Guillermo de Osma: «Nuestra línea expositiva es la vanguardia histórica y la generación de los setenta y los ochenta»

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La galería Guillermo de Osma de Madrid lleva casi veinticinco años recuperando la memoria histórica de las artes plásticas. Después de sus dos últimas exposiciones sobre Jean Dubuffet y Nicolás de Lekuona, inauguran la temporada con ONCE DIBUJOS DE PICASSO, una pequeña antológica a través del papel de su etapa poscubista, en un recorrido que va desde los años veinte hasta los setenta. Todos los dibujos son originales y de gran formato. De 10 de septiembre a 20 de noviembre

PREGUNTA: ¿Cómo fueron sus comienzos como galerista?

GUILLERMO DE OSMA: Mis primeros pasos los di en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, antes incluso de estudiar Historia de Arte en la Universidad Autónoma de Madrid. Al principio pensé en dedicarme a la vida académica, pero por los avatares del destino, mi rumbo profesional giró hacia el mercado del arte. A raíz de un curso que hice en Londres en la casa de subastas Sotheby’s para completar mis estudios, me ofrecieron un trabajo en el departamento de arte impresionista y moderno, que era una etapa que me interesaba mucho, y ahí me quedé dos años.

Posteriormente, en 1980, publiqué mi primer libro, dedicado a la figura de Mariano Fortuny, lo que me abrió las puertas del Museo de Artes Decorativas y de Tejidos de Lyon porque querían hacer una gran exposición sobre este artista. Permanecí con ellos un año.

Justo cuando estaba finalizando el año, Sotheby’s me ofreció la dirección de la oficina para América Latina en Nueva York, una propuesta que me pareció demasiado tentadora como para decirles que no. Así que me trasladé a Nueva York, ciudad en la que, dos años después, en 1983, junto a tres socios, abrí mi primera galería, donde expusimos pintura, dibujo y escultura desde el siglo XVI hasta el XX y, desde entonces, no he abandonado el mundo del galerismo. En 1989 volví a España y, en 1991, fundé la galería Guillermo de Osma en Madrid.

El galerista Guillermo de Osma junto a uno de los dibujos de Picasso que expondrá a partir del 10 de septiembre.

El galerista Guillermo de Osma junto a Desnudo femenino con figuras, uno de los dibujos de Picasso que expondrá a partir del 10 de septiembre en su galería madrileña.

PREGUNTA: ¿Cuál fue la primera exposición de la galería madrileña?

GUILLERMO DE OSMA: Inauguramos con una exposición de Torres-García y Barradas, dos artistas uruguayos pero que tuvieron un papel esencial en la vanguardia española, lo que fue en cierta manera una declaración de intenciones de lo que iba a ser la línea expositiva de la galería: trabajar en la revisión de la vanguardia histórica. Esta línea se ha mantenido a lo largo del tiempo, con exposiciones tan significativas como las tres colectivas que realizamos bajo el nombre de Ismo. Arte de Vanguardia en Europa, o las individuales de, entre otros, Óscar Domínguez, Francisco Bores o Maruja Mallo.

Esta pintora ha sido uno de los pilares de la galería y una artista fundamental para mí. Maruja Mallo fue una pintora de una calidad increíble, con una producción pequeña, que ronda los 100 cuadros en una vida activa de sesenta años, pero maravillosamente bien pintados. Por eso estamos haciendo un catálogo razonado, para documentar todas sus obras, porque es increíble la cantidad de cuadros horrorosos que salen al mercado con su nombre y que no son suyos.

Mensaje del mar, por Maruja Mallo.

Mensaje del mar, por Maruja Mallo, 1937.

PREGUNTA: De todas las exposiciones que han realizado a lo largo de estos casi veinticinco años, ¿cuáles destacaría?

GUILLERMO DE OSMA: Además de las citadas anteriormente, otras exposiciones fundamentales de la galería en los últimos años han sido La pintura del 27 (2005), sobre el lenguaje pictórico de una generación de artistas jóvenes que rompen con la pintura convencional y que buscan –igual que los poetas– un Arte Nuevo, con todos sus diferentes registros (María Blanchard, Manuel Ángeles Ortiz o Benjamín Palencia), y Construyendo utopías. De De Stijl a la New Bauhaus (2011), un conjunto de obras circunscritas al espíritu constructivo de las utopías de entre guerras, en un recorrido que iba con obras de los años veinte y que terminaba cuando se exilian a Estados Unidos Albert o Moholy-Nagy.

PREGUNTA: Entonces, ¿podría decirse que la “especialidad” de la galería es la vanguardia histórica?

GUILLERMO DE OSMA: Sí, aunque con el tiempo hemos ido recuperando el espacio histórico, es decir, el tiempo va pasando y ahora los setenta u ochenta son vanguardias históricas, un periodo que en España coincidiría con la generación de la Nueva Figuración y, también, con el arte conceptual, que en nuestro país tuvo mucha repercusión; por ejemplo, Alberto Corazón empezó haciendo arte conceptual en los setenta. Además, estos años fueron los de la recuperación de la pintura, con artistas como Carlos Franco, Chema Cobo, Guillermo Pérez Villalta o Carlos Alcolea, una generación sensacional de la figuración, pero digamos con humor, surreal, colorista, ligada a lo que fue la Movida madrileña. Nos paramos en esa generación, que también desarrolló otro tipo de arte más intelectual.

Consrructiva, por Torres-García.

Constructiva, por Torres-García.

PREGUNTA: Sus dos últimas exposiciones han sido realizadas en colaboración con otras galerías españolas. ¿Es habitual?

GUILLERMO DE OSMA: He hecho muchas exposiciones en colaboración con otras galerías y también con museos o instituciones, como el Museo de Santander o la Fundación Picasso , porque te permite hacer exposiciones de mucha calidad que una galería por sí sola no podría llevar a cabo. La exposición de esta pasada primavera sobre uno de los grandes artistas de la vanguardia, Nicolás de Lekuona, fue “tripartita”, ya que la hicimos entre Michel Mejuto, Marc Doménech y yo. Arrancó en Madrid, luego fue a Bilbao y, por último, a Barcelona.

Toalla, Por Nikolás Lekuona.

Toalla, por Nikolás de Lekuona.

En este tipo de exposiciones, junto a los cuadros que están a la venta, se exponen otros que son préstamos de fundaciones y museos que ayudan a completar el proyecto expositivo o la trayectoria de un artista. Por ejemplo, la exposición de la etapa surrealista de Benjamín Palencia la hice con Ignacio Lasaleta, que había sido su amigo y galerista. La muestra de Jean Dubuffet que se ha podido ver este verano en la galería, fue un proyecto de Marc Domènech, que ha sido el comisario junto a una conservadora de la Fundació Miró; yo me apunté encantado y aporté alguna obra que tenía del artista y otras que conseguí en préstamo.

Hacemos un gran esfuerzo, aunque a veces no se corresponda con los resultados económicos obtenidos, pero nos gusta hacerlo, como en el caso de Dubuffet, que es un artista fundamental que se ha visto muy poco en España, pues creo que ninguna galería había expuesto sus obras y tampoco tengo en la memoria que se haya hecho ninguna exposición, al menos recientemente, en museos sobre este artista.

Planque, por Jean Dubuffet, 1964, óleo sobre lienzo.

Planque, por Jean Dubuffet, 1964, óleo sobre lienzo.

PREGUNTA: ¿Cree en el papel de la galería como recuperador de artistas que han caído en el olvido?

GUILLERMO DE OSMA: Sí, claro, cuando yo empecé ese fue uno de mis objetivos fundamentales, el recuperar la famosa memoria histórica de las artes plásticas. No he sido el único y espero no ser tampoco el último. En mis años de estudiante, la galería Multitud, que estaba precisamente en esta misma calle, fue una galería-faro porque hicieron exposiciones sobre La Barraca, la Vanguardia española, el cubismo, el surrealismo, y sigo un poco esa herencia.

Se podría decir que suplí un vacío importante, y es una enorme satisfacción ver que muchos de esos proyectos luego se han hecho musealmente, como Maruja Mallo, Óscar Domínguez (que luego hizo el Reina Sofía) o Torres-García y Barradas (luego se hizo la gran exposición que comisarió Jaime Brihuegas). La vanidad de uno es la vanidad de uno.

Machine Volante, por Óscar Domínguez.

Machine Volante, por Óscar Domínguez.

PREGUNTA: ¿Llevan también a artistas actuales?

GUILLERMO DE OSMA: En un momento dado me planteé hacer algo con artistas más jóvenes y abrir un segundo espacio para ello, pero al final no fue posible porque dirigir una galería conlleva mucho trabajo. Así que empecé a hacer una serie de exposiciones, en junio-julio, con artistas más jóvenes y que a mí siempre me han interesado muchísimo. Al final te termina interesando todo, desde el románico hasta lo más actual.

La primera exposición que hicimos de estos artistas más jóvenes fue Juego de Bodegones y, posteriormente, Juego de arquitecturas, un diálogo con el tema de la arquitectura entre fotógrafos y pintores. Dentro de ese grupo estaban Dis Berlín (de quien soy su galerista en Madrid) y César Paternosto, con los que sigo trabajando.

Barco, por Dis Berlín.

Noche atlántica, por Dis Berlín.

Curiosamente son dos pintores muy distintos. Paternosto es un artista geométrico, riguroso, que viene del minimalismo, en cierta manera un histórico. Mariano Carrera (Dis Berlín) es mucho más joven, un artista que pertenece a la fantástica generación de la Nueva Figuración española que empieza en los años setenta u ochenta. Mariano es uno de los que ha tenido una trayectoria más sólida, más interesante, tiene un mundo personal muy potente y que se ha preocupado mucho por los problemas de la técnica y que está pintando maravillosamente bien, le preocupa mucho la factura, que me parece un tema muy importante cuando estás haciendo figuración, que no realismo, y que tiene un mundo que a mí me interesa mucho, es un mundo visual, muy de imágenes, una mezcla entre lo surreal y lo metafísico, el nuevo realismo o el realismo mágico. Puede decirse que los dos en su estilo han creado escuela.

Estos son los dos artistas con los que trabajamos de una manera regular y continuada. Los presentamos siempre en ARCO, sobre todo a Mariano, que se vende muy bien, ya que mantiene precios muy razonables, lo que permite a gente con medios limitados adquirir sus obras.

Escultura de Richard Serra.

Callao, por Richard Serra.

PREGUNTA: El 10 de septiembre inaugura la temporada con una exposición de dibujos de Picasso, háblenos de este proyecto.

Plusieurs femmes nues, por Picasso, lápiz y lápices de colores, fechado y firmado 1-12-1969, 25 x 33 cm.

Plusieurs femmes nues, por Picasso, lápiz y lápices de colores, fechado y firmado 1-12-1969, 25 x 33 cm.

GUILLERMO DE OSMA: El título, Once dibujos de Picasso, está relacionado con la exposición del Prado, aunque la idea ya la teníamos desde hacía tiempo, y, de hecho, la muestra de la pinacoteca madrileña fue el acicate para ponernos en marcha. Contábamos ya con una serie de dibujos y a partir de ahí pedimos algún préstamo (en este caso creo que están todos a la venta), y aunque podríamos haber conseguido más dibujos, nos gustó la idea de los 11 dibujos.

Les déjeneurs, por Picasso, lápiz sobre papel, firmado y fechado 9-7.1961.

Les déjeneurs, por Picasso, lápiz sobre papel, firmado y fechado 9-7.1961.

Son todos de gran tamaño, 50 x 65 de media, y nos hemos centrado en la etapa poscubista. El recorrido comienza en el año 1920, que es el periodo clásico, lo que se llama ahora “el retorno al orden”, y vamos de ahí hasta la última figuración de los sesenta-setenta. Están representadas todas las décadas.

Homme Lançant une pierrek, por Picasso, carboncillo y lápiz sobre papel, firmado y fechado 7-9-1920.

Homme Lançant une pierrek, por Picasso, carboncillo y lápiz sobre papel, firmado y fechado 7-9-1920.

Entre ellos, hay uno muy importante del año 1920, y también alguna rareza, como un dibujo para grabado que ha sobrevivido (es el único que yo conozco, aunque supongo que habrá alguno más). Además, este último dibujo, que está fechado en 1921 y es una tauromaquia con un toro y un caballo, lo exponemos junto a una maravillosa copia del grabado que se editó en el año veintitantos.

Figura, por Picasso, lápiz sobre papel, firmado y fechado 29-1-1937.

Figura, por Picasso, lápiz sobre papel, firmado y fechado 29-1-1937.

También hay un dibujo de enero de 1937, cuando el pintor ya estaba con la idea del Guernica y, sobre todo, con Sueño y mentira de Franco. También tenemos un dibujo de los que hizo Picasso sobre la obra Desayuno en la hierba de Manet. Hay celestinas, mosqueteros, un poco de todo ese Picasso ya de la segunda etapa de su carrera. Son obras de mucha calidad, todos dibujos originales, menos la prueba de grabado que decidimos incluir porque es maravillosa y además está firmada por el pintor en rojo. Realmente es una pequeña antológica a través del papel, en tinta, en carboncillo, con color y sin color.

Ángela SANZ COCA

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