Mujeres radicales, arte latinoaméricano, 1960-1985

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El Museo de Brooklyn presenta hasta el 22 de julio una innovadora exposición que explora las prácticas artísticas de la creadoras latinas y chicanas de EE UU a través de 120 artistas de 15 países con un total de más de 260 obras. Muy aclamada por la crítica, posteriormente viajará a la pinacoteca de São Paulo del 18 de agosto al 19 de noviembre en su primera y única parada en América Latina

El Museo de Brooklyn presenta Mujeres radicales: arte latinoamericano, 1960-1985 (Radical Women: Latin American Art, 1960-1985), la primera exposición integral que explora las prácticas artisticas pioneras de las mujeres en Latinoamérica, y de las mujeres latinas y chicanas en Estados Unidos, durante un agitado y transformador periodo en la historia de las Américas y del desarrollo del arte contemporáneo.

Sobre es¡tas líneas, Sonrisa de mujer, por Amelia Toledo (Brasil 1926-2017), 1976, molde en yeso, 42 x 33 x 8 cm, Colección de Fernando y Camila Abdalla © Amelia Toledo. Arriba, Edita (la del plumero), por Sandra Eleta (Panama, 1942), de la serie La servidumbre, 1978-79, 1977, fotografía en blanco y negro, 48,3 × 48,3 cm, cortesía de la Galería Arteconsult, Panama © Sandra Eleta.

Mujeres radicales incluye más de 260 trabajos –entre fotografía, vídeo y otros medios experimentales, así como pinturas, esculturas e impresiones– de más de 120 artistas latinoaméricanas que trabajan en 15 países. El Museo de Brooklyn es el único escenario de la costa este estadounidense en acoger esta exposición aclamada por la crítica y organizada por el Museo Hammer de Los Ángeles.

La original muestra se inauguró en Nueva York el 13 de abril y permanecerá abierta hasta el 22 de julio. Las artistas seleccionadas van desde figuras emblemáticas a nombres menos conocidos. Desde la década de 1990, las mujeres artistas latinoamericanas y latinas como Beatriz González, Anna Maria Maiolino, Ana Mendieta, Lygia Pape y Cecilia Vicuña han sido reconocidas internacionalmente por su originalidad y la naturaleza experimental de sus trabajos, y están consideradas entre las artistas más influyentes del siglo XX.

Evelyn, 1982, de la serie La manzana de Adán, 1982-90. por Paz Errázuriz (Chile, 1944), impresión gelatina de plata, 39.5 × 59.7 cm, cortesía de la artista y la Galería AFA, Santiago © Paz Errázuriz.

Sin embargo, muchas otras artistas latinoamericanas y latinas están logrando un reconocimiento cada vez mayor, debido a sus destacadas contribuciones al arte contemporáneo. La artista cubana, residente en Puerto Rico, Zilia Sánchez, por ejemplo, infundió en el lenguaje formal de la abstracción geométrica un sentido del erotismo en los años sesenta, y la artista activista chicana Judith F. Baca de Los Ángeles creó pinturas murales vitalistas

Y con unos lazos me izaron, por Sonia Gutiérrez (Colombia, 1947), 1977, acrílico sobre lienzo, 150 × 120 cm, Cali (Colombia), Museo de Arte Moderno La Tertulia © Sonia Gutiérrez.

Igualmente importantes son las artistas pioneras de vídeo como Leticia Parente (Brasil), Narcisa Hirsch (Argentina) y Pola Weiss (México), cuyas obras emplean el cuerpo femenino para simbolizar tanto las restricciones impuestas a las mujeres como la libertad de expresión ansiada por los ciudadanos en toda América Latina a mediados de la década de 1970. Ampliando la exposición para dirigirse a las comunidades latinas de la audiencia de Nueva York, la presentación del Museo de Brooklyn también incluye retratos Nuyorican de la fotógrafa puertorriqueña nacida en Nueva York Sophie Rivera, así como de la pionera en artes gráficas chicana Ester Hernández, la cineasta cubana Sara Gómez y la activista afrolatina y artista Marta Moreno Vega.

 

llerda V, por Marta Palau (España 1934; vive y trabaja en México), 1973, yute y algodón español, 160 × 100 × 20 cm, México DF, Museo Universitario Arte Contemporáneo, UNAM © Marta Palau (foto: Oliver Santana).

En un intento por abordar un vacío histórico-artístico, que ha mantenido en gran medida excluidas de la historia del arte a mujeres artistas latinoamericanas y latinas residentes en EE UU, Mujeres radicales destaca el trabajo creado durante un periodo de profunda agitación política y social en muchos países latinoamericanos en los años sesenta, setenta y principios de los ochenta, una etapa que vio la aparición de múltiples dictaduras, así como frecuentes injerencias políticas y militares por parte del gobierno de Estados Unidos.

Las obras de arte de Mujeres radicales pueden ser vistas como actos heroicos dando voz a generaciones de mujeres en América Latina y Estados Unidos. Proponiendo una radicalidad tanto estética como política, el trabajo en la exposición destaca las preocupaciones feministas, como la autonomía corporal, las normas de opresión social, la violencia de género y el medio ambiente.

Mujeres Radicales se centra en la noción del cuerpo político. Las artistas representadas se embarcaron en investigaciones artísticas experimentales desde principios de la década de los sesenta, forjando nuevos caminos en la fotografía, perfomance, vídeo y arte conceptual. Generaron una línea de investigación que se centró en la politización del cuerpo de la mujer y trató de liberarse de una atmósfera de represión política y social que subyugó a las mujeres. En su trabajo, la representación del cuerpo de la mujer se convirtió en un punto de partida para cuestionar el canon artístico-histórico establecido, así como un medio para denunciar actos sociales, culturales y políticos de violencia y opresión. Algunas artistas emplearon el cuerpo como medio real y metafórico, usando una nueva iconografía para explorar tanto el aspecto personal como el político.

La exposición explica que muchas artistas no reconocidas ayudaron a dar forma a una más compleja, ámplia y variada forma de arte conceptual, video, performance e instalaciones en América Latina y Estados Unidos. «Temas poéticos y políticos explorados en la exposición incluyen autorretratos, paisaje corporal y feminismos «, explicó Andrea Giunta, cocuradora de la exposición en el Museo Hammer. «Estos temas ponen de relieve obras de arte a nivel nacional e internacional, presentando prácticas paralelas de artistas que a menudo trabajan en condiciones culturales muy diferentes».

Catherine Morris, curadora experta del Centro de Arte Feminista Elizabeth A. Sackler, y cocuradora de la presentación de Brooklyn, agregó: «La exposición es un logro académico notable, expandiendo el canon y complicando las narrativas conocidas del arte conceptual y la creación artística radical, al mismo tiempo que contribuye a construir un legado de exposiciones importantes y ambiciosas en el Centro Elizabeth A. Sackler de Arte Feminista, incluyendo Queríamos una revolución: Mujeres negras radicales, 1965-85 (We Wanted a Revolution: Black Radical Women,1965-85), Materializando «Seis años»: Lucy R. Lippard y la aparición del arte conceptual y Subversión seductora: Mujeres artistas pop, 1958-1968.

Corazón destrozado, por Delia Cancela (Argentina, 1940), 1964, óleo sobre lienzo, madera, seda, tinta sobre papel, 150 × 120 cm, Colección de Mauro Herlitzka © Delia Cancela

Mujeres radicales también examina los diversos enfoques artisticos del feminismo en relación con el contexto de su área geográfica y sus específicos antecedentes políticos y sociales. En América Latina, la historia de la militancia feminista no se reflejó ampliamente en las artes, con la excepción de México y algunos casos aislados en los setenta y ochenta, y en muchos países el feminismo no fue un movimiento definido. En Estados Unidos, las artistas latinas y chicanas desafiaron las políticas patriarcales que fueron tan opresivas como las que sufrieron sus colegas en América Latina, y muchas participaron en movimientos de derechos civiles, contra la guerra, en defensa de los homosexuales, discapacidad y feminismo, aunque a menudo desde una perspectiva diferente y, a veces, en oposición al feminismo convencional.

 

Colchón, por Marta Minujín (Argentina, 1943), 1964-85, acrílico sobre tela, gomaespuma (reconstruido), 150 × 87 × 54 cm, Colección de Jorge y Marion Helft © Marta Minujín.

La exposición Mujeres radicales, arte latinoamericano, 1960-1985 ha sido organizada por el Museo Hammer, de Los Ángeles, como parte del Pacific Standard Time: LA/LA, una iniciativa de la Fundación Getty con instituciones de arte del sur de California. 

Limitada, por Marie Orensanz (Argentina, 1936; vive y trabaja en Francia), 1978-2013, fotografía en B/N, 35 x 50 cm, Colección de Marie Orensanz, cortesía de Alejandra von Hartz Gallery. © Marie Orensanz.

 

La muestra llega a São Paulo en agosto

Esta exposición sobre el arte latinoamericano radical femenino llegará a la pinacoteca de la ciudad brasileña de São Paulo el 18 de agosto, y se mantendrá abierta hasta el 19 de noviembre. Esta será la primera y única parada de la muestra en América Latina, después de su éxito tanto en el Museo Hammer de L.A. como en el Museo de Brooklyn.

Autorretrato con cuadrado, por Liliana Porter (Argentina, 1941; vive y trabaja en EE UU) , 1973., impresión de gelatina de plata hecha del negativo original, 50,8 × 40,6 cm, cortesía de la artista © Liliana Porter.

Para un cuerpo y sus imposibilidades, por Martha Araújo (Brasil, 1943), 1985, documentación de performance, tres fotografías en blanco y negro, 22 × 17 cm, Colección de Martha Araújo, cortesía de la Galería Jaqueline Martins © Martha Araujo.

Acción del encierro, Ciclo de Arte Experimental, Rosario, Argentina, por Graciela Carnevale (Argentina, 1942), 1968, documentación de acción; fotógrafo: Carlos Militello. Una de dieciséis fotografías en blanco y negro, 17,5 × 24 cm, Colección de Graciela Carnevale/Archivo Graciela Carnevale © Graciela Carnevale.

Un arma, serie Trayectoria de un hueso, por Ana Vitória Mussi (Brasil, 1943), 1968, recorte de periódico y dibujo en papel, 27 × 19 cm, Colección de Ana Vitória Mussi © Ana Vitória Mussi.

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