El pintor, además de seguir trabajando en sus obras pictóricas en su casa-estudio en el centro de Madrid, ha ocupado su tiempo de confinamiento escribiendo mucho y, desde la ventana, «pintando con su cámara» unos cielos limpios y transparentes
«Hemos disfrutado de unos cielos y nubes como nunca hubiéramos podido imaginar», comenta Alberto Reguera (Segovia, 1961), que ha captado el lado más ingrávido e inmaterial de esas nubes, su lado más efímero, y es que a este artista siempre le ha fascinado el lado efímero de las nubes, su lado más abstracto también, en resumen, fotografiar y pintar nubes y atmósferas cambiantes. Todas estas imágenes se pueden contemplar en su perfil de Instagram.
Un estratocúmulo o un cumulonimbo pictórico nunca será el mismo un minuto después… Un mundo que tiene relación con su universo de cielos imaginados y abstractos, de veladuras blancas y azules. Su intención es, por un lado, un ejercicio de fragmentar trocitos de naturaleza aérea, una invitación a la evasión a través de la contemplación estética, y, por otro, capturar el lado más bello de una porción de la naturaleza, en diferentes momentos del día y sus luces cambiantes, como los espectaculares atardeceres.
El cielo está presente en su pensamiento al igual que en el de muchos otros artistas, como en los fondos de los cuadros románticos de Turner o Constable. Pero tambien en los de Chjristhian Dahl o los de Aywazoski o Granet. El color azul como más inmaterial, más espiritual también y que concuerda con esas visiones intangible que tenemos del cielo. Con su percepción ilusoria, porque no es un color aunque nuestros ojos le ponen color.
«Muchas veces he realizado pinturas que materializaban el paisaje exterior que captaba a través de mi cámara, lo que yo llamo bocetos mentales, sobre los cielos de Nueva Zelanda o Noruega. Ahora le ha tocado el turno a Madrid porque quería reflejar un momento único, impoluto, desde el corazón de la ciudad, desde la ventana de mi casa-estudio. Observando el paisaje a la vez que reflejaba el interior, en una dinámica de ida y vuelta. Han sido muchas horas mirando al cielo para poder captar con la cámara los momentos de mayor profundidad celeste, los que más me transmitían», nos explica el pintor sobre este trabajo. Imágenes, a penas manipuladas, sin filtro, que le unen a su pintura.
Este trabajo, junto al de otros catorce artistas de distintas disciplinas artísticas, ha sido seleccionado por la Consejería de Cultural de la Embajada de España en Portugal y el Consulado de Nueva York para formar parte del proyecto 14 DIAS / 14 ARTISTAS #14Dias14ArtistasPT. Un proyecto que trata de explicar cómo los artistas están gestionando, a nivel creativo, este periodo de confinamiento. En su difusión colaboran entre otros organismos AECID y ACE. El pasado año el artista hizo una performance pictórica en Lisboa y también una exposición individual en la galeria Sao Mamede.
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