Crónica de un luminoso brillante

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El ya mítico cartel del edificio Carrión de la Gran Vía madrileña cumple medio siglo de vida. Un icono artístico y testigo único del devenir iluminado de una sociedad de claros y oscuros, en diferentes formatos. En la Serrería Belga hasta el 20 de diciembre

Parece que fue ayer, pero ya han pasado 50 años. Imperturbable e implacable al paso del tiempo, haga frio, nieve, lluvia o calor, desde su magistral atalaya preside y alumbra una de las arterias principales de vida de la ciudad de Madrid.

Desnuda Gran Vía sin él

Objeto de culto, deseo venerado, icono cinematográfico dónde los haya, nadie escapa a su genial e hipnótico atractivo haz de luz, de alzar el cuello o girar la cabeza para observar sus finos destellos de colores como tentáculos que van al cielo.

Ahora una sensacional retrospectiva en el Espacio cultural Serrería Belga le rinde homenaje, como no podía ser de otra forma, a aquellas cosas que ya forman parte del ADN de la vida en la capital. “Esto no es una exposición, es un viaje en el tiempo”, afirma Lucia Lain, comisaria de Arte. Y es que corría el año 1972 cuando dio y vio la luz el emblemático luminoso de la conocida marca de refrescos.

Imágenes del mítico edificio Carrión expuestas en la muestra de la Serrería Belga.

Su particular estructura en el edificio Carrión, obra arquitectónica de Luis Martínez Feduchi y Vicente Eced, nos acompaña desde entonces y todo lo que ello conlleva, aparte de tratar de buscar más simbologías que le han llevado a ser retrato perenne, en blanco y negro y color, testigo de la evolución social madrileña por grandes profesionales, en numerosas disciplinas artísticas, como este caso la fotografía, que firman nombres de vértigo como él, Nicolás Muller, Juan Pardo, Santos Yubero, Roberto Arranz, Cristóbal Portillo, César Fraile o más contemporáneos, porque ahí sigue mostrando su mejor cara, Fernando Manso, Leticia Felgueroso, Rafael Trapiello, Guillermo Armengol, Luis Vioque o Vicente  Tofiño, entre otros, amantes del luminoso por excelencia, con permiso de Tío Pepe.

De día o de noche

El deambular de la gente, en el trasiego de su cruce peatonal con la Plaza del Callao y los coches de época a su alrededor. La mirada celosa de los quioscos de Prensa. El personal de su interior, su sombra prolongada, el bullicio de las terrazas limítrofes, todo queda ahora patente, reflejado para deleite de todos, en estas instantáneas fondo de un relevante patrimonio nacional.

Corran como el tiempo para visitar esta efímera crónica pop up!, pero colorista muestra, con simulador de caída al vacío, que nos retrotrae a un tiempo, quizá mejor para muchos, para otros inexistente por fecha de nacimiento, pero que estaba ahí, hierático, antes de muchos de nosotros como faro que dirige e ilumina la senda de un mar de asfalto cotidiano, diurno, frenético, noctámbulo, trasnochador, pero siempre en vela, protector, sin saberlo, de nuestra vida.

Fotografías relacionadas con el edificio Carrión que pueden contemplarse en la exposición.

Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack no se fijaron en Madrid para rodar su mítica “King Kong”, allá por el 33, ya que aún no existía, pero seguro que de haber existido, la bella Ann habría entretenido al famoso gorila encaramado a este lucero metropolitano que brilla ahora, más que nunca, juntos. ¡Felicidades!

César Serna

Datos útiles

Exposición 50 años brillando juntos. Crónica fotográfica de un icono de la Gran Vía.

Hasta el 20 de diciembre de 2022.

Espacio Cultural Serrería Belga (Calle de la Alameda, 15. Madrid).

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