Fátima Cortés y su particular lenguaje natural de los materiales

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La ilustradora madrileña dialoga, a través de su escultura, con la belleza natural de las cosas no perceptibles al ojo humano, pero decisivas en la vida, en el arranque expositivo del Museo Tiflológico de la ONCE, donde se puede ver y tocar. Hasta el 18 de marzo

“El talento puede disolverse en el tiempo si no se acompaña de un trabajo”, reconoce como un mantra Fátima Cortés, joven y polifacética ilustradora que ahora con “Paradas en el camino” bucea, con el máximo respeto, fruto de un sentimiento puro, natural, como su carácter, en la semilla del nacimiento de todo lo que realiza, con esta gama de quince esculturas que ahora presenta en formas, tamaños y materiales diferentes, bajo un prisma común: la naturaleza invisible que da sentido a la vida.

Algo de culpa tiene quizá su mentor y profesor César Montaña, quien modelara sus incipientes pasos artísticos, allá en la Escuela de Artes y Oficios número 10 de Madrid y sin quererlo, alumbrara estas paradas futuras, de reposo, para observar el mundo con otros ojos. Responsable por tanto de su “actual percepción del Arte”, con el esfuerzo como motor.

Una reinterpretación personal del mundo vegetal y la belleza que este desprende, sin olvidar la esencia mineral y animal, aunque no lo veamos, que tanto repercute en la condición humana, sin darnos cuenta.  Paradas en el camino es un recorrido con una mochila de sensaciones y emociones en relación con la naturaleza viva que nos envuelve. Su fuerza a través de la fertilidad, el disfrute de las cosas pequeñas, anodinas, pausadas de encanto, tan necesarias como el aire que respiramos.

Aquí encontramos sutileza en estado puro como “Diatomeas”, de la serie Aqua, una de sus actuales corrientes creativas,  donde reina la biodiversidad invisible que habita en el elemento agua, “Piramyd”. Transparencia, color, fotoluminiscencia. Los misterios que esconden el océano, sensualidad oculta en curva, como “Las Gyrosigmas”. O los Fenotipos, serie Metamorfosis,  criaturas grandes y pequeñas, ausentes de sentimientos negativos, propios solo de la raza humana, como el odio. Fantasías viajeras, oníricas, a lomos de una mansa ballena. Habitantes imaginarios de los bosques, “Phyllium”, “Mantidae”, como la mujer bicho hoja que bate el traje surrealista, delicado, de sus alas.

Mantidae y Phyllium, ambas de 2008, en la muestra de Cortés para el Museo Tiflológico de la ONCE.

Cortés, siempre generosa, sencilla, elegante, trata de dialogar con el material empleado que aporta una textura y color especial que da forma a una pieza única para transmitir su sentir, se puede tocar, su idea a la hora de crearla. Suave bronce, frio mármol, cálida madera, profundo ébano, brillante y nuevas resinas investigadas y tratadas, transparentes,  de pigmentos fotoluminiscentes que dan luz a este Edén personal más allá de su taller cuando desaparece su presencia.

Caminar a través de la magia,  el asombro, la curiosidad que propone este trayecto natural salido de la maleta de esta exploradora harto creativa, que cosecha una notable trayectoria, no es vano es artífice, con sus detalladas esculturas, de los reconocimientos solidarios anuales del Grupo Social ONCE, así como del premio al mejor vendedor del año de la institución. Cuenta a su vez con numerosas muestras internacionales, Galería OCCO y su paso por distintas ferias, como Art3FMónaco o Art3FParís que distinguen su trabajo pionero en el campo de la ilustración, formada al lado de grandes profesionales como Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, que supuso el trampolín a la escultura, con la que volvió a latir la creadora plástica que lleva innata y nunca abandono para nuestra suerte. Y el despertar sensible, gran apoyo, de su profesora Marta Sánchez Luengo.

Ahora sumergida en la belleza de esta corriente natural, pero siempre positiva a descubrir nuevos cauces de expresión, trabaja estas dos claras líneas creativas, muy diferentes, pero no únicas. Los Fenotipos,  mutantes, que no se ven, pero existen en constante cambio y Aqua, las profundidades y su misterio. Sin duda todo un buen reclamo para recargar la batería cultural recién estrenada y visitar este museo, único en su especie que augura pronto nuevos vientos expresivos.

César Serna

Datos útiles

Paradas en el camino. Fátima Cortés.

Museo Tiflológico ONCE (Calle de La Coruña, 18, Madrid).

Hasta el 18 de marzo de 2023.

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