La accidentada peripecia del Cordero Místico

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Pocas obras de arte en el mundo han sufrido tanto los vaivenes de la historia como el Políptico de la Adoración del Cordero Místico de Gante. Desde su inauguración en la capilla de Vijd en 1432 hasta la II Guerra Mundial, el retablo ha cambiado de manos varias veces, se ha trasladado a diversos lugares y también ha sido víctima de varios robos.

Con la Reforma protestante el catolicismo dejó de ser la religión oficial de Gante y, ante la furia iconoclasta desatada por los calvinistas en 1566, los responsables de la iglesia escondieron las tablas para evitar su destrucción. Restaurado el catolicismo, en 1584 el Cordero volvió a ocupar su sitio en la catedral de San Bavón, donde se exhibió completo hasta que el emperador José II de Austria lo visitó en 1781.

Ante el escándalo del pacato monarca por la realista desnudez de las tablas de Adán y Eva, estas fueron retiradas y puestas bajo llave en los archivos catedralicios. Pocos años después, en 1794, durante la Revolución francesa, las tropas de aquel país trocearon el retablo, llevándose en carreta a París el panel central del Cordero, que enseguida sería expuesto con gran éxito en el Museo Napoleón (posteriormente Louvre).

Detalle del Cordero Místico sobre el altar en el Políptico de la Adoración del Cordero Místico o Políptico de Gante (abierto), por Hubert y Jan van Eyck, 1430-32, doce tablas al óleo, 375 x 520 cm, Gante, catedral de San Bavón. Arriba, fotografía de los Monuments Men tras recuperar el retablo. THE MONUMENTS MEN FOUNDATION

Y aunque en 1815, tras la batalla de Waterloo, Luis XVIII de Francia devolvió el panel central a San Bavón, tan solo unos meses más tarde, el 19 de diciembre de 1816, los paneles laterales, excepto Adán y Eva, fueron vendidos por los responsables eclesiásticos a un marchante de arte por 3.000 florines.

Enseguida cambiaron de manos y en 1821, a través del coleccionista Jolly, pasaron a propiedad de Federico Guillermo III de Prusia, quien los cedió al Museo Káiser Friedrich de Berlín. Décadas más tarde, en 1861, el Estado belga compró a la catedral las tablas de Adán y Eva desnudos por 50.000 francos, para exponerlos en el Museo Nacional de Bruselas.

Durante la Primera Guerra Mundial, por el temor a que los alemanes pudieran confiscar el retablo, un canónigo de San Bavón organizó su traslado a dos casas particulares de Gante. Tras la guerra y el Tratado de Versalles, en 1919 Alemania devolvió a Bélgica las tablas expuestas en Berlín.

Imagen actual del exterior de la Catedral de San Bavón.

Pero la penúltima peripecia llegaría con la Segunda Guerra Mundial. Para salvaguardarlo de los alemanes, el retablo fue puesto a buen recaudo en los Pirineos, pero los nazis lo encontraron y lo llevaron al castillo de Neuchwastein antes de almacenarlo en la mina de sal austriaca de Altaussee junto a otros cientos de obras robadas.

Allí lo encontraron en 1945 los oficiales del III Ejército norteamericano –los conocidos como Monuments Men– quienes bajo la supervisión de Paul Coremans lo devolverían a Bruselas. Finalmente, en noviembre de ese mismo año el Políptico de la Adoración del Cordero Místico volvía a su emplazamiento en la catedral de San Bavón.

El teniente Daniel J. Kern y el conservador alemán Karl Sieber examinan la Adoración del cordero místico. THE MONUMENTS MEN FOUNDATION.

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