Degas y su fascinación por el mundo íntimo de las mujeres

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Para conmemorar el centenario del fallecimiento del pintor francés, la National Gallery de Londres presenta 20 obras entre óleos, pasteles y dibujos en una exposición que se centra en explorar las innovaciones técnicas y estilísticas del maestro. Las piezas provienen de la colección que el armador escocés sir William Burrell donó a la ciudad de Glasgow. Hasta el 7 de mayo

Bajo el título Drawn in Colour (“Dibujado en Color”), esta exposición está dividida en tres salas dedicada cada una de ellas a la “Vida moderna”, “Bailarinas” y “Mundos íntimos”, tres de los temas preferidos de Edgar Degas (París, 1834-1917). Una muestra en la que su comisario, Julien Domercq, se centra en explorar además de la técnica y las innovaciones, sobre todo en el pastel, las circunstancias personales e históricas del pintor durante el proceso creativo de estas obras. Así, Domercq afirmaba en la presentación que este pintor y uno de los fundadores del impresionismo era un artista innovador que siempre estaba enfrentándose a nuevos desafíos y que experimentaba con todos los materiales y técnicas.

Sobre estas líneas, After the Bath, Woman drying herself, 1890-95, pastel sobre papel, 103.5 × 98.5 cm, Londres, National Gallery. Arriba, El peinado (La Coiffure), h. 1896, óleo sobre lienzo, 114.3 x 146.7 cm, Londres, National Gallery. Todas las obras de Edgar Degas.

Entre las obras más interesantes presentes en esta muestra londinense se encuentran trece pasteles, entre ellos diversas escenas que ponen al espectador en el papel de mirón o voyeur, ya que esas mujeres retratadas en momentos íntimos de su toilette, secándose después del baño, de pie y desnudas recogiendo una esponja de la bañera o peinándose no son conscientes de ser observadas. Otros ejemplos de este género son la bailarina que arregla el tirante de su vestido, grupos de bailarinas ensayando posturas clásicas de ballet o sentadas, dándose un masaje en los dedos de los pies.

Field Glasess (Mujer mirando a través de unos prismáticos), 1869.

Esa casi obsesión de Degas por espiar esos momentos íntimo de las mujeres se ve muy claramente en obras como La Coiffure (Peinado), 1896, en el que una chica cepilla la larga melena pelirroja de otra o After The Bath (Después del baño), 1890, en el que una sirvienta espera con una toalla para secar a su señora. La primera obra ha sido trasladada desde otra de las salas de la National Gallery para esta muestra, un óleo casi totalmente rojo, desde el vestido y el pelo de la mujer sentada a los de la peinadora, que está de pie, así como las paredes y cortinas del cuarto, en contraste con el blanco del mantel de la mesa y el delantal de la peinadora.

The Green Ballet Skirt, h. 1896, pastel sobre papel, 45 x 37 cm, The Burrell Collection, Glasgow, CIC Glasgow Museums Collection.

Otro tema recurrente de Degas es la vida parisiense, con escenas que representan de una parte a espectadoras elegantemente vestidas en un concurso hípico y, de otra, la dura vida de las mujeres que se ganan la vida planchando. En la primera sala se expone una de las obras más reconocidas de Degas, Woman Looking Through Field Glasess (Mujer mirando a través de unos prismáticos), 1869, en la que Degas muestra a una joven vestida a la moda, que mira fijamente al espectador a través de unos prismáticos. Una obra icónica que como explicaba el comisario “pese a su pequeño tamaño, es magnífica en su importancia (…), el espectador no puede evitar sentirse desconcertado por la mirada de la mujer retratada: ¿Qué es lo que está mirando?”.

Junto con las pinturas a pastel, la National Gallery presenta cuatro óleos de Degas, también de la colección de Burrell, con escenas que nos son familiares por haberlas visto en la obra de los impresionistas, tales como gente de la alta sociedad en los jardines de las Tullerías o en el teatro.

Woman Bathing in a Shallow, 1885, pastel sobre papel, 81,3 x 56,2 cm.

Abandonando los temas tradicionales y las convenciones técnicas, Degas no solo buscó maneras novedosas de representar la vida moderna sino que experimentaba también con sus materiales, sobre todo con el medio tan dúctil como es el pastel, que llegó a preferir sobre la pintura al óleo. El pastel puede utilizarse de una manera mucho más espontánea que el óleo, por lo que quizás estas obras dan la impresión de haber sido ejecutadas rápidamente y poseen gran frescura e inmediatez. Otra ventaja de esta técnica es que como se puede comprobar cuando uno se acerca a estas piezas, los pasteles no han sufrido el amarilleo ni resquebrajamiento que muchas veces tiene los óleos.

Bailarinas, h. 1890-1900. óleo sobre lienzo,72.5 × 73 cm, Londres, National Gallery.

El pastel, con sus brillantes colores, gracias a la invención reciente en esa época de tintes sintéticos, con su tactilidad y su luminosidad, y a la vez su carácter efímero y frágil, facilitaba la creación de obras de arte cada vez más audaces. Degas, además, experimentaba con el pastel, mojándolo con agua para reducir su dureza, empleándolo, cuando quería, como si fuese pintura.

“Degas no dejó de experimentar con su trabajo y llevó al extremo la pintura, el dibujo, y la escultura”, añadió el comisario, quien también incidió en el marcado gusto del parisino por el empleo del pastel, cuyos efectos le “fascinaban”.

Michael ALPERT

The Red Ballet Skirts, h. 1900, pastel sobre papel, 76.8 × 57.8 cm, The Burrell Collection, Glasgow  © CSG CIC Glasgow Museums Collection.

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