Drawing room: un rincón exquisito para el dibujo

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Una nueva feria se suma a la vorágine de la semana del arte en Madrid. Drawing Room  es una propuesta muy medida en cuanto a dimensiones (20 expositores) con un concepto interesante que incide en la riqueza de lenguajes presentes en el dibujo contemporáneo. Heterogénea y con un nivel muy alto, ofrece un paseo delicioso entre imágenes delicadas, perturbantes, enigmáticas… Hasta el 28 de febrero

La directora de la feria, Mónica Álvarez Careaga, ha compartido con Descubrir el Arte algunas claves de esta convocatoria en la que han trabajado a contrarreloj tras recibir una llamada de un grupo de galerías pidiéndole simplemente algo diferente para presentarse en Madrid. La experiencia reciente de Álvarez Careaga, historiadora del arte, comisaria y productora cultura, le animó a poner en marcha un tema sobre el que ya había tenido ocasión de reflexionar mucho: el dibujo. «En los últimos años yo he hecho bastantes secciones de dibujo comisariadas en ferias, sobre todo en Swab Barcelona, en la feria de Bolonia, dos en Art Beijing en China. He visto que había muchos artistas entre los que elegir, mucha práctica del dibujo y buena recepción. Gusta mucho, hay muchos aficionados al papel; el papel tiene una emoción que mucha gente reconoce. Tiene unos precios mejores, se vende bien. Tenía todo esto muy pensado: el nombre, la idea y por eso lo he podido poner en marcha muy rápido porque ya tenía la reflexión hecha». 

Mónica Álvarez Careaga.

Mónica Álvarez Careaga.

Drawing Room es una prueba de la evolución que ha vivido el dibujo en los últimos años, cómo ha conseguido independizarse: «Yo lo llamo el dibujo autónomo. Ya no es una fase previa, sino que para los artistas ya es la obra definitiva». Pero prevalece «la idea de que el dibujo refleja mucho la sensibilidad del artista. Su primera impresión. El dibujo es muy inmediato». En el protagonismo que ha adquirido en los últimos tiempos «creo que ha influido que los costes de producción son mínimos. Producir fotografía es caro; el dibujo lo presentan las galerías clavado con unos alfileres y es suficiente y sale una exposición muy bonita. De alguna manera se ha adaptado al contexto económico».

 

Tectónica del espacio 1, por Ruth Morán, 2015, temple vinílico, rotulador de plata sobre papel, 140 x 100 cm. Galería Sicart.

Tectónica del espacio 1, por Ruth Morán, 2015, temple vinílico, rotulador de plata sobre papel, 140 x 100 cm. Galería Sicart.

Con competencia en el extranjero, en España sin embargo abre un nuevo camino. «En París está Drawing now Paris que lleva diez ediciones, que está yendo muy bien; está Amsterdam Drawing. En España todavía no había. Ahí sí que he estado yo -entre risas- un poco viva. Si el concepto gusta puede ser una feria que viaje, pero antes hay que conocer el contexto de la ciudad donde la quieras llevar, cómo te van a recibir las galerías, buscar un espacio que esté bien y no sea muy caro el alquiler. Es una cosa pequeñita y deslocalizable».

La feria es muy pequeña (20 galerías), y esto se agradece, sobre todo en una semana como esta. Puede visitarse sin atropellos, parándose en cada propuesta con serenidad, valorando y descubriendo afinidades y diferencias. Es manejable y eso influye en la percepción del visitante. «Después de una hora o así ya no puedes mantener igual la atención. Eso está estudiado por los museólogos», precisa Mónica Álvarez Careaga.

Se trata de un proyecto muy curatorial basada en unos criterios claros. «Era imprescindible que la feria tuviera una cierta sensación de exposición, por eso cada galería presenta uno o dos artistas solo. Como criterio general está la diversidad: mostramos muchas aproximaciones diferentes al dibujo (grandes formatos, dibujos chiquitines, dibujo animado…) y hay una selección transgeneracional».

La feria propone el domingo salir de su sede en la calle Velázquez 12 para acompañar al artista Manuel Rufo en una acción pública de dibujo caminando por el parque de El Retiro.  

Sans Titre, por Abdelkader Benchamma, 2011, tinta y rotulador sobre tela, 200 x 200 cm cada tela. ADN Galería. Foto ©Roberto Ruiz.

Sans Titre, por Abdelkader Benchamma, 2011, tinta y rotulador sobre tela, 200 x 200 cm cada tela. ADN Galería. Foto ©Roberto Ruiz.

Seleccionamos aquí algunos dibujos que nos permiten subrayar esa riqueza de técnicas; a ellos hay que sumar nombres como los de Cristina Iglesias, Fernando Martín Godoy, Abdelkader Benchamma o Fernando Gutiérrez con una maravilloso dibujo animado que se proyecta en la escalera entre las dos plantas en las que se organiza el evento.

La galería de Londres Patrick Heide Contemporary Art trae unas piezas muy especiales del artista griego Christos Venetis que mezcla fotografía y dibujo con delicadeza y sabor a antiguo, reforzado en elección del soporte: tapas de libros usados.

Anemic Archives Series, por Christos Venetis, 2013-2016, lápiz sobre portadas usadas, 21,5 x 30 cm c/u. Patrick Heide Contemporary Art.

Anemic Archives Series, por Christos Venetis, 2013-2016, lápiz sobre portadas usadas, 21,5 x 30 cm c/u. Patrick Heide Contemporary Art.

Gonzalo Elvira, en un proyecto sobre la Bauhaus que se expone en el espacio de Sicart, interviene sobre mapas, enciclopedias y crea dibujos a base de pequeñas perforaciones o sumando diminutos segmentos o puntos.

Rosa y Karl, por Gonzalo Elvira, 2015, tinta sobre enciclopedía, 35 x 50 cm. Galería Sicart.

Rosa y Karl, por Gonzalo Elvira, 2015, tinta sobre enciclopedía, 35 x 50 cm. Galería Sicart.

Hay varios ejemplos de dibujo-escultura como los que crea Jonathan Callan con libros o el trabajo de Liliana Zapata que dibuja las líneas recortando el papel y concediéndole volumen.

Metamorfosis silenciosas, por Liliana Zapata, 2015, esculturas en papel, 2 mesas de 50 x 150 cm cada una. Nube Gallery.

Metamorfosis silenciosas, por Liliana Zapata, 2015, esculturas en papel, 2 mesas de 50 x 150 cm cada una. Nube Gallery.

La obra de Javier Arce es una reflexión sobre el esfuerzo inútil. Dibujado con su propia sangre, recuerda los sacrificios que supuso la construcción, que no llegó a concluirse, de un túnel ferroviario en los años 20-40 en la cordillera cantábrica, entre Cantabria y Burgos. En la exposición el suelo de esta parte se ha cubierto con piedras tomadas de aquella construcción.

Engaña #4, por Javier Arce, 2015, sangre del artista sobre papel Hahnemühle, 20 x 30 cm. Galería Siboney.

Engaña #4, por Javier Arce, 2015, sangre del artista sobre papel Hahnemühle, 20 x 30 cm. Galería Siboney.

La galería de Las Palmas de Gran Canaria Saro León ha apostado por un espacio muy innvovador con los trabajos de Paco Guillén en lejía sobre papel fotográfico y la obra de Julio Blancas que consigue crear impresión de volumen en el papel a partir de la repetición de la línea de una manera muy obsesiva; trabaja con grafito a veces enriquecido con un pigmento que hace que el dibujo se cargue. Los dos artistas vienen de la investigación pura y dura sobre el dibujo, según señalan desde la galería, tanto sobre el concepto como sobre la técnica.

Sin titulo, por Julio Blancas, 2015, grafito sobre lienzo, 146 x 250 cm. Galería Saro León.

Sin titulo, por Julio Blancas, 2015, grafito sobre lienzo, 146 x 250 cm. Galería Saro León.

En los dibujos de Antonio Sosa queda algo de su faceta de escultor. Hace más o menos diez años dejó de esculpir, a pesar de que su trabajo era muy laborado, pero quedan huellas tanto en la técnica que utiliza en ocasiones (esculpe el porexpán, lo entinta y va creando una plantilla sobre la que pone, quita, superpone, pinta) como en el resultado en el que la tinta parece labrar superficies. Expone con la galería Cavecanem parte de su serie La cueva.

La cueva vertical, por Antonio Sosa, 2015, tinta china y acuarela sobre papel, 28 x 38 cm. Galería Cavecanem.

La cueva vertical, por Antonio Sosa, 2015, tinta china y acuarela sobre papel, 28 x 38 cm. Galería Cavecanem.

Dos artistas chinos, escogidos por la comisaria Susana Sanz, reflejan el momento del dibujo contemporáneo chino con dos perfiles muy distintos pero que coinciden en recuperar su tradición y su historia: Lei Ziren, académico y consagrado, y Zhao Lu, joven, emergente y ya con cierta proyección. En Ziren hay muchas referencias al budismo y mucho simbolismo. «Intercala elementos de la tradición budista que todo chino entiende con una sensibilidad y vitalidad contemporánea», explica Sanz. Zhao Lu, que dibuja con pincel, «actualiza mediante la temática y la vitalidad de la pincelada la tradición pictórica china». El formato vertical alargado, el uso de la tinta china aunque con mucha agua, el papel son tomadas de la tradición, pero la sensibilidad y la fuerza son contemporáneos.

Una amplia selección de dibujos de José Miguel Pereñíguez muestran la maestría de este artista en el dibujo. Su obra, descrita por la directora de la feria como de vanguardia histórica, está cargada de memoria. Pereñiguez dibuja en carboncillo con algunos toques de tiza blanca objetos que él mismo ha moldeado con un material parecido a la pasta de papel.

Campo de algodón, por José Miguel Pereñíguez, 2009, tiza, carbón y lápiz conté sobre cartón, 130 x 92 cm. Galería Rafael Ortiz.

Campo de algodón, por José Miguel Pereñíguez, 2009, tiza, carbón y lápiz conté sobre cartón, 130 x 92 cm. Galería Rafael Ortiz.

Arriba: Prove di colore. Non riesco a essere come vorrei, por Alessandra Maio, 2015, lápices y acuarelas sobre papel de algodón, 23 x 30,5 cm. BI BOX Art Space

 

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