Casa Vicens Gaudí: de espacio familiar a Patrimonio de la Humanidad

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La primera vivienda del arquitecto catalán abrió recientemente sus puertas al público después de un riguroso proceso de recuperación patrimonial y una exhaustiva investigación histórica. Situada en la calle Carolines, en el extremo oeste del barrio de Gràcia, fue construida entre 1883 y 1885 y durante ciento treinta años ha mantenido exclusivamente el uso de residencia familiar. En 2014 fue comprada por la banca andorrana MoraBanc, que ha sufragado los más de cuatro millones de euros que ha costado su rehabilitación

Casa Vicens Gaudí abrió sus puertas al público como espacio museístico el pasado 16 de noviembre de 2017 con el propósito de dar a conocer la primera casa proyectada por Antoni Gaudí (Reus, 1852-Barcelona, 1926). Tras un proyecto de recuperación patrimonial llevado a cabo durante aproximadamente los últimos tres años (uno más de lo previsto) y un costo de cuatro millones y medio de euros. Así, tras ciento treinta años de historia como casa familiar de uso privado, la Casa Vicens se convierte en el último Patrimonio Mundial de Barcelona en poder ser visitado por el público.

Interior de la Casa Vicens de Antoni Gaudí. Todas las fotografías: Pol Viladoms.

El interés de la Casa Vicens nace de la aportación de esta construcción al conjunto de la obra del arquitecto catalán, no solo desde el punto de vista arquitectónico, sino también desde el punto de vista ornamental. Esta vivienda está considerada como la obra-manifiesto de Antoni Gaudí; abandera una libertad estilística inusitada en su época de construcción, evidencia la evolución creativa posterior del arquitecto y anticipa otros movimientos coetáneos de la vanguardia europea de finales del siglo XIX.

La apertura de la Casa Vicens es el resultado de un proyecto de recuperación patrimonial fundamentado en el estudio de todas las fuentes documentales sobre su autor y su contexto histórico, social y arquitectónico, así como de la propia casa, repleta de pruebas, evidencias e hipótesis a examinar. Unas huellas que han sido contrastadas con la documentación existente y conocida hoy en día sobre la casa (relevante, pero no muy numerosa, como algunas fotografías de época y documentos históricos) por el equipo de Casa Vicens Gaudí.

Desde el año 2015, fecha de inicio de las obras, la Casa Vicens ha vivido un proceso de transformación profundo con el objetivo de aportar valor y recuperar la obra tal y como la concibió Gaudí en 1883-1885. Además, hay que sumarle una intervención arquitectónica moderna y funcional que facilita la lectura y la interpretación de la casa original y hace posible la adaptación de sus espacios a los nuevos usos culturales de la casa, ahora convertida ya en museo. De hecho, la Casa Vicens abre al público reflexionando acerca del propio concepto “casa museo”. El proyecto de recuperación y apertura de la Casa Vicens ha sido financiado por MoraBanc, banco privado de referencia en Andorra que adquirió la propiedad en marzo del 2014.

Espacios expositivos

Con la finalidad de convertir la casa museo en un espacio de reflexión y aprendizaje, la Casa Vicens se ha dotado de espacios expositivos. Unos espacios, marcados por el propio carácter doméstico e íntimo de la propia casa, que acogerán tanto la exposición permanente como las temporales y otras intervenciones puntuales de artistas, diseñadores y arquitectos contemporáneos que girarán en torno a las problemáticas del arte, la arquitectura, las industrias de la construcción o las artes decorativas de la época contemporánea de Gaudí.

Maqueta de la exposición temporal La primera casa. La casa propia. La casa manifiesto.

La exposición permanente, que ocupa toda la segunda planta, es la pieza angular de la museografía de Casa Vicens Gaudí, desde la cual partirán y debatirán el resto de muestras e intervenciones programadas. Esta exposición parte del contexto social y cultural de la Barcelona de finales del siglo XIX, profundiza en los primeros momentos de la carrera como arquitecto de un joven Antoni Gaudí a través de sus influencias, reflexiones, primeros proyectos, obras y colaboraciones, para después centrarse en el proyecto original y la construcción de la Casa Vicens, en su posterior evolución a lo largo de los años y, especialmente, en la explicación de cómo la técnica y el arte, las estructuras y la ornamentación, forman un todo unificado. Es en este último aspecto en el que la Casa Vicens se concibe toda ella como una obra de arte total.

Una exposición que arranca con una pieza audiovisual y prosigue con el testimonio de piezas originales de la casa y tres mesas interactivas con documentación histórica, así como planos, maquetas y los materiales constructivos y decorativos más singulares y representativos de la casa.

Por otra parte, Casa Vicens Gaudí acoge también la muestra temporal con La primera casa. La casa propia. La casa manifiesto, comisariada por Juan José Lahuerta, arquitecto y profesor de Historia del Arte y Arquitectura en la Escuela de Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, y actual director de la Cátedra Gaudí.

Mediante catorce maquetas de catorce casas construidas por arquitectos europeos y estadounidenses contemporáneos de Gaudí, se contextualizará la Casa Vicens de manera comparativa a nivel internacional. Entre las catorce obras seleccionadas se encuentran obras representativas de arquitectos como Viollet-le-Duc, Philip Webb, Frank Lloyd Wright, Victor Horta o Charles Rennie Mackintosh.

Tres grandes hitos históricos

1883-1885: La Casa Vicens. Esta vivienda familiar fue proyectada como casa de veraneo por un joven Gaudí de 31 años para el señor Manel Vicens i Montaner (1836-1895), agente de cambio y bolsa. Era el primer edificio de Gaudí en Barcelona.

La casa estaba estructurada en cuatro niveles: el sótano para el almacén; la planta baja acogía la sala de estar, el comedor y la cocina; la primera planta estaba destinada a los dormitorios; y la bajocubierta estaba destinada como vivienda para el servicio.

La casa, en sus orígenes, solo tenía tres fachadas, ya que estaba adosada a la pared medianera noreste de la construcción vecina, por lo que la fachada suroeste constituía la fachada principal, abierta al amplio jardín que rodeaba la casa. Con esta orientación, se garantizaban un asoleamiento y unas condiciones climáticas favorables durante las diferentes estaciones del año. Las inscripciones esgrafiadas en el friso de la tribuna abierta al jardín, que hacen referencia a cada una de las orientaciones de la casa, son testimonio de esta voluntad.

La tribuna de la planta baja era uno de los espacios más significativos de la construcción. Estaba concebida como un espacio semiabierto, de conexión entre el interior y el exterior, y permitía que la naturaleza del jardín entrase visualmente en el interior de la sala de estar/comedor. El jardín estaba presidido por una gran cascada insertada dentro de un arco parabólico que ayudaba a refrescar la tribuna de la casa, junto con una segunda fuente circular próxima a la calle.

Gaudí parte de la simplicidad constructiva propia de las técnicas arraigadas en la tradición catalana. Eso sí, bajo su visión y concepción arquitectónica, las formas mutan hacia geometrías de rica complejidad, con una composición de trazos poligonales diferentes de las geometrías curvas de las últimas obras de Gaudí, con las que ahora más se identifica la obra del arquitecto. Gaudí crea en la Casa Vicens un juego de entrantes y salientes, de luces y sombras, de colores y de texturas típicas del imaginario morisco que dialoga con la vegetación mediterránea.

Gaudí encuentra en la naturaleza la fuente de inspiración más importante para toda su obra, y la Casa Vicens es uno de los primeros ejemplos, ya que vemos cómo se representan y se integran en todo el conjunto diferentes elementos naturales. Destaca la reja de hierro colado de entrada a la finca, en la que se representa la hoja de palmito, así como las flores de clavel de moro que la arquitectura adopta como elemento ornamental en los azulejos de la fachada. Esta referencia a los elementos naturales no solo está presente en la fachada de la casa, sino que, mediante la integración de diferentes artes decorativas (forja, pintura, cerámica, carpintería o decoración mural), Gaudí consigue que la naturaleza entre dentro de la casa, creando de esta manera una relación entre espacio interior y exterior.

Con la Casa Vicens, Antoni Gaudí crea una obra innovadora y original, más allá de los elementos orientalistas, rompe estilísticamente con lo que se había construido anteriormente en Cataluña, motivo por el que se considera a la Casa Vicens como una de las primeras obras maestras del modernismo.

1925: la implicación de Joan Baptista Serra de Martínez. Uno de los cambios más significativos ese año, cuando la casa de veraneo fue ampliada por encargo de la familia Jover, propietaria de la casa desde 1899, para convertirla en su residencia habitual.

El proyecto de reforma fue ideado por Joan Baptista Serra de Martínez (1888-1962), arquitecto amigo de Gaudí, y contó con su beneplácito. En aquellos momentos, la Casa Vicens pasó de ser una casa unifamiliar en las afueras de la ciudad a una residencia plurifamiliar habitual que acogía tres viviendas, una por planta.

De hecho, la imprescindible construcción de una nueva escalera para acceder a los tres pisos, conllevó la desaparición de la escalera original de Gaudí. El ensanchamiento de la calle Carolines, que se llevó a cabo al mismo tiempo que se ampliaba la casa, también supuso una modificación significativa en el acceso a esta.

Con esta ampliación, el inmueble aumentó su superficie casi al doble. Como, al mismo tiempo, el jardín también se amplió hasta el límite con la actual avenida del Príncep d’Astúries, la propiedad de la Casa Vicens alcanza su momento de máxima expansión. A partir del 1935, la casa sufre diversas modificaciones hasta 1964, año en el que la finca alcanza el estado en el que ha llegado a nuestros días.

2015-2017: retorno a los orígenes gaudinianos. Como decíamos antes, la propiedad fue adquirida por MoraBanc en 2014 y con un nuevo equipo gestor al frente, la Casa Vicens ha afrontado una nueva transformación con el objetivo de recuperar y poner en valor el proyecto original de Gaudí de finales del siglo XIX y de dotar a la casa de las condiciones necesarias para los nuevos usos de una casa-museo abierta al público propia del siglo XXI.

El proyecto de rehabilitación y restauración ha sido llevado a cabo por José Antonio Martínez Lapeña, Elías Torres (Martínez Lapeña-Torres Arquitectes, S.L.P) y David García (Daw Office, S.L.P), así como de la responsable de museología del proyecto, Marta Antuñano, con el asesoramiento y colaboración de las instituciones técnicas en la conservación del patrimonio del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya y del Ayuntamiento de Barcelona, así como de técnicos en conservación-restauración especialistas en diferentes técnicas (madera, cerámica, metal, pintura mural y sobre tela, piedra y otras).

De acuerdo con su nueva función museística y cultural, el proyecto de rehabilitación ha adaptado los espacios del edificio que se corresponden con la ampliación del año 1925, para, de este modo, poder dar cabida a los diferentes servicios que requieren los nuevos espacios culturales, sin modificar las dependencias gaudinianas.

La planta baja acoge la zona de recepción de visitantes, mientras que las plantas primera y segunda se han adaptado para acoger las salas de exposición permanente y las salas de exposiciones e intervenciones artísticas temporales.

En segundo lugar, se ordena la circulación dentro del edificio con la construcción de una nueva escalera que recupera la posición original de la casa unifamiliar y que despareció con la ampliación. También se ha incorporado un ascensor que conecta todas las plantas de la casa y llega hasta la azotea.

En la planta del sótano, tanto del edificio original como de la ampliación (espacios que han sido transformados a lo largo del tiempo) se ubican la tienda-librería y las diferentes instalaciones (luz, climatización, datos) que se requieren para el funcionamiento del nuevo equipamiento, así como la zona de baños y otros espacios de uso interno. En el extremo final del jardín se ubica el espacio de cafetería.

El proyecto contempla, por último, una actuación en su entorno inmediato para poder mejorar la relación de la Casa Vicens con los edificios colindantes y contribuir de esta manera a la preservación de sus valores arquitectónicos y paisajísticos, así como a mejorar su contemplación.

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