Un día en casa de Sorolla

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Un grupo de pintores unidos por la amistad se reúnen periódicamente para trabajar juntos en el espacio vital y creativo de grandes maestros a los que rinden homenaje por medio de la creación. El Museo-Casa Sorolla muestra hasta el 24 de junio las obras de estos 30 creadores, cincuenta y cinco cuadros, una escultura, un relieve y un dibujo, donde han plasmado los rincones del jardín del pintor valenciano

“(…) yo ni he querido nunca ser, ni quiero, ni querré nunca ser más que pintor”, escribía Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Madrid, 1923). Esta cita del artista define muy bien también a los artistas que participan en este proyecto desde hace años: su deseo de ser y seguir siendo pintores por encima de todo.

Sobre estas líneas, obra de Irene Cuadrado, óleo sobre tabla, 50 x 50 cm. Arriba, obra de Charles Villeneuve.

En abril de 2014 un grupo de pintores se reunieron para trabajar juntos en los jardines de la Casa de Velázquez (residencia de ar­tistas en Madrid), exponiendo el resultado con el título: Un día en Casa de Velázquez. En junio del año siguiente se realizó un segundo encuentro de pin­tores en Fuendetodos, dando lugar a Un día en casa de Goya. Surgió entonces la idea de repetir estos encuentros, visitar periódicamente la casa de grandes pintores a los que rendir homenaje por medio de la creación.

Un día en casa de Sorolla es, pues, una celebración de amistad y amor por el oficio. “En su jardín, en su casa, pintamos y conversamos con Sorolla, un pintor que encarnó como nadie la pintura, un hombre que hizo de la vida pintura y de la pintura vida”, explican los artistas que integran este grupo unido por la amistad y el amor a su trabajo. Un grupo que en esta ocasión se ha reunido en el jardín de Sorolla para pintar todos sus rincones.

Pintura de José Luis Ceña, óleo sobre lienzo, 80 x 80 cm.

El Museo les ha abierto sus puertas para que ellos reinterpreten el jardín desde su mirada contemporánea. Sorolla ejerció en vida la enseñanza, y sin duda se habría sentido muy complacido de ver a un gran grupo de pintores jóvenes acercarse a la que fue una obra más de su mano, el jardín que él mismo diseñó y plantó y que tantas veces pintó.

El movimiento inquieto de la luz entre las hojas o los reflejos del agua fueron motivos recurrentes en la obra de Sorolla. El desafío visual continuo de la naturaleza ejerce su poder de se­ducción ahora como entonces y provoca en el pintor el deseo de recoger su guante y sentir, como decía Sorolla, “la excitación que el ver el natural tan hermoso me proporciona…”.

Obra de Alberto Martín Giraldo, acrílico sobre lienzo, 80 x 80 cm.

La exposición está compuesta por cincuenta y cinco cuadros, una escultura y un relieve fundidos en bronce y un dibujo de 30 artistas: Alberto Fernández Hurtado, Alberto Martín Giraldo, Álvaro Ruiz, Annika Talsi, Antonio Barahona, Charles Villeneuve, Daniel Franca, Fernando Herrero, Irene Cuadrado Hernández , Isidoro Moreno, Jaime Jurado, Javier Barco, Javier de Benito , Jorge Abbad, José Luis Ceña Ruiz, José M. Arévalo , Juan Manuel Campos, Juanjo Martín Encinas, Julia Santa Olalla, Miao Du, Nino Bayo, Pedro Quesada, Pepe Cerdá, Rao Jinzhong, Raquel Cánovas, Rocío Guerrero , Sergio del Amo, Susana Ragel, Víctor Alba y Virginia Bersabé.

La exposición se celebra en el marco de las actividades programa­das por el Museo Sorolla en relación con el Año Europeo del Pa­trimonio, uno de cuyos objetivos es la colaboración de los museos con artistas contemporáneos, y como preparación para la próxima exposición del Museo, Sorolla. Un jardín para pintar, que se ce­lebrará a partir del mes de julio.

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