoces o pantalones cortos y, por primera vez, se imponen las bailarinas planas que facilitan la comodidad para pasear en el campo o la playa. «Desde principios de los cincuenta, la juventud ya no se identifica, o solo en parte, con la alta costura. Bajo la mirada divertida de Brigitte Bardot y de Françoise Sagan, que se reparten las portadas de las revistas, una clientela joven impone un guardarropa liberado, con prendas de algodón de corte muy natural (…). Las empresas de confección se adueñan de esta producción y las casas de alta costura desarrollan líneas adaptadas». Y, lo que resulta crucial, esta moda más desenfadada sirve de plataforma experimental para la naciente industria del prêt-à-porter. Se exponen modelos de Hermès y Lanvin-Castillo.

Pierre Balmain, “Antonia”, traje de noche, primavera-verano 1954, satén “Orlon”, bordados en hilo de seda, hilos metálicos y celofán, y aplicaciones de flores de muselina de seda, Palais Galliera, París © Stéphane Piera/Galliera/Roger-Viollet.

Pierre Balmain, “Antonia”, traje de noche, primavera-verano 1954, satén “Orlon”, bordados en hilo de seda, hilos metálicos y celofán, y aplicaciones de flores de muselina de seda.

En el apartado cuarto, «Construcción del cuerpo. Prendas íntimas y lencería», se revisa cómo nace una nueva corsetería que remite a tiempos pasados, como la faja que es una reminiscencia del corsé. El quinto apartado está dedicado a una única prenda, el «Vestido de cóctel», porque aunque ahora ha desaparecido de las pasarelas, en esos momentos es la pieza que mejor «sintetiza la moda y el vestuario femenino». Se muestran vestidos de Pierre Balmain, Yves Saint Laurent (que ha sustituido a Christian Dior, fallecido en 1957). Y, por último, el «Vestido de noche», donde los modistos pueden desplegar toda su imaginación y utilizar los tejidos más lujosos y caros. Se exponen piezas de Jacques Fath, el exquisito Antonia de Pierre Balmain, Christian Dior, Jean DessèsJacques Heim.

Christian Dior por Yves Saint Laurent “Aurore”. Traje de noche corto Primavera-verano 1958 Falla de seda “Aurore” de Lajoinie Palais Galliera, París © Eric Emo/Galliera/Roger-Viollet.

Christian Dior por Yves Saint Laurent, “Aurore”, traje de noche corto, primavera-verano, 1958, falla de seda “Aurore” de Lajoinie.

Una exposición que hará las delicias de los interesados en la moda, pero también del público en general porque queda muy bien reflejado cómo ha ido cambiado la moda a la par que lo hacía la sociedad, además permite conocer prendas que han sido desterradas con el tiempo y que los más jóvenes no saben nada de su existencia.

 

 

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