Sara Biassu: la representación de lo intangible

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Hasta el 6 de junio, la galería A Ciegas (Madrid) presenta el trabajo de esta artista multidisciplinar compuesto por una recopilación de sus esculturas e instalaciones en porcelana y gres a la que se suma una serie de pinturas, realizada en exclusiva para esta exposición, que trabaja a partir de fotografías transferidas a lienzo e intervenidas pictóricamente

Silvana Retamal abrió en abril de 2018 una galería en Madrid y lo hizo en una zona que está en plena transformación, entre La Latina y Lavapiés, en la calle Dos Hermanas número 5, donde hasta hace poco predominaban las tiendas al por mayor. Una apuesta que no deja de ser una declaración de intenciones tanto del arte y creadores que va a mostrar (todas las disciplinas, incluidas las relacionadas con el diseño o el grafiti), como al público al que se dirige, coleccionistas interesados en conocer nuevas propuestas y animar a los jóvenes a que también compren arte. En su misma calle hay otro espacio dedicado a la creación que está gestionado por lo propios artistas que viven o trabajan en este barrio, una peluquería de un joven marroquí que trabaja la henna u otra de unas mujeres africanas, junto a tiendas que apuestan por mostrar el trabajo de jóvenes diseñadores…

En definitiva, unas calles (a las que hay que sumar, Juanelo, La Encomienda, La Ruda o Santa Ana) en las que se han establecido jóvenes que derrochan talento, ganas de transformar el entorno y mucha ilusión, un tejido social y cultural al que Silvana quiere contribuir exponiendo a artistas nacionales e internacionales, jóvenes y también maduros… porque lo suyo es romper fronteras. Este año ha participado por primera vez en una feria, JustMad, una experiencia que como nos comenta ha sido muy enriquecedora, “he aprendido mucho de mis compañeros, de su experiencia, de la solidaridad entre todos, para mí ha sido como una masterClass continua”.

Sobre estas líneas, Space games, 2019, fotografía transferida a lienzo e intervenida pictóricamente. Arriba, Four Dimensions, 2017, porcelana, latón y hierro, 29 x 64 x 64 cm. Todas las piezas de Sara Biassu, expuestas en la exposición Space Games (Juegos espaciales) en la galeria A Ciegas (Madrid).

Y ya franqueando la puerta de la galería, el visitante se va a encontrar con Space Games (Juegos espaciales), una exposición muy interesante de Sara Biassu (Zaragoza, 1980), compuesta por una serie de obras en las que “el espacio pictórico y el de la propia galería está intervenido con objetos cotidianos y de ficción”, y que dan como resultado una nueva realidad, “estableciendo nuevas asociaciones y simbolismos al vincular lo lúdico con lo poético, entre blancos y negros, característica principal del trabajo de la artista”, añade Silvana Retamal.

Biassu, una artista multidisciplinar especializada en la escultura cerámica, sin dejar de lado los medios audiovisuales, la pintura, así como otras disciplinas entre las que destaca el grabado, establece en este trabajo un juego entre lo irónico y lo onírico, entre un mundo irreal y el real, entre el pasado y el presente, entre lo cotidiano y lo universal o entre la continuidad y la dispersión. A su vez, la artista plantea un diálogo propio a partir de experiencias ajenas, a “las que el espectador podrá vincularse en mayor o menor medida, creando su propio espacio entre ellas”. Unos diálogos que se establecen también entre las propias obras porque se retroalimentan unas de otras en ese juego de contrarios, entre lo oscuro, lo inquietante, lo barroco y la luz, la pureza, la sencillez.

Si en cierta forma, el trabajo de un artista no deja de ser autobiográfico, en el caso de Sara Biassu es totalmente palpable porque a partir de las vivencias personales, las raíces familiares y el entorno construye su universo creativo. En esta muestra se expone, por ejemplo, In Aeternum (2014), una espectacular instalación dedicada a su padre cuando falleció, donde su familia (madre, padre, hermano y ella misma) está representada por cuatro esculturas de porcelana en forma de perro y por encima de estas figuras, colgadas en la pared, hay un grupo de marcos en porcelana de distinto tamaño donde los dorados representan los tiempos de bonanza y los negros las pérdidas familiares.

In Aeternum, 2014, gres, esmalte, oro líquido y estructura de madera, 200 x 300 x 150 cm.

También utiliza fotos antiguas de la familia que transfiere al lienzo, interviene pictóricamente y posteriormente incluye elementos de la cultura cinematográfica contemporánea como La guerra de las Galaxias o La guerra de los Mundos. Y en este juego de contrarios que hablábamos antes, en muchas de estas obras predominan los negros como negra era la época que representan: la dura posguerra, encarnada en esas fotos de niños en los colegios durante el franquismo, niños tristes, asustados, en definitiva, la artista nos habla del miedo absoluto, la soledad, la incomunicación o la alienación. En cambio, en la otra serie el gran protagonista es el blanco, un color que representa la luz, la esperanza, y lo hace a través de una niña a la que cuidaron durante muchos años y que “ha sido muy importante porque ha dado luz a su vida”, explica Silvana, una idea que está presente en el pez volador que acompaña a esta niña. En cualquier caso, ambas series son complementarias, de una gran belleza, fuerza y carga poética.

Space games, 2019, fotografía transferida a lienzo e intervenida pictóricamente.

La ironía también es otro de los ejes que conforman el trabajo de Biassu, como en las instalaciones A Callar o Amenaza – da (que formaron parte de la exposición Objetos inútiles o Bajo amenaza-Manual visual de supervivencia en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza), conformadas por elementos cotidianos como platos (esculturas realizadas también en porcelana), donde la artista escribe frases incisivas como “calla y come”. En esta misma línea, en la exposición hay otra pieza instalativa, Four Dimensions (2017), formada por cuatro figuras femeninas en las que la artista ha añadido un punto en cada una de ellas que representan el corazón, el sexo, el pensamiento y la fuerza; ¡atentos a descubrir dónde se encuentra colocado cada punto!

En definitiva, a Sara Biassu le interesa mucho la representación de lo intangible: la sensibilidad de los individuos, lo efímero del tiempo, los límites entre la consciencia y la inconsciencia y la materialización de nuevas utopías. “Su trabajo gira en torno a los objetos y las imágenes, la materia y lo esencial, en una búsqueda de creación sin límites, provocando un impacto directo en el espectador a través de sus piezas, que caminan entre la poesía visual y lo conceptual, donde título y obra son el cuerpo en el que se agazapa el significado auténtico de cada una de sus creaciones”, explica Silvana Retamal.

Á.S.C.

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