Jorge Gallego: “Trato de descubrir el modo en que habitamos el mundo»

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Hasta el 7 de enero, Ansorena Galería de Arte (Madrid) muestra por primera vez de manera individual el trabajo de este pintor sevillano. Bajo el título Silencios, el artista presenta unas escenas donde la luz es protagonista, evidente, ausente o filtrada, para representar lo que no se ve, lo que se intuye, en definitiva, la condición humana

Desde que Jorge Gallego (Montellano, Sevilla, 1980) ganase el Premio de Figurativas Fundació de les Arts i els Artistes en 2009, su “obra se ha desperezado, transitando caminos que le conducen a una plenitud, instalada en el misterio ¡Y no se lo pone fácil! Porque ha ensayado asuntos complejos, al grafito, donde el concepto quería suplantar al sentimiento y la perfección a la sorpresa mágica”, escribe en el catálogo de esta muestra Tomás Paredes, presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte/AICA. Y podemos añadir que ha ganado también en profundidad, en lirismo, su pincelada ahonda en la psicología de los espacios y los personajes para aportar ese “algo más” que motiva la reflexión en quien la contempla.

Y es que a Jorge Gallero le interesa eso que llamamos la condición humana. Para el creador, el ser, lo individual y lo colectivo, son las tres piezas del puzle, y juntas suman la totalidad de nuestra existencia. “El ser humano y su complejidad, en cómo siendo uno pertenece a la colectividad y necesita de ella para poder ser individual. Mi trabajo pretende ahondar sobre la condición humana tratándola desde diversos puntos de vista, yendo de la epidermis al interior. Trato de descubrir el modo en el que habitamos el mundo, cómo lo utilizamos y cambiamos según nuestras propias necesidades; cómo nos relacionamos entre nosotros y cómo proyectamos nuestra personalidad en cuanto nos rodea, desde los espacios más íntimos y familiares hasta los que compartimos en comunidad”.

Sobre estas líneas, El enigma, 2018, óleo sobre lino, 100 x 114 cm. Arriba, El intervalo, 2018, óleo sobre lino, 97 x 146. Todas las obras de Jorge Gallego, exposición Silencios en Ansorena Galería de Arte.

En una primera mirada, las escenas de sus pinturas, como dice el propio artista, pueden parecer triviales, “pero ahí radica su verdadera naturaleza, en la grandeza de lo puro, huyendo de cualquier artificio. En ellas trato de plasmar el fundamento de lo que encuentro a mi alrededor, que a la vez es la esencia universal, ya que los principios que nos mueven son similares independientemente de nuestra condición o procedencia. No podemos encontrar más pureza ni podemos ser mejores arqueólogos que si investigamos en nuestro entorno más cercano; cuando queremos indagar en paisajes o personas desconocidas siempre nos quedaremos en la superficie, seremos turistas extasiados por nuevas formas que nos son ajenas y sorprendentes”.

Escenas envueltas en misterio, y que según Tomás Paredes, el pintor consigue “en la pincelada, apenas distinguida, que madura su expresión. El ritmo de esos toques de óleo que el lino va aglutinando de modo natural, fluido, con lisura exquisita y lucidez infinita. La transición imperceptible que logra su mano dulce para el dibujo”. Son escenas que tienen tanta carga narrativa que invitan al espectador a imaginarse las historias que hay en esas oficinas despobladas, o en esas azoteas desvencijadas y donde parece que la vida se ha detenido o en esas habitaciones de casas abandonadas y donde están presentes estos rastros que deja la vida de quien las habitó, y es precisamente esa carga narrativa de su pintura la que en cierta manera nos recuerda a Edward Hopper. Al pintor también le interesan los paisajes, donde destacan sus vistas del horizonte o esos lugares que todos hemos visto en los que es palpable la huella nefasta que deja el ser humano a su paso.

Vacíos, 2018, óleo sobre lino, 160 x 200 cm.

Ahora y hasta el 7 de enero, el pintor sevillano presenta su trabajo más reciente en la primera exposición individual en Ansorena Galería de Arte, bajo el título Silencios, donde aborda diferentes temas, pero con el concepto del silencio como trasfondo, los silencios que evocan los lugares, la noche, el olvido y también las personas. Y hablando del silencio y el misterio no podemos dejar de mencionar dos de sus últimos óleos, El susurro del abismo y La llamada, que dejan patente la gran maestría de Jorge Gallego en el uso del negro y grises para componer unas obras especialmente poéticas y bellas.

En definitiva, en este trabajo la luz se convierte en protagonista de las escenas, hay paisajes bañados por la luz que los define, pero también hay luz ausente y luz filtrada que intenta representar aquello que normalmente no se ve, lo que se intuye. La claridad evidencia a la verdad y la oscuridad da paso a la duda.

La llamda, 2018, óleo sobre lino, 100 x 100 cm.

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