Nuevo alfabeto visual: los diversos estados del alma

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El Palacio de los Diamantes en Ferrara acoge una exposición que gira en torno al arte y la psique a través de una selección de obras de artistas italianos que experimentaron con los nuevos lenguajes visuales del divisionismo y el futurismo, como Gaetano Previati, Giuseppe Pellizza da Volpedo, Medardo Rosso, Umberto Boccioni o Carlo Carrá. Hasta el 10 de junio

“Un cuadro no es una obra de arte si no refleja como un espejo la emoción sicológica sentida por el artista delante de la naturaleza o delante de su propio sueño”. En los albores de la modernidad, cuando científicos y literatos debatían sobre la psique humana, algunos artistas italianos experimentaron nuevos lenguajes visuales, con el intento de trasladar a la obra de arte la materia abstracta de los estados de ánimo.

Sobre estas líneas, Beata Beatrix, por Dante Gabriel Rossetti, 1880, óleo sobre lienzo, 85 x 65.4 cm, Edimburgo, Galerías Nacionales de Escocia. Arriba, Paolo y Francesca, por Gaetano Previati, 1887, Bérgamo, Fundación Accademia Carrara.

En Estados de ánimo. Arte y Psique entre Previati y Boccioni, título de la exposición del Palacio de los Diamantes en Ferrara, rivalizan las obras maestras de algunos de los más originales intérpretes de la escena artística entre el divisionismo y el futurismo, como Giovanni Segantini, Gaetano Previati, Giuseppe Pellizza da Volpedo, Medardo Rosso, Umberto Boccioni o Carlo Carrá, artistas que con sus obras llevan al visitante al universo misterioso del ambiente fin de siècle.

El sueño, por Gaetano Previati, 1912, colección particular.

Comisariada por Chiara Vorrasi, Fernando Mazzocca y María Grazia Messina, esta cuidada exposición penetra en el arte italiano de finales del XIX e indaga por primera vez en la poética del ánimo humano y se adentra en la dimensión del espíritu con pinturas ejemplarizantes sobre este tema, por otra parte, una de las mayores aportaciones del país en el arte moderno.

De hecho, se trata de un momento decisivo para la aparición de la modernidad, que aúna ciencia y arte utilizadas en la investigación de la psique y a unos artistas que se impusieron el reto creativo de llevar a cabo un nuevo alfabeto visual con el fin de expresar los diversos estados del alma. Entre ellos, brillan los protagonistas de la escena artística de la época ya citados, especialmente Boccioni, que supo heredar el testimonio de la generación precedente y formular un lenguaje rompedor que coloca “al espectador en el centro del cuadro para arrastrarlo en la dinámica de las emociones y en la polifonía de la metrópolis moderna”.

La carcajada, por Umbertto Boccioni, 1911, óleo sobre lienzo, 110.2 x 145.4 cm, Nueva York, MoMA.

Mientras en esta iniciativa, Previati, destacado artista de las colecciones de las Galerías de Arte Moderno y Contemporáneo de Ferrara, ocupa un lugar privilegiado, como afirmaba el mismo Boccioni: “Con él las formas empiezan a hablar como música, los cuerpos aspiran a hacerse atmósfera, espíritu, y el tema está ya listo para transformarse en estado de ánimo”. Así, el contenido obedece a la voluntad de profundizar y sacar a la luz el papel fundamental interpretado por el artista ferrarés en tender un puente entre la herencia decimonónica y las vanguardias del nuevo siglo.

La preparación de esta atractiva muestra ha dado un exitoso resultado, fruto de una esmerada investigación de las fuentes y de una revisión crítica, llevadas a cabo por los comisarios y por un comité científico formado por estudiosos de nivel internacional, con la colaboración de notables especialistas que han colaborado en el catálogo.

Recuerdo de un dolor (Recuerdo de Santina Negri), por Giuseppe Pellizza da Volpedo, 1889, óleo sobre lienzo, 106 x 79,5 cm, Bérgamo, Academia Carrara, prestado a la Fundación Accademia Carrara.

Los préstamos, absolutamente excepcionales, han sido cedidos por grandes museos europeos y americanos, así como por coleccionistas particulares (desde la Beata Beatrix de Dante Gabriel Rossetti de las Galerías Nacionales de Escocia, al Fugit Amor del Museo Rodin, desde el pellizziano Recuerdo de un dolor de Giuseppe Pellizza da Volpedo de la Academia Carrara a la Carcajada de Boccioni del MoMA), lo que ha permitido alcanzar el objetivo de dar una nueva lectura a ese crucial tránsito de siglo.

En el recorrido se procede siguiendo los pasos de los artistas para experimentar una figuración de las emociones, a partir del verismo sicológico para introducirse en un proceso formal que tiene como meta la síntesis abstractiva y dinámica de la pintura de estados de ánimo futurista.

Lucha del centauro, por Giorgio de Chirico, h. 1909, óleo sobre lienzo, 75 x 110 cm, Roma, Galería Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo.

Cabe destacar el montaje de la exposición, un elemento decisivo que ha intensificado el discurso narrativo: estudiado para crear un espacio suspendido e inmaterial sumergido en la oscuridad, que exalta el poder de sugestión de las pinturas y esculturas y propicia la relación directa de la obra con el espectador. En definitiva, un ambiente envolvente formado por las obras expuestas, imágenes, sonidos y películas que evocan la temperie del fin de siglo, entre positivismo e irracionalismo.

Obras clave de la escena internacional dialogan con las interferencias del imaginario científico y cultural de la época captando los estados de ánimo: desde la melancolía al abandono en el sueño, del abismo del miedo a la liberación de las pulsiones sexuales y de los instintos agresivos, hasta el arrebatamiento estático del amor y la sublimación en los sentimientos de paz y armonía universal, para concluirse con las notas frenéticas y exaltantes producidas por la experiencia de la ciudad contemporánea.

El ángel de la vida, por Giovanni Segantini, 1894, Milán, Galería de Arte Moderno.

Un proyecto imprescindible que brinda una serie de íntimas secuencias, manifestadas por los individuos y captadas en tiempos pasados, si bien humana y universalmente actuales.

Carmen del VANDO BLANCO

Agua tranquila, por Fernand Khnopff, 1894, óleo sobre lienzo, 53,5 x 114,5 cm, Viena, Österreichische Galerie Belvedere.

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