El Warhol más abstracto

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El Museo Guggenheim de Bilbao acoge por primera vez en España Sombras (Shadows), formada por 102 lienzos de gran formato serigrafiados sobre pintura acrílica y que el artista realizó entre 1978-79. A lo largo de las paredes de la sala se alternan el positivo y el negativo de estas sombras sobre fondos que muestran más de 17 tonos diferentes de los colores de la distintiva paleta del artista. Hasta el 2 de octubre

Esta obra se expuso por primera vez en la galería Heiner Friedrich en enero de 1979, pero en ese caso, marcado por la limitación del espacio, solamente se pudieron mostrar 83 paneles, y de ellos, solo 67 al público, el resto estaba en la parte privada de la galería.

Fue la primera exposición que Warhol realizaba en Nueva York después del parón en su producción pictórica desde 1965 hasta 1972, aunque sí que había tenido lugar en 1974 en el Museo Galliera de París una muestra de su serie Mao. La inauguración suscitó mucha expectación y tuvo una gran repercusión mediática, con críticas tanto positivas como negativas, aunque Warhol se cubría las espaldas diciendo que todas “sus exposiciones tenían malas críticas pero que las fiestas tenían unas críticas estupendas”, comenta Lucía Agirre, comisaría de esta muestra y conservadora del Museo Guggenheim Bilbao.

Andy Warhol junto a las Sombras.

Andy Warhol junto a las Sombras.

Warhol escribió un artículo en el que define a esta obra como un “disco decor” (decorado), pero cuando en la inauguración el crítico de arte René Ricard habla de ella como una obra decorativa al artista le molesta profundamente y “pierde los papeles y comenta en sus diarios que esa reacción suya le avergüenza profundamente, así que él mismo se contradice (algo muy Warhol por otro lado), por lo que no creo que para él fuese una obra menor o que la considerase una obra decorativa”, afirma Agirre.

Warhol dispuso que estas Sombras debían ser colgadas a 30 cm del suelo y muy próximas entre ellas porque quería que se estableciese una relación visual determinada con el espectador. En cuanto al orden de colocación es aleatorio, lo que sí se ha hecho a lo largo de la historia es seguir el patrón que utilizaron por primera vez sus asistentes, Ronnie Cutrone y Stephen Mueller, en la instalación de las 83 piezas en la galería neoyorquina.

Shadows, por Andy Warhol, 1978–79 Instalación de 72 de 102 paneles, acrílico, serigrafía pintada sobre lienzo, 193 x 132 cm, cada una, Dia Art Foundation. Fotografías: Bill Jacobson.

Shadows, por Andy Warhol, 1978-79, instalación de 72 de 102 paneles, acrílico, serigrafía pintada sobre lienzo, 193 x 132 cm, cada una, Dia Art Foundation. Fotografías: Bill Jacobson.

Ahora por primera vez en España, y segunda en Europa, se pueden ver juntos los 102 paneles, con el aliciente de que la sala de 1.000 metros cuadrados del Museo del Guggenheim de Bilbao permite ver todo el conjunto en su totalidad y sin ninguna interrupción en la visión, lo que desde luego es fundamental a la hora de tener una perspectiva de la monumentalidad de esta obra. Un hecho que ocurre muy pocas veces, y que como dice Lucía Agirre, “nos ha encajado al milímetro, así que no hemos tenido que construir ningún muro, que es lo que suele hacerse cuando se exhibe completa, solo hemos tenido que condenar una de las puertas de la sala”.

Aunque las sombras siempre han estado presentes en la carrera de Warhol, tanto en su cine o sus escritos como en series anteriores (Hoz y martillo, Calaveras), aquí toman el protagonismo de la obra. Para realizarla el artista utilizó una mopa con una esponja cargada de pintura de 17 colores diferentes, lo que dota a la obra de una gran materia y “cuyas líneas y trazos aportan una sensación gestual al plano pictórico”, comenta Lucía Agirre, y sobre esta primera capa de acrílico serigrafiaba en negro dos sombras pixeladas, the peak (el positivo) y the cap (el negativo), solo hay dos casos en que cambia el negro por un gris. “Para crear esta obra se utilizaron siete u ocho pantallas diferentes, como queda patente en los leves cambios de escala de las zonas oscuras, así como en la arbitraria presencia de manchas de luz”, añade Agirre.

Warhol_Shadows_3El origen de estas dos imágenes (peak y cap) es controvertido y ha dado mucho que hablar a lo largo de la historia. El propio artista afirmaba en un artículo del New York Time en 1979 que estas dos imágenes correspondían a una fotografía de una sombra de un objeto de su estudio, mientras que su asistente Ronnie Cutrone decía que era una serie de fotografías que él había tomado de maquetas realizadas para conseguir esas sombras.

Cuando el espectador entra en la sala la primera sensación que tiene es que está viendo una obra repetida muchas veces, pero en realidad es todo lo contrario porque según vamos avanzando captamos las diferencias que hay entre cada uno de los paneles. Y es que Shadows rompe esa idea de la serialidad, el método “mecánico”, en la obra de Warhol porque cada uno de los 102 lienzos, en realidad 108 (los otros seis están en colecciones privadas), son totalmente diferentes, cada panel es una “obra totalmente manual”. De hecho, un aspecto relevante de estas Sombras es la imposibilidad de reproducir esta supuesta ‘reproducción’, lo que pone en tela de juicio la estética del plagio de Warhol y define su proyecto como fundamentalmente pictórico”, afirma Lucía Agirre.

002.Warhol_ Shadows 2016A propósito de esta misma idea, Donna de Salvo apuntó en el catálogo de la retrospectiva de Warhol en la Tate Gallery de 2001 que “lejos de ser una réplica, cada Sombra se corresponde con una forma que revela su espacio con precisión y rotundidad, dirigiendo la mirada del observador hacia la luz, que es el tema central de la serie. Al centrarse en la sombra para concebir la luz, en forma de estallidos de color, Warhol regresa al problema fundamental del arte: la percepción”.

Ciento cincuenta Marilyns multicolores, por Andy Warhol, Museo Guggenheim Bilbao.

Ciento cincuenta Marilyns multicolores, por Andy Warhol, Museo Guggenheim Bilbao.

Los acrílicos del fondo son unos colores fantásticos, como el verde salem que ya utilizó Warhol para su autorretrato, el naranja de su obra Desastre naranja, los berenjenas, el azul klein, el violeta translúcido de Desastre lavanda, los rojos, el verde lima o el verde aguamarina de Marilyn turquesa. Y es que en esta obra la materia, la pintura, toma el primer plano a diferencia de muchas otras obras de Warhol donde el protagonista es el icono que retrata en detrimento de la pintura misma, como en el caso de las Ciento cincuenta Marilyns multicolores de la colección del Museo Guggenheim.

Shadows es la segunda obra de un conjunto compuesto por seis series que podríamos denominar abstractas en la carrera de Warhol. Oxidación fue la primera, en la que en cierta manera hace un homenaje a Jackson Pollock al utilizar la técnica del dripping, pero que en su caso cambia la pintura por orina para que emulsione sobre el metal y cree dibujos. Posteriormente siguieron Hilos, Rorschach, Camuflaje y Eggs.

Obra de la serie Oxidación, por Andy Warhol.

Obra de la serie Oxidación, por Andy Warhol.

Esta obra pertenece a la Dia Art Foundation desde el principio porque Heiner Friedrich, propietario de la galería neoyorquina, es uno de los fundadores de esta institución, así que cuando se expuso por primera vez al público ya estaba toda vendida.

Á. S. C.

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