Los burgos más bellos de Italia… no quieren morir

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En la comarca de Daunia, región sureña de Apulia, se encuentran cinco villas, Bovino, Troia, Lucera, Orsara y Pietramontecorvino, que cuentan con un gran patrimonio histórico cultural. Ofrecemos a nuestros lectores un recorrido por esta zona en busca de las huellas dejadas por romanos, bizantinos, normandos, suevos, templarios, cruzados, angiovinos y aragoneses

El verde de los olivos, el amarillo vangoghiano del trigo, el rojo vivo de los tomates y el blanco cegador de la piedra calcárea, son los tonos predominantes que se conjugan bajo la cálida luminosidad de la región sureña de Apulia. Sus paisajes naturales se interrumpen con un inmenso patrimonio histórico-cultural, valioso legado de las antiguas civilizaciones que por pasaron por aquí a lo largo de la historia, desde los griegos, a los romanos, a los españoles… hasta llegar a la unificación de Italia.

Sobre estas líneas, vista de la villa de Bovino. Arriba, detalle de la catedral de Troia.

La comarca de Daunia, históricamente acostumbrada al tránsito de pueblos y culturas diferentes, al tránsito de peregrinos y al paso de los pastores, cinco burgos brindan una escapada lejos del mundanal ruido y ofrecen un itinerario para seguir las trazas del antiguo pueblo de los Daunios, de la presencia de Roma y las huellas indelebles dejadas por bizantinos, normandos y suevos, templarios, cruzados, angiovinos y aragoneses.

Algunos de sus burgos, que han vivido épocas de gran esplendor, surgieron a los pies de castillos, o de sus villas formadas en sedes catedralicias y que ahora custodian museos y sitios arqueológicos de gran importancia, elementos que los convierten en merecedores de los “Borghi piu belli d’Italia”*, como Bovino, Troia, Lucera, Orsara y Pietramontecorvino.

Plaza mayor de Lucera.

Fijando el punto de salida en Lucera, donde se encuentra el mejor hotel de la zona, hacia las localidades ya citadas por tranquilas carreteras provinciales, esta villa se proclama la ciudad de las mil almas: griega, dauna, romana, cristiana, goda, longobarda, bizantina, franca, normanda, sueva, sarracena, angevina, aragonesa, borbónica… Esta localidad se sitúa sobre una altura considerable lo que permitía divisar al potencial enemigo de entonces, la ciudad es conocida como “el Centinela de Apulia”. Viñas y olivares caracterizan su territorio poblado de masserie (haciendas agrícolas), las más auténticas expresiones arquitectónicas de la tradición latifundista, hoy día convertidas en casas rurales donde descubrir sabores tradicionales y paisajes genuinos. Las finezas de su historia se muestran discretamente por las calles del centro hasta su plaza mayor, un sorprendente salón de piedra donde transcurre un placentero día a día. Su curioso nombre podría derivar del etrusco luc (bosque) o del griego leuka eria (lana blanca) por sus rebaños o mejor aún del latín lux Cereris, en referencia a la diosa de las cosechas.

Castillo ducal de Bovino.

Partiendo de Lucera, a menos de 50 km, efectuamos la siguiente parada para visitar Bovino, considerado un objetivo estratégico por su envidiable posición geográfica; ésta no pasó desapercibida a los antiguos romanos, que decidieron fundar aquí la colonia de Vibinum, como nos hablan los vestigios conservados. Se convirtió en feudo con la familia española Guevara, bajo cuyo dominio vivió su época de máximo esplendor. Imprescindible pasear por los callejones donde todavía permanece la armonía urbanística de antaño, que se remonta a la reconstrucción del burgo y de las murallas defensivas tras la destrucción longobarda. Todo ello bajo la guardia perenne de su dominante castillo, bien restaurado, que aloja el Museo Cívico con toda su memoria. Al pasear por sus calles, el visitante descubrirá también espléndidos portales de piedra que dan acceso a palacios señoriales, prueba latente de un prestigioso pasado.

Detalle del rosetón de Troia.

A unos 20 km de esta localidad, el viajero encontrará Troia y su villa medieval, que fascina desde la primera mirada. La Aecae romana constituyó un centro de primera importancia, ubicado a lo largo de la densa red viaria que conectaba Roma con Oriente. Esta localidad también sufrió la destrucción de la mano del longobardo Constante en el siglo VII y no llegó a ser rehabilitada hasta el siglo XI como una fortaleza bizantina. Bajo su nuevo topónimo, en Troia, se llegaron a celebrar cuatro Concilios en sólo cuarenta años, entre los siglos XI y XII. Su historia, pues, se entrelaza indisolublemente con la de la Iglesia, que ha dejado un surco imborrable en el arte y en la arquitectura, hasta tal punto que actualmente es denominada la “ciudad del Rosetón” por un magnífico encaje circular de piedra y mármol, abierto en la Catedral, una joya del románico apuliense.

Vista de Pietramontecorvino.

A unos 39 km de Lucera se encuentra la agradable villa de Orsara, rodeada por un inmenso patrimonio natural. Su memoria documenta el paso de monjes guerreros, abades, feudatarios y peregrinos. En esta localidad, el ambiente y la historia se unen al valor adjunto de los saberes y sabores enogastronómicos locales típicos: quesos, espárragos, pan de trigo duro, y caldos de los más genuinos, que la han premiado con la marca “ciudadslow” de Slowfood (en antítesis al Fast Food). De hecho, los bodegones y restaurantes salpicados por el centro histórico se abren para disfrutar de los más variados matices del paladar.

Pietramontecorvino.

Y por último, el más auténtico feudo, Pietramontecorvino, a unos escasos 25 km de Lucera, campo base de nuestro tour, que conserva en la Torrevecchia su antiguo núcleo medieval. Su nombre deriva de un doble topónimo: Pietra, el antiguo burgo que surgía sobre una roca en el valle, donde los habitantes de Montecorvino se refugiaron en 1137 tras el ataque de Rugero el Normando que destruyó la aldea. Desde entonces, se sucedieron barones, príncipes y condes, que gobernaron el feudo hasta 1580, seguidos de los duques de Montalto di Tocco hasta 1806, cuando la feudalidad fue abolida. El topónimo actual quedó establecido en 1862, tras la Unificación de Italia.

Vista de Pietramontecorvino..

En fin, una Italia auténtica al cien por cien para una visita relajante y satisfactoria según los requisitos más anhelados por el viajero del tercer milenio.

Para más información / O aquí

Carmen del VANDO BLANCO

* Homóloga de nuestra “Asociación de Pueblos más bonitos de España”, los “Burgos más bellos de Italia” es una asociación privada que promueve pequeñas localidades en el país. Aquellas que deciden asociarse tienen que demostrar su interés histórico-artístico. Fundada en 2001 (alcanza en la actualidad más de 270 burgos), bajo el impulso de la Consulta del Turismo de la Asociación Nacional de Municipios italianos (ANCI) para contribuir, conservar y revitalizar pequeños municipios –incluso fracciones– al margen de los principales circuitos turísticos que, a pesar de su riqueza patrimonial, corren el riesgo de pasar desapercibidos con el consiguiente degrado, despoblación y abandono.

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