Sobrino Alucinético: actividades didácticas para hacer desde casa

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El Museo Francisco Sobrino (Guadalajara) ofrece materiales pedagógicos para experimentar con el arte y la creatividad en familia desde el domicilio

Ante la excepcional situación que vivimos, el Museo Francisco Sobrino, un moderno espacio cultural que en 2015 recuperó las históricas naves del Matadero Municipal de Guadalajara (1883) para rendir tributo a este artista universal y dar a conocer su especial aportación al arte óptico y cinético contemporáneo, invita a conocer mejor su obra con una serie de actividades creativas que se pueden hacer en familia y desde casa.

La actividad se ha bautizado como «Sobrino Alucinético» y propone a través de una publicación, a modo de entretenida guía, que el usuario pueda interpretar mejor la colección y reconocer la genialidad de Francisco Sobrino mientras aprende y se divierte. Puede descargar el material pinchando en este enlace.

Una de las páginas de actividades de «Sobrino Alucinético».

Además de esa guía, dada la imposibilidad de realizar esta actividad en las instalaciones del museo, el centro recomienda visitar su página web para localizar todo aquello que pueda resultar de utilidad de cara a abordar este divertido proyecto. La meta es generar curiosidad, inestabilidad y sobre todo muchas ganas de participar.

Asimismo, el museo anima a los usuarios a enviar en cualquier formato (vídeo, fotografía, dibujo, etc.) todas aquellas ideas que tengan relación con el artista para incorporarlas a su web. Las propuestas se pueden remitir al siguiente correo electrónico: laura@patronatodecultura.com.

Un alquimista del siglo XXI

«Los artistas somos los alquimistas del siglo XX» (Francisco Sobrino)

Era ésta una de las frases más recurrentes dentro del discurso elaborado por Sobrino. Con esta declaración se aupaba a una enigmática posición de privilegio que se asentaba en la tradición científica más antigua.

Fotografía del artista Francisco Sobrino.

Sobrino el alquimista era un científico que, encerrado en su estudio, se enfrentaba a la difícil tarea de elaborar fórmulas, definir y concretar formas, combinar colores, y de crear figuras estéticas que hicieran más agradable la existencia a sus congéneres.

En definitiva, Sobrino logró fraguar en su crisol la «piedra filosofal» con la que convertir en bello todo aquello que concebía y surgía a su alrededor, y con la que, además, ha alcanzado la inmortalidad.

La intensa actividad desarrollada por este creador a lo largo de su carrera profesional se materializó en un sinfín de nuestras individuales y colectivas: unas, como integrante del GRAV (Grupo de Investigación de Arte Visual) y, otras, por ser uno de los principales creadores y exponentes del arte óptico y cinético.

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