Concha Jerez reflexiona sobre la memoria en el Reina Sofía

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La creadora canaria examina su trabajo desde los años setenta hasta la actualidad entrecruzando su propia memoria personal con la memoria colectiva para abordar de forma crítica, en una muestra en el Museo Reina Sofía, asuntos relativos a la represión de la libertad, la censura política y artística o la marginación de determinados colectivos sociales. Hasta el 11 de enero de 2021

Sin ningún género de dudas, Concha Jerez (Las Palmas de Gran Canaria, 1941) es una de las creadoras más importantes del arte contemporáneo español, con una trayectoria extremadamente coherente que ha desplegado desde mediados de los años setenta. Su obra ha sido, convencionalmente, catalogada en el ámbito de los “conceptualismos”, aunque es manifiesto que en su estética está muy presente su formación musical, el vínculo con la órbita de la música procesual de Cage, la influencia de Fluxus y el contacto con ZAJ, pero sobre todo la decisión de trabajar en el ámbito de lo intermedial.

En solitario o en una dilatada colaboración con José Iges, ha realizado infinidad de exposiciones e intervenciones en galerías y museos, tanto en España como en el extranjero. Se trata de una verdadera “mutante-mediática” (un término acuñado por Iges) que fue justamente galardonada en 2017 con el Premio Velázquez de Artes Plásticas.

CONCHA JEREZ, Que nos roban la memoria, julio de 2020. Vista de sala con la obra Límite de la cotidianidad, planta 3 del Edificio Sabatini, Museo Reina Sofía. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía. Arriba, sala de la muestra en la planta 3 del Edificio Sabatini.

Ahora, la creadora presenta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía Que nos roban la memoria, una exposición cuyo principal eje vertebrador el concepto de la memoria, cuestión que ha ocupado gran parte de su trayectoria. Con esta temática de fondo, la artista recupera y revisa su trabajo desde los años setenta hasta la actualidad desde una perspectiva en la que se entrecruza su propia memoria personal con la memoria colectiva para abordar de forma crítica asuntos relativos a la represión de la libertad, la censura política y artística o la marginación de determinados colectivos sociales.

En las obras e instalaciones multimedia (vídeo, audio, fotografía) que pueden contemplarse en la muestra, en la que ha colaborado la Comunidad de Madrid, aparecen a menudo dos de los elementos utilizados por Jerez desde los inicios de su carrera: las noticias de prensa y los escritos autocensurados como caligrafía ilegible. A ellos ha incorporado temas de actualidad, especialmente aquellos relacionados con el feminismo y la inmigración y su olvido o maltrato en los medios y en las políticas oficiales. Además de la memoria, en su actual etapa personal de reflexión y síntesis de épocas anteriores, Concha Jerez trata otra serie de temas con los que ha venido trabajando recurrentemente a lo largo de estos últimos cuarenta años, como las ideas de ambigüedad, cotidianidad, medición, tiempo, utopía o la vigilancia electrónica y los límites.

CONCHA JEREZ, Que nos roban la memoria, julio de 2020. Detalle de la muestra, planta 3 del Edificio Sabatini, Museo Reina Sofía. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.

La muestra se despliega por diversos espacios del edificio Sabatini del museo. En la Sala de Bóvedas -en el sótano- y en la planta tercera se presenta una retrospectiva parcial en la que pueden verse algunas de las primeras obras de la artista sobre papel, que han sido expuestas raras veces desde los años setenta, así como instalaciones realizadas a partir de los años ochenta.

CONCHA JEREZ, Que nos roban la memoria, julio de 2020. Detalle de la muestra, planta 3 del Edificio Sabatini, Museo Reina Sofía. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.

La Sala de Protocolo, en la planta primera, representa el archivo personal de Concha Jerez, ilustrando el recorrido que en el contexto del arte ha venido realizando la artista a lo largo del tiempo. Muestra una selección de dibujos originales de proyectos de Concha Jerez, un enlace virtual a la Base de Datos Ideas Instaladas y a la Base de Datos de Jerez y el músico José Iges Expanded Radio, bocetos de experimentaciones con diversas materias (1972-73), bocetos y obras minimalistas (1972-75), obras originales de Mail Art, objetos intervenidos y publicaciones de la autora.

CONCHA JEREZ, Que nos roban la memoria, julio de 2020, Sala de Protocolo del Edificio Sabatini, Museo Reina Sofía. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.

Por último, Concha Jerez ha tomado las cuatro escaleras de piedra como soporte para crear para esta ocasión cuatro nuevas intervenciones específicas como espacios de memoria: la Memoria olvidada, la Memoria autocensurada, la Memoria escrita y oralizada, y la Memoria silenciada. Esta es la primera vez que una exposición utiliza estos cuatro lugares singulares a la vez, que para la artista definen el tránsito por ellos de los diversos tiempos de memoria de los que ha sido testigo el edificio, de antiguo hospital de la beneficencia al museo de hoy. Además, se muestra un vídeo con imágenes correspondientes a lugares de reclusión y tortura del franquismo, de campos de refugiados, de lugares de ejecuciones y de personas represaliadas, en la intervención también figuran listados de nombres de personas ejecutadas por la dictadura en el período posterior a la guerra civil escritos a mano por la artista. 

CONCHA JEREZ, Que nos roban la memoria, julio de 2020. Escaleras del Edificio Sabatini, Museo Reina Sofía. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.

En la frontera de los géneros

Concha Jerez se desplaza en la frontera de los géneros artísticos, si es que estos conservan alguna especificidad, para escribir de una manera diferente, transformar la información vertiginosa en tachadura, presentar un espacio de meditación desmontando los rituales fríos de la moderna “máquina de visión” que convive con los ojos sin pupila.

Jerez le concede mucha importancia al lenguaje, y así dice que ella “le daría la vuelta a eso de que una imagen vale más que mil palabras. Las imágenes se fijan, pero el lenguaje te facilita un universo de imaginación contradictorio y variado que resulta esencial”. En muchas de sus obras emplea, deliberadamente, “palabras ambiguas” o indaga en el proceso de olvido que atraviesan los medios de comunicación. La artista advierte que “ahora mismo la comunicación está profundamente falseada, porque ha sido pervertida a nivel público. Hay que bucear en los periódicos y las televisiones para saber qué es lo que sucede realmente. Tampoco te puedes fiar de la redes sociales. Tienes que ir de puntillas. Se ha producido una evolución en negativo, del mismo modo que ahora hay muchísima más autocensura”.

CONCHA JEREZ, Que nos roban la memoria, julio de 2020. Vista de sala, planta 3 del Edificio Sabatini, Museo Reina Sofía. Foto: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.

En definitiva, podríamos decir que esta creadora es una suerte de caminante posfluxus situada en espacios intersticiales, una “mutante mediática” que en un tiempo (valga la cita shakesperiana) desquiciado se encamina sin miedo hacia lo problemático. “El pensamiento –dice esta creadora– se activa caminando, y yo genero mis trabajos en la mente”. Sin duda, sus memorables interferencias artísticas nos interpelan y nos invitan a pensar críticamente en un tiempo de extraordinaria incertidumbre.

Datos útiles

Exposición Concha Jerez. Que nos roban la memoria

Museo Nacional de Arte Reina Sofía

Hasta el 11 de enero de 2021

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