La condición humana según Lucian Freud, Francis Bacon, David Bomberg o Paula Rego

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Una exposición en el Museo Picasso de Málaga muestra el trabajo de una serie de pintores de primera línea que, entre la Segunda Guerra Mundial y hasta el día de hoy, trabajaron en Londres, ciudad de encuentro artístico y existencial. Cada uno de ellos, y bajo una visión propia, representaron la figura humana, el paisaje y lo cotidiano. Hasta el 17 de septiembre

En la década de los años cincuenta del pasado siglo, un pequeño grupo de pintores que compartía puntos de vista, inquietudes y que estaban interrelacionados por vínculos de amistad y admiración mutua, exploró la apariencia y la fragilidad del cuerpo, con la ciudad de Londres como entorno circundante. A partir de la plasmación de la figura y de su propio paisaje cotidiano, estos artistas transmitieron la delicadeza y vitalidad de la condición humana y desarrollaron simultáneamente nuevos enfoques y estilos, reinventando su modo de representar la vida con una marcada individualidad y dotando a la pintura de una inusitada intensidad.

Sobre estas líneas, Hombre que cae de improviso, por Michael Andrews, 1952, óleo sobre tabla, Londres, Tate, adquirido en 1958. Arriba, Muchacha con perro blanco, por Lucian Freud, 1950-51, óleo sobre lienzo, 762 x 1016 mm, Londres, Tate, adquirido en 1952.

Si bien la mayoría de ellos obtuvo desde sus inicios el favor de la crítica, el reconocimiento del público tardó más tiempo en llegar debido sobre todo a que el arte centrado en la figura humana estaba denostado desde los sesenta hasta los ochenta, años en los que la abstracción y lo conceptual eran las formas predominantes de la expresión artística. La comisaria de la exposición, Elena Crippa, considera que aunque durante mucho tiempo el trabajo de estos pintores pareció chocar de frente con el discurso artístico de su entorno, en las últimas décadas se ha reconsiderado, situándolo en una posición central que permite “una comprensión más rica y compleja del arte y la cultura posteriores a la Segunda Guerra Mundial”.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Londres ostentaba moralmente la capitalidad europea. El Reino Unido, que no había sido invadido, tuvo un papel estratégico en el final de la contienda y había acogido a fugitivos del nazismo de todas las nacionalidades. El continente, mientras tanto, se recuperaba de la invasión y de la destrucción. Fue en la capital británica donde estos artistas coincidieron, se relacionaron y expusieron, desarrollando disciplinadamente sus propios estilos y actitudes existenciales con un denominador común: la reivindicación de la figuración frente a la abstracción dominante. Su trabajo germinó en una época de fortaleza artística de los Estados Unidos frente a una Europa deprimida y en reconstrucción, mediante un posicionamiento pictórico muy personal en la representación de la condición humana en la intimidad de la vida.

Sobre estas líneas, Leigh Bowery, por Lucian Freud, 1991, óleo sobre lienzo , 51 x 40,9 cm, Londres, Tate, donación anónima, 1994  © Tate, Londres 2017 © The Lucian Freud Archive/Bridgeman Images.

Estos pintores, que se conocían y coincidían, muchos de ellos, en locales del Soho londinense, pintaban esencialmente personas de su círculo inmediato, amigos, parientes y amantes presentes en la intimidad de su vida cotidiana. En Auerbach, Bomberg, Freud, Coldstrean, Kossoff y Uglow la pintura surgía generalmente de un encuentro directo con lo que se quería representar, trabajando muchas veces en numerosas sesiones de posado a lo largo de meses e incluso de años. Mientras que, en el caso de Andrews, Kitaj, Rego y, sobre todo, Bacon, la realidad solía representarse a partir de imágenes ya reproducidas tanto en fotografías, películas, libros, revistas y periódicos como en otras obras de arte.

Además de representar el cuerpo humano, con frecuencia también desviaron su mirada hacia el paisaje de su entorno, en concreto a las calles de Londres. El paisaje urbano, en una ciudad varias veces bombardeada y en reconstrucción, supuso en esos momentos un tema muy sugerente para algunos de estos jóvenes pintores que continuarían retratándola en sus lienzos durante el largo periodo de recuperación de los años cincuenta y sesenta. Algunos volcaron también su mirada, ocasional o sistemáticamente, hacia su propio entorno: su estudio o paisajes menos familiares que hallaron en sus viajes.

Tres figuras y retrato, por Francis Bacon, 1975, óleo y pastel sobre lienzo, 198,1 x 147,3 cm, Londres, Tate, adquirido en 1977 © Tate, Londres 2017 © The Estate of Francis Bacon. Todos los derechos reservados. DACS/VEGAP, Málaga, 2017.

Así, la exposición Bacon, Freud y la Escuela de Londres, organizada en colaboración por el Museo Picasso de Málaga y la Tate de Londres, comisariada por Elena Crippa, muestra por primera vez en España un conjunto de obras extraordinarias, 90 en total, del museo británico. En definitiva, un recorrido por la contundente soledad de Francis Bacon, la turbación carnal de Lucian Freud, las preocupaciones existenciales de Michel Andrews, la pintura tridimensional de Frank Auerbach, la fuerza emocional de David Bomberg, la rigurosa medición de William Coldstream, la multiplicidad de Ronald B. Kitaj, la visceralidad de Leon Kossoff, la subversión de Paula Rego y la proporción de Euan Uglow, pintores todos ellos vinculados a lo que ha venido en denominarse Escuela de Londres, una etiqueta que por otro lado no acaba de ser aceptada ni por historiadores del arte ni por los propios artistas.

Un visitante observa el baile, por Paula Rego, 1988.

Además del catálogo que se ha editado por parte del Museo Picasso, con textos de la comisaria y de la historiadora del arte Catherine Lampert, la pinacoteca malagueña llevará a cabo distintas actividades, como un taller de dibujo en vivo: Al desnudo: dibujos al natural, que se dividirá en cuatro sesiones, 1, 2, 8 y 9 de junio (se necesitan conocimientos previos); un seminario internacional, donde destacados especialistas impartirán un ciclo de conferencias el 8 y 15 de junio; un ciclo de cine documental en el que se mostrarán entrevistas a varios de los artistas que participan en la exposición y que culminará en el jardín donde se proyectará las películas Francis Bacon, dirigido por David Hinton en 1988, o Frank Auerbach: To the Studio, realizado por Hannah Rothschild en el 2010.

La boda, por R. B. Kitaj, 1989-93, óleo sobre lienzo, 183 x 183 cm, Londres, Tate, donación del artista, 1993 © Tate, London 2017 © R.B. Kitaj Estate, por cortesía de Marlborough Fine Art.

En septiembre, y en colaboración con la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), se impartirá el Seminario El estudio del artista. Laboratorios del siglo XXI, en el que varios artistas hablarán de sus espacios de trabajo, en una época en la que el atelier artístico queda desdibujado por la ubicuidad de las nuevas tecnologías y la irrupción del arte urbano. Y todos los sábados a las 12 horas tendrá lugar una visita guiada, para participar solo es necesario inscribirse en la taquilla el mismo día de la visita. ACTIVIDADES COMPLETAS

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