Barcelona: ‘Ciudad Picassiana’ desde hace cincuenta años

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El 8 de mayo de 1970 se firmaba el acta notarial en el que Picasso regalaba a esta ciudad catalana un número muy importante de obras de juventud ante la sorpresa de los franceses. Para celebrar el cincuenta aniversario de esta donación, el Museo Picasso va a ofrecer una serie de actividades que tendrá su punto álgido el 18 de diciembre con la inauguración de una exposición

El Museu Picasso se prepara para celebrar una de las efemérides más importantes de su historia; el 50 aniversario de la generosa donación de obras de juventud del artista a la ciudad de Barcelona, que es el núcleo principal de la colección de este museo de la Ciudad Condal. En 1919, Picasso había hecho un primer regalo a la ciudad: Arlequín (1917), la primera obra de Picasso que entraba a formar parte de una colección pública en todo el mundo. El conjunto de obras entregadas en 1970 completan la génesis de la colección del Museu Picasso que conserva este legado único facilitando el conocimiento de la etapa de formación y eclosión artística del pintor.

Arlequín, por Pablo Picasso, 1917, óleo sobre lienzo, 116 x 90 cm, Barcelona, Museo Picasso.

Una donación que se celebra simbólicamente el 8 de mayo poniendo al alcance del público fotografías y recortes de periódico de la época, dado que fue el 8 de mayo de 1970 cuando se firmó el acta notarial de entrega de la obras en la casa de la familia Picasso en el Paseo de Gracia. Picasso manifestó en el acta: «Yo Pablo Picasso, de nacionalidad española y vecino de Mougins, en memoria de mi inolvidable amigo Jaume Sabartés, hago donación a la ciudad de Barcelona, y en su representación el Ayuntamiento de Barcelona, para su instalación y conservación en el museo situado en la calle Montcada, de todas las pinturas, dibujos y otras obras reseñadas en la relación incluida a continuación.» La donación excepcional constaba de 236 óleos, 1.149 dibujos, 17 carnés de dibujo, 4 libros de texto con dibujos y anotaciones y 40 obras de otros artistas.

La celebración se enmarca en el deseo del Museu Picasso de reivindicar la esencia de su colección, recordar la voluntad personal del artista de dar un legado tan importante a Barcelona y, por tanto, quiere poner de manifiesto el vínculo estrecho que Picasso mantuvo siempre con la Ciudad Condal.

Fotografía de la firma de la donación en la casa familiar de Picasso en el Paseo de Gracia.

Para los responsables de este museo, es clave en esta efeméride hacer crecer el proyecto Memoria Oral Picasso, en el que se trabaja desde hace unos años en colaboración con otros museos nacionales e internacionales. El proyecto tiene por objetivo recuperar las memorias individuales sobre Picasso y establecer nuevos relatos generando un archivo de la memoria oral sobre el artista a modo de herramienta internacional de investigación. Por un lado, se entrevistará a personas que tuvieron una relación directa con la celebrada donación y con la constitución del museo, y por otro, se recogerán testimonios del ámbito social, artístico y político de la ciudad.

Con esta donación, Picasso hizo un acto de gran generosidad y sabemos de su entusiasmo, a pesar de las circunstancias políticas, al conocer la reacción de alegría del público barcelonés. En la celebración, se hará hincapié en la noción de ofrenda tan pertinente y simbólica y de gran actualidad en estos momentos de crisis sanitaria y económica. «Es el momento de pensar en nuestra colección y nuestro público, algo que nunca hemos dejado de lado, pero que ahora hay que hacer de forma exclusiva, poniendo en valor lo que es la esencia del museo y su conexión con la ciudad».

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