Los nietos de Carlos III reúnen a su parentela en Florencia

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Hasta el 7 de enero, el Palacio Pitti muestra un valioso y recientemente adquirido retrato de Fernando y María Ana, dos de los hijos de Pedro Leopoldo de Lorena y María Luisa de Borbón, inmortalizados por el pintor Anton Rafael Mengs en el interior del propio palacio florentino. Junto a esta pintura se exhiben también otros retratos del mismo artista o de Johann Zoffany

Las Galerías de los Uffizi presenta al público una nueva e importante adquisición: una pintura de Anton Rafael Mengs (Aussig, 1728-Roma, 1779), que retrata a Fernando y María Ana, dos de los hijos de Pedro Leopoldo de Lorena, archiduque de Austria y de Toscana, y de María Luisa de Borbón, vestidos a la moda de la época e inmortalizados por el pintor en el interior Palacio Pitti.

Sobre estas líneas, Los archiduques Fernando y María Ana de Austria, por Anton Rafael Mengs, 1770-71, óleo sobre lienzo, 147 x 96 cm, Madrid, Museo del Prado. Arriba, La familia del Gran Duque Pedro Leopoldo de Toscana, por Wilhelm Berczy, 1781-82, óleo sobre tabla, Florencia, Galería de los Uffizi, Galería de Arte Moderno, Palacio Pitti.

En la presentación de esta nueva adquisición, el director de las galerías florentinas, E. D. Schmidt, explicaba que “la misión de un museo vivo es la de tutelar las obras, preservar la memoria, transmitir la cultura a través de exposiciones e investigaciones, pero también ‘hacer respirar’ las colecciones con nuevas incorporaciones, íntimamente vinculadas a las vicisitudes de la ciudad, del territorio o de la colección de la que formarán parte. Las compras son partes fundamentales de la existencia de una institución museal, aun más si esas son fruto de investigaciones que garantizan tanto la procedencia como un diálogo fecundo con el patrimonio preexistente”.

El archiduque Francisco de Austria, por Anton Rafael Mengs, 1770, óleo sobre lienzo, 144 x 97 cm, Madrid, Museo del Prado.

Cuando este retrato, incompleto, apareció en el mercado anticuario inmediatamente tuvieron claro que tenía que ingresar en las colecciones de los Uffizi para exponerlo en las salas del Palacio Pitti. De hecho, aunque la obra no fue ultimada en este palacio por Anton Rafael Mengs, lo cierto es que en este edificio fue proyectada. Cabe recordar que los príncipes vivían en la imponente residencia florentina junto con sus padres y su espacio verde de recreo era el gran jardín de Boboli.

La archiduquesa María Teresa de Austria, por Anton Raphael Mengs, 1771. óleo sobre lienzo, 144 x 105 cm, Madrid, Museo del Prado.

Mengs, de origen bohemio, europeo de adopción y más concretamente italiano y español, había pedido permiso al rey Carlos III de España para ir a Roma a trabajar con el propósito de conocer en profundidad las antigüedades y la pintura renacentista. El monarca Borbón le concedió el permiso con la condición de que le enviase desde Florencia el retrato de sus jovencísimos nietos, fruto de la unión de su hija María Luisa de Borbón con Pedro Leopoldo de Lorena. Estos lienzos, conservados en el museo del Prado y exhibidos en esta exposición, fueron realizados entre abril de 1770 y enero de 1771.

Los retratos muestran a los dos niños, hijos de Pedro Leopoldo, con las insignias del Toisón de Oro, la insigne Orden de Caballería y ataviados con la vestimenta tradicional de los Infantes. Una vez acabados, antes de ser embalados y expedidos a la corte española, las pinturas fueron expuestas al público en el Palacio Pitti, suscitando gran admiración por su radiante técnica pictórica y el estupendo resultado fisionómico.

Retrato de Francisco I de Habsburgo Lorena, por Johann Zoffany, 1775, óleo sobre lienzo, Viena, Kunsthistorisches Museum.

Mengs cumplió el encargo de Carlos III y además los retrató también en este cuadro recientemente adquirido por las Galerías de los Uffizi, donde plasmó a los pequeños, Ferdinando y María Anna, con un corte y un espíritu completamente diferente, tanto por los colores de sus modernas vestimentas teñidas de tonalidades plenas y brillantes de verde y rosa como por el detalle del sombrero de plumas, que aporta a la imagen una nota de realidad cotidiana, muy distante del ceremonioso planteamiento de los retratos oficiales madrileños, seguramente obedeciendo al gusto de Pietro Leopoldo, reformador y moderno tanto en la vida pública como en la privada.

Retrato de Fernando y María Ana de Austria, por Anton Rafael Mengs, 1771, óleo sobre lienzo, Florencia, Galería de los Uffizi, Galleria Palatina.

Y fue otro artista alemán, con nacionalidad británica, Johann Zoffany, el que obtuvo el contrato de retratista de la corte florentina. De este se expone el retrato del primogénito Francisco, primer Granduque de Toscana de la estirpe lorenesa, realizado para que fuese enviado a la abuela paterna, la emperatriz María Teresa. El bellísimo cuadro, conservado en el Museo de Viena, muestra a un niño algo melancólico, pero que en cierta forma en su mirada se percibe su conciencia del destino imperial.

Abre el recorrido expositivo los retratos de los abuelos y de los padres (su madre María Luisa de Borbón), acompañados por los primos napolitanos y parmesanos y, como despedida, el famoso y heroico autorretrato de Mengs, que roza el romanticismo, y el sutilmente irónico de Zoffany con su perrito, restaurado para la ocasión.

Autorretrato con limones y perro, por Johann Joseph Zoffany, h. 1773-74, óleo sobre tabla, Florencia, Galería de los Uffizi,

En definitiva, a través de todos estos retratos, la exposición rememora la red de parentela tejida entre ducados, reinos e imperios que gobernaban gran parte de Europa en aquella época. Toda una lección de historia.

Carmen del VANDO BLANCO

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